lunes, 20 de junio de 2022

19 J, en Marmolejo dicen que faltó la traca..., pero ya llegará.


...de cuando en cuando, todo cambia para que nada cambie.

..., y dice la copla, que dice la prensa, que dice el pueblo, que dicen los votos, que Marmolejo le ha hecho una solemne peineta al partido único de los manolos, rafitas, pilares y arrimados, a sus corruptelas, a sus chulerías, a su nepotismo, su vagancia, su incompetencia y a la vampirización a la que someten todo lo que tocan. Increible, pero cierto:

 

Resultados en Marmolejo de las elecciones Andalucía: el PP gana en el municipio

El resultado en Marmolejo (Jaén) da al PP como partido más votado con un 100% de los votos escrutados en las elecciones de Andalucía al hacerse con un 42,3% de los votos , lo cual supone un 27,21% más que en los comicios anteriores. De acuerdo a los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, la candidatura de los 'populares' ha conseguido la primera plaza gracias al 42,3% de los votos. En segunda posición está el PSOE-A (37,27%), con 1423 votos; seguido de Vox (9,3%), con 355; mientras que PorA y JM+ han conseguido un 3,14% y 2,07% respectivamente.

 

Esta es la distribución del porcentaje de voto de las diferentes formaciones en este municipio:

  • PP: 1615 votos, 42,3% (+27,21%).
  • PSOE-A: 1423 votos, 37,27% (-14,28%).
  • Vox: 355 votos, 9,3% (+4,8%).
  • PorA: 120 votos, 3,14%.
  • JM+: 79 votos, 2,07%.
  • Cs: 78 votos, 2,04% (-14,21%).
  • Adelante Andalucía - Andalucistas: 58 votos, 1,52% (-6,46%).
  • PACMA: 31 votos, 0,81% (-0,24%).
  • AL: 11 votos, 0,29%.
  • PCPA: 5 votos, 0,13% (-0,08%).
  • CRSxA: 4 votos, 0,1%.
  • Recortes Cero-JV: 4 votos, 0,1%.
  • FE-JONS: 3 votos, 0,08% (+0,05%).
  • N.A.: 3 votos, 0,08%.
  • Escaños en Blanco: 2 votos, 0,05%.
  • PUM+J: 2 votos, 0,05%.
Los datos son los que son. La realidad es la que es. Y los que a estas horas no quieren verlo, es que la realidad y los datos se la traen al pairo y no les da vergüenza hacer el ridículo. El caso es huir hacia adelante, arremeter contra lo innegable, no reconocer nada, seguir sin cambiar nada y esperar a que el pueblo acepte que la culpa es del maestro armero, de la oposición, de la confluencia de los astros, de..., cualquiera menos de ellos. 

Porque ellos, los gerifaltes de la ignominia, la élite tocada por la gracia del partido, los VIPs sobre todas las cosas, por definición, no son responsables de nada. Y nada ha de turbar su industria y modus vivendi.

Porque si se hiciera un ejercicio de autocrítica, habría que reconocer tanta miseria y ruina, tanto estercolero, tanta mentira, falsedad, manipulación y engaño a las bases y verdaderos socialistas. Y es posible que a algunos se les ocurriera abrir una puerta olvidada, la del denostado  socialismo auténtico y primigenio, y se les pasara por la mente a muchos que es urgente y necesaria la la vuelta del Psoe secuestrado y mancillado  desde hace tanto tiempo. Y eso solo se podría hacer mandando a donde pica el pollo absolutamente a todo el que pinte algo en esta pantomima y esperpento en el que se ha convertido el negocio de dirigir en beneficio propio y gestionar como una barra libre un partido, los recursos de todos y el futuro de tantas familias a las que empobrecen y arruinan.

Y como Marmolejo, gran parte de Andalucía. Los peperos, en su momento, tuvieron la habilidad de inventarse un lobo a su derecha, que da más miedo que ellos, lo que les hace parecer menos plus ultras y más centrados. Una jugada maestra, un pegadizo más sospechoso de fascistoide que ellos, con el que poder compararse para quedar con una carita de santurrones y de no haber roto un plato que, ya te digo, pregunten si no a san juanma moreno.

La película no es nueva, es lo que hay, hemos llegado al punto en el que el voto ni se pide, ni se consigue por simpatía con un grupo político concreto, sino por aborrecimiento del grupo contrario, se ha llegado al voto del miedo y la huida, ya no se vota a favor de proyectos postivos, sino en contra de figuras cuasidemoníacas que pueden traer plagas bíblicas. 

Desde los tiempos de Felipito y Alfonsito a uno le daba por pregonar "por el Cambio" y al otro a vociferar incansable, "que viene la derechonaaaa"..., lo único que consiguieron es que a todos los demás, sin excepción, también se les pegara la misma copla (Cambio y miedo) , y así hasta hoy, que no hay nada nuevo. No es la primera vez que lo digo. Ya no se vota a la izquierda, sino a la antiderecha..., y viceversa. No nos dirigimos hacia ningún lugar concreto, simplemente se huye casi sin rumbo, a bandazos y atropelladamente, lo que crea caos y ganancia de pescadores.

 El miedo mueve montañas. El que huye es tremendamente manejable. No es, por lo tanto, tan raro  ver que los votantes, como pollos de granja en una tormenta, se agolpen instintivamente en el lugar que se les vende como más seguro. Y este discurso que nos  repiten una, y otra, y otra vez, y cada día es más efectivo, es la prueba del nueve del analfabetismo político de lo que antes llamaban "pueblo" y ahora llaman "mayoría social", y de la catadura moral de la quincalla de políticos que tenemos.

Hay que hablar de la cantidad de ediles y alcaldes comeollas, históricos seudosocialistas que tienen dolor de barriga desde que han visto que el PP les ha vapuleado electoralmente en sus pueblos, blindados hasta este fatídico 19J, en sus cortijos que creían inexpugnables, en su máquina personal y engrasada de hacer billetes fácil y cómodamente, en su perfecto matrimonio con el sillón de la alcaldía creídos de que iba a ser "hasta que la muerte los separase". Hay que hablar de cuantos inútiles están acojonados, conscientes de que no son buenos para nada, porque hasta ahora les votaban solo por ponerse la pegatina de la marca Psoe en el pecho, sin necesidad de aportar nada más ni de respetar a nadie cuando salían elegidos. Habrá que hablar de esta gentuza que no sirven ni para estar escondidos y ahora se cagan las patas abajo al pensar que pueden perder a Mamá Diputación, refugio de lo mejor de cada casa.

Hay que tocar muchos temas, pero poco a poco. Porque, que nadie se equivoque, aquí lo que suele pasar es que, de cuando en cuando, todo cambia para que nada cambie.