martes, 9 de enero de 2018

Es la hora de cortar esta dinámica enfermiza que está acabando con Marmolejo.

Al Psoe solo le importa su propia eternización en las instituciones, el pueblo somos el instrumento, víctima y huesped.

 Cierto es que el instinto de supervivencia domina a cada ser vivo desde el principio de los tiempos.

Cierto es que la ley del mínimo esfuerzo para conseguir el máximo rendimiento, también podríamos considerarla legítima y ordinariamente natural, frecuente, lógica e incluso necesaria. La economía prima a la hora de considerar nuestros actos y cuantificar el resultado consecuente de los mismos. Bien sabe dios que cada cual está obligado a la dignidad de mirar por su casa, su familia y todos los suyos. Lo contrario es fallar a un principio tan elemental y universal que no solo afecta a las personas, sino que la mayoría del reino animal lo sigue por puro instinto, el instinto de supervivencia.

Por el bienestar de los nuestros, por su futuro, por un mendrugo de pan, porque no les falte lo necesario, unos y otros peleamos a diario. En este mundo, no se regala nada; hay tres opciones: o trabaja uno mismo para vivir, o se vive del esfuerzo de los demás amparados bajo el paragüas del contrato social que nos obliga como colectivo a proteger y defender a los miembros menos favorecidos y mas necesitados de la sociedad, y por último solo queda otra forma de vivir y prosperar,  y es robando, en cualquiera de sus formas, llámese engañando y parasitando a la comunidad, explotando leoninamente la plusvalía del trabajo ajeno, practicando la usura sobre la desesperación y necidades de los infelices que se dejan atrapar en las redes del poder bancario, etc, etc...

En cualquier caso, y en roman paladino, las venas del obrero son las que sufren la sangría que alimenta a políticos parasitos corruptos, a sus amigos empresarios de progresivos pelotazos encadenados y los banqueros que compran a ambos para que hagan de manijeros en este sistema podrido.

Ni hay pan para tanto chorizo, ni el pueblo puede seguir así mas tiempo, ni la ambición de los explotadores tiene hartura. Por pura supervivencia, o nos desparasitamos o acaban con nosostros. Y hay que empezar por lo que tenemos más a mano. Clama al cielo que todavía aguantemos a la catelfa de chupopteros, malandrines, inútiles y tarugos que gobiernan el Ayuntamiento de Marmolejo, gestionando lo de todos a la cuenta la vieja y chuleándonos a diario en nuestras narices.

Este es un sistema instaurado, de libro, una plaga bíblica, una enfermedad endémica, una ruina perpetua que dura ya más de lo que puede aguantar la paciencia y los recursos de un pueblo. El pacto del psoe con el franquismo, la estafa a las bases, el caciquismo descarado y la impunidad judicial que acarrea, junto a la inmunidad política que disfrutan, es un martirio que no hay sociedad que lo resista. Dicen que nunca segundas partes fueron buenas, pero en este caso les ha salido bordada, esta postrera etapa neofranquista en la que los privilegiados son los dirigentes socialistas que se vendieron, y siguen vendidos, a los poderes fácticos a cambio de esa impunidad e inmunidad de la que hacen gala y de tener las manos sueltas y ejercer de reyezuelos en sus particulares ínsulas de barararia.

El sistema quiere eternizarse; nos quieren convencer de que antes que ellos no había nada, dictadura, y preconizan que después de ellos no puede haber nada..., no importa pues que haya democracia, ni elecciones, no les importa el pueblo, para ellos solo es importante, vital, imprescindible, que pase lo que pase, el día siguiente a las elecciones sea el dia de la marmota y así se repita eternamente. Es una pesadilla, un círculo vicioso, una paradoja temporal repugnante, que todo, todo, todo lo que se haga sea, funcione, vaya encaminado y tenga un único sentido y propósito, para que en nombre de "el cambio", nunca cambie nada.

Parasitos de por vida, sin oficio ni beneficio es la propuesta del soe marmolejeño, jiennense y andalúz. Liendres y huevos, que no hay zotal que pueda con ellos, ya que en ello le va la vida y luchan por su supervivencia como especie parasitaria, como se lucha primariamente. Son generaciones dedicadas solo y exclusivamente al partido, no saben hacer nada que no vaya encaminado a dar de comer a los suyos de lo público, por pura supervivencia. No saben trabajar en nada, ni quieren; la política, o lo que ellos creen que es la política es a lo que se agarran como a un yerro ardiendo. Pero eso que esta gente, estas criaturas devoran, es nuestro sudor, nuestro pan, nuestra sangre, nuestras oportunidades, nuestro dinero, el futuro nuestro y el de los nuestros, nuestra salud, nuestros sentimientos, nuestras ilusiones y nuestras esperanzas, estos `parásitos se comen nuestro pan, nuestros recursos, nuestros sentimientos y nuestra dignidad, sin dar absolutamente nada a cambio. Porque si dieran algo a cambio, ya no serían vividores, sino simbióticos, e incluso, si hicieran mínimamente su trabajo, llegarían a ser servidores públicos y entonces, solo entonces, se ganarían el pan y el respeto de la comunidad.

Pero solo producen asco, miedo, hartazgo, vergüenza ajena y desprecio, como cualquier especie parasitaria dedicada a picar, chupar la sangre y reproducirse eternamente. En sus manos somos víctimas de engaño perpetuo, todo es mentira, todo está diseñado para que ellos prosperen y nosotros estemos cada día más débiles y desorientados. Nos va la vida en cambiar el sistema, porque es cuestión de dejar de servir de alimento a los buitres y empezar a ser dueños de nuestro futuro. Tiene cojones que a estas alturas tengamos que reivindicar que no somos ganado, aunque nos traten como a tal. Es la hora de cortar esta dinámica enfermiza que está acabando con Marmolejo.

1 comentario:

  1. El problema es que a la constitución le falta el artículo que instaure y reglamente la existencia de un dia de san martin, sin este día, los cerdos los tenemos de por vida engordandolos y nunca les llega la hora. Hay que cambiar las normas, porque estas, como en la rebelion en la granja de orwell, solo benefician a los puercos que tienen el poder y se inventan las leyes.

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