Reyes y punto y seguido.

Acabó la Cabalgata de Reyes, sin pena ni gloria y dando gracias a que la lluvia no ha hecho acto de presencia y ha dejado terminar el recorrido.

Han sido poco más de dos horas de tirar caramelos por las calles y esquinas en un año en el que la voluntad ha podido a los medios y la chiquillería ajena a los matices y los tiempos ha  puesto todo de su parte acompañando a la sencilla comitiva de unos veinte tractores que simbolizaba, este año más que nunca, el merecido regalo de un año mejor que el pasado.

Dicen que se ha notado la Crisis, ¿y donde no? y la algarabía de antaño ha sido reemplazada por un moderado interés y un veremos a ver como echamos el año y para el que viene, Dios dirá. Pues eso, que para nosotros queda el chaparrón y para el recuerdo el vídeo que nos pondrán cincuenta veces en la tele local con el sonido ambiente de la estridencia de chicos y grandes rebujados entre la tractorada y las almorzadas de caramelillos, que  dicho sea de paso, esperemos que se paguen antes que los del año pasado que milagrito sea que no se hayan juntado con estos, digo la trampa no las golosinas.

En realidad los Reyes solo han sido el colofón de unas Navidades que para la historia quedan, las de millones de españoles recordando tiempos mejores, porque peor que estos no los han visto, las de mirar con lupa un exiguo presupuesto o simplemente renunciar a cualquier extra fuera de la ridiculez económica en la que se ha sumido al personal. Han sido unos días para la reflexión, para darse cuenta que en estos nuevos tiempos tocan a bastos y a ser la mitad de lo que fuimos, a recordar cuando la familia era larga al pensar en regalos y que corta se ha quedado, solo a los más pequeños se le ha intentado mantener en la ilusión, la misma que los mayores ya hace tiempo que no tenemos.

Nos queda la cuesta de Enero, que se sumará a la de Diciembre, Noviembre, Octubre... y así sucesivamente y que seguirá con la de Febrero, Marzo... hasta que, como dicen los creyentes, Dios quiera, lo malo es que muchos ya no nos creemos nada.  Aunque lo que si es seguro es que de aquí a Mayo saldrán cantidades ingentes de brotes verdes, burros volando, pleno empleo y todo lo que tengan a bien querer hacernos ver y creer, y es que la desfachatez y el cinismo son las marcas de la casa de los que mandan y aspiran a perpetuarse en el sillón le pese al que le pese, y el que no quiera que coma menos, aunque para muchos menos es imposible.

Ojalá que estos Reyes de pega y barba postiza  trajeran los sacos llenos de trabajo y alegría, no hemos sido tan malos como para no merecer este regalo, no pueden negarnoslo, otros en cambio no han parado de hacer felonías y tienen su puesto y el de los suyos garantizado, son decepciones de la vida que nos hacen dudar de los cuentos de magos reales y de magos municipales.