Una vez en la Casa del Pueblo "...como comprenderéis, yo no voy a ir a la cárcel..."

No sabemos si cuando empezó todo esto, alguien podía imaginar a lo que, vecinos nuestros, iban estar expuestos. Ante todo porque el que siempre presume de tener “la justicia” de su lado, hacía gala en reuniones de su famoso “quien esté a mi lado, no tendrá problemas”, pero que al final, se empieza a percibir que lo que solo busca es salvar su "cuello", jugando al despiste, para ver si son otros los que pagan por él.


Aun están en nuestras cabezas las primeras reuniones, a las que citaba a los ahora desprotegidos marmolejeños. Empezó, como de costumbre hace últimamente, cuando quiere demostrar su fuerza y su poder, es decir, cuando abre las puertas del teatro para presentar sus obras y llenar los oídos de buenas palabras, de un guión perfectamente sintonizado con la ocasión. Con el cual ilusionaba a sus espectadores, hablando de legalizar lo que ya sabía él que era tarde. Aquella noche en su cabeza resonaban aplausos y vívares, porque hasta él se creía lo que decía.

Ya una vez, llegada a la calle la desgraciada noticia, empieza su juego maquiavélico. Llamadas a los afectados a su despacho, para en primer lugar darles el día y seguidamente empezar, como de costumbre ha tenido durante 24 años, a dar nombres de marmolejeños, que ni sabían ni se les hubiera pasado por la cabeza hacer tanto daño a sus hermanos, ya que si luchan por algo es para que en nuestro pueblo todos tengamos los mismos derechos y para que no haya más ocultismo. Incluso entre juegos de cartas, sus más aférrimos, se sumaban a la trama y a la mentira.

Semanas después, cita urgente en la Casa del Pueblo, en el edificio donde muchos marmolejeños, de diferentes ideologías, arrimaron el hombro para su levantamiento, y que luego los disfrazados defensores del trabajador, les expropiaron para hacerle un hueco al PSOE, el partido que hoy ha abandonado parte de sus siglas para convertirlo en una especie de comuna, en la que sus principales aliados son los poderosos. En ella seguía dando detalles de la triste noticia, dando un discurso equívoco y tendiendo de nuevo la mano, que con él no pasaría nada y que daba por seguro que detrás de todo había más gente. Pero cometió un fallo, un fallo que todos los presentes deben de tener en el recuerdo un “…lo que quieren es meterme en la cárcel...” y continuó con lo que en realidad ha pretendido siempre y de forma sarcástica “…y como comprenderéis, yo no voy a ir a la cárcel…”, y gastó su último chiste en lo que hoy es la desgracia de muchos vecinos, que sí se van a ver con penas en sus espaldas.

Hoy ya no asiste, ya traslada los mensajes a sus guardianes para que estos lo lleven al vecino entristecido y asustado.

Señores la Ley 07/2002, es una ley que, como ven ustedes, es de hace casi nueve años. Casi ocho ha tenido para haber avisado del peligro que se corría, de arreglar el PGOU, de dar tranquilidad a sus vecinos. Pero no lo hizo y hoy tenemos lo que tenemos. Si de verdad hay justicia, el verdadero artífice de esta desgracia, QUE PAGUE y ojalá los marmolejeños afectados encuentren una Justicia que, de una vez por todas, entienda y sea compresiva con algo que les ofrecían con un "...después de la foto, puedes hacer lo que te apetezca, que no pasa nada...".