domingo, 18 de diciembre de 2011

La leyenda de la casería del Lobo, por Manuel Perales Solís

Viene de http://aavvsanjulian.blogspot.com/

sábado 17 de diciembre de 2011

LEYENDAS POPULARES MARMOLEJEÑAS.

Texto: Manuel Perales Solís

La leyenda de la casería del Lobo:

BARRANCO DEL LOBO. Río Yeguas
   Siempre escuché de los antiguos que el pequeño y cerrado  valle  donde se encontraba la casería, le llamaban  “Barranco del lobo”. Sin embargo el toponímico con el que se identificaba este bello paraje de nuestro término municipal en el Catastro de Rústica de 1905, era “Barranco de Mena”. Deduzco que era llamado así en memoria de uno de sus más lejanos dueños, Leandro Romero Mena, marmolejeño que poseía en aquel rincón del pago de la Herradura, una serie de pequeños predios de olivar, junto a otra gran propietaria local, Ana Cañete Romero, conocida popularmente como La Cañeta (1858-1936).  Esta andujareña era la esposa de quien fuera líder del Partido Conservador Marmolejeño y Alcalde de Marmolejo  en los primeros años del siglo XX, José Alcalá Orti.  
"Perico"

    Leandro Romero Mena, casado con Ana García del Prado Montoro, fue el padre del líder del Partido Liberal marmolejeño, Lorenzo Romero García del Prado, varias veces Alcalde de Marmolejo entre 1899 a 1922, y heredero de la parcela de olivar donde se ubicaba la casería. Más tarde la heredaría su hija Ana Romero Delgado-Caballero, que contrajo matrimonio con el joven y prestigioso médico José Perales Jurado. Al morir ésta en 1927,  mantuvo el usufructo de la finca su esposo, hasta su fallecimiento en 1983.
   ¿Por qué entonces “Barranco del Lobo”?. La leyenda que más abajo relato y que escuché, hace muchos años, de boca de los trabajadores de la finca del Ecijano, nos lo aclara. (1)
   Para llegar al Barranco del Lobo hemos de tomar el camino de La Viñuela de Godoy, a la altura de la Herradura Parra, y cuando divisemos hacia poniente la casería del Santo, tomaremos dirección oeste buscando el rio de Las Yeguas, aguas debajo de la presa. Cercana al río y en el fondo de este pequeño valle se encontraba una antigua casa de dos plantas (la planta alta para pajar y cámaras donde meter aperos) con muros de tapial y sillares esquineros como la mayoría de las caserías de la sierra. A su derecha disponía de un buen corral cercado de muros de tapial y mampostería utilizado para guardar los animales de labor y las piaras de cochinos. En la orilla del río existía una fuente  donde los caseros se aprovisionaban de agua a pesar de que las aguas del Yeguas también eran potables para el consumo humano. Cerca de la casería atravesaba el río la línea eléctrica que en los años iniciales del siglo XX hizo instalar el propietario agrícola e industrial hostelero, Pedro Perales Domínguez “Periquito Semana”, para llevar el fluido eléctrico a su casería del Santo en el Charco del Novillo.

  Desparecida tras las obras del pantano del Yeguas, el recuerdo de este recóndito lugar ha quedado para siempre vinculado a la antigua leyenda que a continuación transcribo. (2)

1 comentario:

  1. Manolo es un honor leer tus artículos. Compañeros como tú, es lo que necesita este pueblo tan querido.

    Un saludo

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