Marmolejo, tenemos feudalismo para rato.

Mientras el pueblo siga siendo dócil, tendremos caciques de por vida..., y bonitas plazoletas para los mítines.

Si Emile Zola escribiera hoy su famoso artículo "J´accuse" de L´Aurore, su famosa carta abierta al Presidente de la República, simplemente no pasaría nada, ni escándalo, ni caso. Tampoco serviría de gran cosa escribir lo propio en España. Y no será porque no hay tela que cortar en nuestro país, sino que hemos perdido la capacidad de dar importancia a lo que la tiene, de indignarnos con lo intolerable de la corrupción, la mentira y la manipulación, y hemos adoptado la rara habilidad de espantarnos al dictado, sobre todo por estupideces tan indignas, de la inteligencia de un pueblo que se precie, como vacua es la inteligencia del pueblo que las asume. No tenemos remedio.

De la misma manera, el arte inteligente del insulto se está perdiendo. Y de nuevo es la estupidez la culpable. Sigue habiendo imbéciles de libro que creen que la palabra "comunista" es un insulto, casi igual que la palabra "extremistas" la utilizan para calificar a los que no ponen por delante de todo, y sobre todas las cosas, a dios, la patria y le rey. A los que no quieren que les siga robando este "sistema" que tenemos repleto de corruptos, chorizos e injusticias, se les increpa e insulta como "antisistemas"..., y así podríamos estar todo el día. Y no porque haya mucha oveja fuera del redil, sino porque el redil es necio, bobo, memo y cortito por definición. No hay que tirar de Orwell para ilustrarnos, solo con ver los procesos y los resultados electorales en Marmolejo tenemos la prueba irrefutable de que una masa controlada y amaestrada es el coro perfecto. Aunque sean el  único coro de esclavos que nunca cantarían el Nabucco de Verdi, su esclavitud es fiarse de manipuladores y su condena la ignorancia.

Denunciar es clamar en el desierto. Es ir contra la historia y la tradición de sometimiento y engaño de un pueblo. Que ahora se pueda hablar, no significa que haya libertad o esperanza, significa que todo está mejor atado de lo que pueda desatar la opinión de un pueblo, que por otro lado es maleable y reescribible. Las armas de los canallas son poderosas y de las misma manera que en la edad media, los campesinos no podían derrocar la tiranía feudal, ahora está todo diseñado para que las protestas y críticas fluyan sin hacer mella en la maquinaria de un protegido sistema corrupto y corruptor.

Marmolejo es un cortijo, un feudal feudo en el que los déspotas, satrapillas y caciquillos, lo único que tienen en mente es que los jardines de la villa, luzcan; lo demás es irrelevante. En sus banquetes, cada día más refinados, va mejorando el gusto por el vino caro, empiezan a parecerse a aquél de Platón, bien sea por la exaltación al amor (a los privilegios) o porque abunden los beodos Alcibiades, narcisistas y vanidosos, que por pura incompetencia y envidia se dediquen a destruir todo lo que no puede alcanzar por trabajo y méritos. Aunque para lo que hacen, deberían de dejar ya la antigua tradición de lustros de juntarse a la mínima ocasión frente a mesa puesta, sin cálculo, ni prisa, y mantel de lujo. Es una cara tradición, tirar con polvora del rey, apiparse,  derrochar y sentirse los amos, cada vez que se quieren auto homenajear o "comentar" cualquier asunto municipal, por nimio que sea, lo que sucede casi a diario. Desgraciadamente es la triste y barriguera concepción del poder que ss tiene en el soe marmolejeño, la misma que en los oscuros siglos medievales.

Marmolejo se hunde y nadie lo va a remediar. De nada sirve poner el grito en el cielo. Y no sirve porque es la gestión nefasta no es nueva, ni los abusos, ni las corruptelas, ni la chulería, ni los despilfarros..., ni esto es nuevo, ni a los que gobiernan les importa nada que no sea su propio bienestar, su sueldo, sus privilegios y su impunidad. Lleva siendo así cientos de años, el secreto está en llevarse toda la vida cambiando todo para que no cambie nada. El pueblo lleva pringando desde tiempos inmemoriales, siempre bailando con la más fea, con la ruina, el hambre, la miseria y la emigración. Los de arriba, antes señoritos, marqueses, condes, terratenientes, caciques..., ahora alcalde, concejales, el psoe y arrimados, son los que viven, los que parten el bacalao, los que caen siempre de pie, los que nunca se pringan, los que viven en la abundancia, los que se ponen ellos solos los sueldos, y que se los suben cada vez que les da la calentura, los que no dan palo al agua pero que funcionan como un reloj, los que exigen pleitesía y acaparan los privilegios, los que no dan cuentas a nadie, los que mandan a la polícia a capricho y los que marcan lo que es verdad y mentira, dicen por donde sale el sol y tienen patente de corso para gobernar a capricho.

Estos señores llevan toda la vida, literalmente, en la cumbre de la pirámide, en el pico, en todo lo alto, y su vida está dedicada en cuerpo y alma para que todo siga así por los siglos de los siglos.

Marmolejo es un pueblo con un potencial increible y más increiblemente desperdiciado, ocultado y manipulado en beneficio del régimen del soe. Mientras gobiernen estos señoritos nunca levantaremos cabeza. Tendremos bonitas plazoletas para dar mítines, pasando lista y con barra libre, pero nada más. Lo demás será ruina, desprecio, humillación y subyugación, emigración y desesperanza. Por cierto, el Balnerario, se está quedando muy bonito, hasta que llueva, más dinero para el barro y la foto..., y sigue sin venir nadie.