Los mimbres del soe de los manolos, pilares y rafitas

Partido Único. Privilegios a los leales. Persecución de la Oposición. 

Lo mismo que hacía el Nacional Socialista del bigotito hace justo 100 años.

Hace unos días, en el transcurso de una charla entre amigos, una de esas en las que se le da un repaso a lo humano y lo divino, a lo vernáculo y lo foráneo, y donde se le saca el máximo provecho a la autocrítica, no sin razón, un participante versado en la política local, ponía sobre la mesa la necesidad de que en el Pregonao se evidenciara y concretara un referente ideológico, un credo preciso que sirviera de hilo conductor, a modo de faro, más o menos lontano, a fin de crear una estructura visible y aportar un sentimiento de unidad a las diferentes entradas en este blog.

Por nuestra parte entendemos que la linea que sigue y ha seguido este blog, desde hace casi tres lustros, siempre ha sido diáfana y perfectamente marcada. Lo que no es ni más, ni menos que EL SENTIDO COMÚN. Empatizamos y nos ponemos en el lugar del común de los marmolejeños, sin ataduras y sin prejuicios, con los sentidos abiertos y la mente despejada, vemos, oímos, contrastamos y ..., casi siempre nos escandaliza lo que vemos, por lo que no podemos callar. Qué más quisieran estos incompetentes que enmudeciéramos, ocultáramos, silenciáramos u olvidáramos tanta tropelía, atropello, abuso y despropósito como vemos los vecinos de este pueblo. Qué más quisieran que, nos sumáramos al catálogo de palmeros en nómina..., pero no gracias.

El sentido común, la honradez, la dignidad, la transparencia, el servicio público y un poquito de empatía es solo lo que pedimos..., y es lo que no encontramos. En su lugar se ve mucho río revuelto, descontrol, opacidad, compadreo, nepotismo, chulería, atisbos de mafia y corruptelas, prepotencia, persecuciones, ruina, vagancia y ningún interés porque Marmolejo prospere, solo prosperan ellos, los gerifaltes, sus familias y amigos.

Hubo un tiempo en el que se repartía dinero desde el Ayuntamiento, literalmente, sin control ninguno; se abonaban tres mil euros a cada asociación que lo solicitaba, sin haber ni siquiera un registro municipal de asociaciones, hasta llegar a la suma de doscientos mil euros anuales, que se entregaban sin mirar y se les perdía la pista. A esto había que sumar docenas de personas que estaban en "nomina" de una caja B o C, que simplemente recibían una asignación dactilar municipal por parte de los mandamases, pero sin contrapartida, ni motivo, ni legalidad ninguna... Qué tiempos aquellos! Cuando no había ni Secretaría que pudiera decir esta boca es mía, ni Intervención que levantara la liebre ante tanto repartirse lo que no era de ellos.

Eso era hasta hace muy poquito y casi los mismos que lideraban el cotarro gobernante entonces, son los que ahora siguen aferrados a la poltrona y poniendo cara de no haber roto un plato en su vida. Vivir para ver. No obstante, como gracias al gobierno de IU se le pudo poner cascabel al gato, ahora hay técnicos que están para vigilar y hacer cumplir las leyes, y las cosas han cambiado algo. Pero como el que nace lechón, se muere marrano, el chanchullo se reinventa, pero no desaparece.

No han cambiado las personas, pero sí los tiempos, las tácticas y el panorama. A saber, antes había que untar a mucha más gente, controlar familias enteras colocando estrategicamente a unos u otros, enchufar sobresueldos y repartir subvenciones inventadas, y al mismo tiempo controlar el gallinero propio y machacar a la oposición a diario. Vamos, la versión "choni y cani" de los mismos pasos que ha de seguir un partido para convertirse en una dictadura de corte fascista o nazi: partido único, privilegios para las lealtades, persecución de la oposición e incluso exilio (económico) de los elementos no deseados.

Alguien duda de que gran parte del exilio al que nos vemos avocados los marmolejeños no tienen un profundo componente político, alguien duda de que Marmolejo vacío y arruinado es mucho más dócil para los planes del soe, los manolos, pilares y rafitas, que si hubiera una prosperidad tal que no los necesitara nadie a ellos para nada. Ya lo decía un conocido alcalde marmolejeño: "esto es lo que hay y al que no le guste que se vaya a Barcelona"

En realidad no ha cambiado casi nada, solo que ahora la oposición, sin excepción, está machacada, son muchos años recibiendo palos, levantando bulos contra ellos, llevándose desplantes, acumulando un bullying descarnado contra las familias, además de perjuicios en negocios, fincas y empresas, así como un trato vejatorio sistemático en cualquier relación con el consistorio, y solo por estar en la oposición. Por culpa de todo esto, de estas prácticas goebbelianas, además de que el tiempo ha jugado a su favor, y que para estos presuntos socialistas denigrar se ha convertido en un juego macabro al que le han tomado el gusto, y porque las personas tienen un límite, lo que hay ahora en Marmolejo es una oposición de perfil bajo y un desánimo receloso generalizado que camina entre la indignación y el estupor, comprendiendo perfectamente como debería sentirse la oposición a Hitler hace justo 100 años. Los muy caraduras, luego van presumiendo de resultados electorales..., como Hitler.

Hoy, dudo que haya listas de "abonados" al ayuntamiento, ya no pueden, no les dejarían. Hoy, gracias a las políticas de austeridad y control de gasto del 11/15, se desanimaron por la fuerza de la razón muchos demandantes de una "paguilla de esas que daba el alcalde". Así que los esfuerzos se dirigen a cuestiones más pragmáticas o familiares y menos partidistas o ideológicas; es bien sabido que hay legión de arrimados, amiguetes y familiares que con solo facturar dentro de unos parámetros ya tienen el estipendio, la remuneración, la soldada o recompensa, prima u honorario asegurado. Vamos, que es como si hubiera docenas de personal de confianza, o de técnicos contratados que casualmente coinciden con amiguetes de cachondeos varios y afectos a cascoporro. 

Lo dicho, el único referente que tenemos es el sentido común y el no estar en venta. Y el que quiera que arremeta contra eso. De todas formas, hay mucho de lo que hablar.