... descubriendo que Marmolejo ya no es en blanco y negro, que hay una amplia gama de colores, de opciones, de caminos y de posibilidades.

Mirando al futuro

Ayer hizo un año de la toma de posesión del nuevo Equipo de Gobierno, un año en el que han pasado muchas cosas, algunas de pequeño calado social, económico o político y  otras, sin embargo, de gran trascendencia histórica.  Acontecimientos más o menos recientes, están por analizar y nadie duda que generarán multitud de opiniones, pero en lo que todos estamos de acuerdo es que Marmolejo ya no es el de hace un año y que no volverá a serlo.

Las elecciones del 22 de Mayo de 2011 venían marcadas por la voluntad de continuismo del entonces equipo de gobierno socialista, a ellas se concurrió básicamente con las mismas personas de las últimas citas electorales, en un intento de llevar atado y bien atado al grupo municipal, para que no se resquebrajara el principio de que "lo que pasa en el Ayuntamiento, queda en el Ayuntamiento" y amparar así una Ley del Silencio que llevaba funcionando 24 años y que, aunque ellos no lo querían ver, estaba a punto de caer bajo la presión de la voluntad popular en la urnas.

El día de las elecciones municipales, a la hora del recuento de votos, algunos se rasgaron las vestiduras al derrumbarse el castillo de naipes del frágil socialismo marmolejeño, esquilmado y purgado hasta la saciedad, desprovisto de sus valores más paradigmáticos, que podrían haberlo hecho evolucionar en otro sentido que no fuera el del anquilosamiento, la perdida de identidad y la falta de democracia interna. Se da la circunstancia de que los que lloraron, como Boabdil lloró la perdida de Granada, fueron una minoría aunque ciertamente llamativa, tocaba plañir y se cumplió, ya que decidir les tocaría, como siempre, a otros, que ni estaban siquiera en el cortejo ni se les esperaba. Esto en sí evidencia la naturaleza de un grupo político con actores de varias categorías, estructurado y regado con favores y prebendas piramidalmente; arriba el que manda, luego los que le apoyan, por debajo los que solo obedecen y  en la parte más baja los que se dejan ver, pero sin implicarse si no se les pide, críticos, realistas y juiciosos (que en estas elecciones han jugado un papel decisivo), luego, en el nivel más escondido, en los sótanos, quedan las mazmorras ideológias donde los rebeldes y díscolos son sometidos al olvido y el ninguneo, cuando no a otros tipos de presiones, y advertidos de las consecuencias de sacar los pies del tiesto.

Todos los regímenes autocráticos han tenido sus guetos y apartheid y ahí, durante años, sin corromperse, envilecerse o adulterarse, ha languidecido la esencia del socialismo marmolejeño, sus mayores teóricos y estudiosos y el cimiento real  del que podría / debería resurgir la piedra angular del nuevo edificio socialista. Es en la inversión de la pirámide donde está la clave de la refundación del Psoe de Marmolejo, en que adopten un papel protagonista los estratos inferiores del antiguo organigrama cristobista, ya caducado por razones obvias. La conjunción entre una base realista, sensible y crítica  junto a personas que tienen todavía una concepción histórica, personal y limpia del verdadero sentido del socialismo, es la mejor apuesta que puede hacer este partido. Lo demás es darle vueltas al pasado y querer mantener un régimen nostálgico e insostenible por definición, injusto políticamente, problemático judicialmente y trasnochado socialmente. Ellos verán lo que hacen.

Mientras, la vida sigue, se han abierto las puertas y ventanas del Ayuntamiento y aunque la asignatura de la Comunicación no es la más sobresaliente, lo que hay es lo que se ve, no tiene nada que ver con épocas pretéritas; la deuda se sabe, los proveedores están cobrando, las asambleas locales se están creando así como asociaciones de vecinos, se arreglan calles y caminos, se hacen obras, se colabora con la economía, la agricultura, el deporte, la cultura, la juventud, las asociaciones, sobre todo hay transparencia en las cuentas, se está ahorrando donde antes se despilfarraba, se están sacando a la luz graves taras de la administración anterior, ya hay secretaría e intervención de cuentas... y a partir de ahora será lo que los vecinos quieran y cada día están más seguros de ello.

Hoy, un año después, queda un pueblo que construir entre todos, se están superando viejos y manidos clichés y se respira de otra manera,  también hay muchos problemas, mucho paro, demasiados pocos recursos y se arrastran rémoras enquistadas en una sociedad que, poco a poco, va abriendo los ojos y descubriendo que Marmolejo ya no es en blanco y negro, que hay una amplia gama de colores, de opciones, de caminos y de posibilidades.

Todos somos conscientes del gravísimo momento de crisis que estamos soportando toda la sociedad marmolejeña, por eso no nos falta razón al lamentarnos y pedir ayuda, pero además debemos hacer cuanto esté en nuestras manos porque este pueblo avance, así avanzaremos también todos. Ha llegado el tiempo en que no merece la pena poner palos en las ruedas, ya no, ¿ya para qué?, es de negados tirar piedras sobre el propio tejado, es más bien el momento de ayudar, construir, vigilar y exigir. A los que hay les quedan tres años de gobierno y como el tiempo no pasa en balde, hay que tratar de aprovecharlo de la forma más constructiva posible, el caso es andar juntos, trabajar juntos para salir de esta juntos, y el camino, ya veremos a donde nos lleva, que será siempre donde el pueblo quiera. Dentro de tres años que cada cual vote a quién mejor le parezca, pero eso no es motivo para estar todo ese tiempo no haciendo nada y negando la evidencia y la responsabilidad de ser un marmolejeño más. Hay que ejercer de ciudadano, exigir como ciudadano y colaborar como tal. No hemos llegado hasta aquí para que sea de otra manera.

El tiempo que queda, si queremos, dará para mucho en todos los sentidos porque está en juego el resto de nuestro futuro, el futuro de Marmolejo.