domingo, 19 de abril de 2020

El Sistema Capitalista está de rodillas, sería hora de unir a la Clase Obrera mundial.

Enfermar por encima de nuestras posibilidades.

Los telediarios nos acribillan con informaciones de lo mal que están otros paises, tanto, que ya casi es de agradecer lo comparativamente "suave" que nos ataca el virus y bien que salimos de la quema. Ya nos creemos cualquier cosa; mal de muchos... El caso es que la masa maleable que es la clase obrera, debe de seguir siendo crédula, sumisa y cooperante. Los trabajadores, el pueblo en general, debe de cooperar al máximo en la recuparación después de esta, su, nuestra catástrofe.

Dicen que es como si salieramos de la guerra de Cuba, o de la Segunda Guerra Mundial. Pero yo no veo el gasto y la destrucción que sufre un país después de una confrontación bélica. Yo solo veo que se han parado los "mercados", y el Capitalismo hace aguas, por falta del consumo y de la explotación presencial de la clase obrera. Se les cae el chiringuito, Es el Sistema Capitalista explotador, injusto, cruel y voráz que tenemos el que está de rodillas y tambaleándose. Pero las carreteras, las fábricas, las casas, las familias y los centros de trabajo, culturales, recreativos, educativos, sanitarios y administrativos, están en pie y prestos a funcionar. La clase obrera, toda, está dispuesta para el tajo; los pequeños y medianos empresarios incluidos, siempre incluidos.

Los políticos corren a apuntalar el sistema que les da de comer, que les permite tanto poder, tantas prebendas, y tanta seguridad. El sistema capitalista, corrupto en sí y por sí, que se basa en unos principios que recuerdan al esclavismo, donde el hombre es explotado por el hombre, donde la caumulación de riqueza de unos se realiza a costa del hambre de los otros, es solo una opción de organización económico social y falla. Es lo que estamos viendo. Y es a nivel mundial.

El Capital se nutre de las personas, de fiscalizar su trabajo, esfuerzo, consumo y toda su existencia. El Capitalismo vive de rapiñar la experiencia humana, de poner precio a todo, a los sueños, a la salud, a la educación, al bienestar, al futuro y a la propia vida. Todo es objeto de comercio, si se para el comercio unos días, pasa lo que pasa, lo que tenemos y lo que viene. Pero eso no es malo en sí mismo, solo es malo porque no cuadra con la esencia del capitalismo.

 Creo que es hora de pararse apensar. De ver los fallos y la debilidad estructural de una forma de vida consumista y mercantilista. Es la hora de cuestionar lo evidente. El planeta no puede permitirse los niveles de degradación que nosotros somos capaces de pagar. La humanidad no puede permitirse los niveles de desigualdad, miseria, hambre, guerra y dolor que necesita la rueda del capital para funcionar.

No hay en el mundo el agua, la energía y materia prima que necesita esta industria contaminate, agresiva y expansiva que preside esta forma de enfocar la gestión de la existencia humana y del planeta. Es hora de cambiar algo, o al menos de pensar que no es el camino, de tomar conciencia y de abrir los ojos y la mente. El dinero no lo es todo, el dinero no manda, el dinero no es el camino, fin y leitmotiv de la humanidad. El dinero, herramienta en un principio, alimenta en sí mismo, tanto por su características como simbolismo, el instinto humano de acumulación de poder y riqueza histórica, insana e injustamente.

El valor del dinero nunca es real, siempre fluctúa  a conveniencia, obedece a los intereses de una élite que nada tiene que ver con la realidad de las familas. Una élite que organiza el mundo al rededor de sus negocios y que se sirve de todo y de todos para prosperar retroalimentándose en su propio crecimiento sin límite, ya que todo es cuantificable y valorable económicamente, todo tiene un precio, todo está en venta.

Los valores no cuentan si no sirven al sostenimiento del sistema; la mayoría de las políticas, culturas y religiones arropan y se acomodan, conviven y se benefician, son pilares y condición sine quam non, simbióticos y garantes del triunfo del mismo. Y ahora nos vamos a enterar, de nuevo, de los valores que vamos a pagar con sangre, sudor y lágrimas.

Que no vengan ahora aponernos a cavilar porque a ellos no les salen las cuentas. Las grandes empresa necesitan nuestro sacrificio, ritual y real, para volver a cotizar en bolsa y recuperar las cifras que permiten, a los millonarios que invierten, recuperar sus capitales y estatus. Eso tendremos que pagarlo desde abajo, con un sufrimiento tan gratuito como innecesario, pero aleccionador. Y si es verdad lo que dicen, irá para largo y nuestros hijos seguiran pagando igualmente el fallo de un sistema que se derrumbó debido a una epidemia que nos hizo enfermar por encima de nuestras posibilidades.



2 comentarios:

  1. A ver si alguien me puede sacar de dudas y es que dice el alcalde que esta semana van a fumigar por la noche hasta por las fachadas a mas altura que hasta ahora que era solo por el suelo. Si todo está bien según dice el alcalde en el pueblo para que van a hacer eso?. Es una pregunta que me hago yo y seguro que mucha mas gente

    ResponderEliminar
  2. En Marmolejo todo se termina sabiendo, así que tarde o temprano se sabrá si el confinamiento lo están haciedo como es debido los que tienen cargos políticos y públicos y deberían de dar ejemplo. Los vecinos, conciendo el paño no dan un duro, ni ponen la mano en el fuego por nadie. Tiempo al tiempo.

    ResponderEliminar

La libertad y el respeto son repelentes contra el fascismo. Ejercita este principio compartiendo tu opinión, hablando se entiende la gente.
El administrador de este blog no se responsabiliza de los comentarios a las entradas y no permitirá insultos ni injurias a personas o instituciones, borrando los comentarios no respetuosos.