El polígono empieza a ser saqueado, mientras hay quien piensa que el guarda sobra.

Hace ya bastantes meses que se le buscó una utilidad a la inacabada, aunque inaugurada, última fase del polígono industrial, y fue mediante una “brillante idea” de nuestro concejal de Urbanismo que consistía en convertir las desiertas calles del mismo en un aparcamiento para camiones y maquinaria pesada.

El improvisado estacionamiento, desprovisto de cualquier tipo de seguro o servicio complementario que no sea el de guardería, ocupa el extremo más cercano a la entrada de la autovía y da la excusa perfecta para que además de estar vigilados los camiones, se mantenga la custodia, ronda y guardia sobre las naves de esta fase y las infraestructuras eléctricas, como cables y transformadores, que aún no han entrado en servicio.
Pues bien, desde hace unas semanas, el Ayuntamiento, quiere dejar de pagar os servicios al guarda y pretende que lo hagan, bien los camioneros o bien los empresarios de las fases aledañas.

Los camioneros, al ser pocos, se quejan de la escasez de servicios y falta de comodidades, que por otra parte podrían encontrar en otros aparcamientos por un precio módico, como surtidor de gasoil, limpieza, engrase y un seguro de vehículos mientras estén aparcados . Los empresarios, por su parte, entienden que un servicio integral de guardería para el polígono entero, habría de venir garantizado por una empresa especializada y homologada, siendo conscientes de que, hoy por hoy, como están los negocios y la crisis no lo pueden contemplar como una opción inmediata.

Visto lo visto, este ayuntamiento que pretende inaugurar unos cuantos edificios públicos de cara a las elecciones, por un lado, con lo que conlleva de puestos de trabajo en mantenimiento, limpieza, vigilancia y normal funcionamiento de los mismos, al mismo tiempo que intenta quitar personal y sueldos de otras actividades no menos importantes que las nuevas que están por venir. Por lo pronto las primeras consecuencias de dejar sin vigilancia el polígono están apareciendo en forma de robos y actos vandálicos, viendose ya algún transformador, sin estrenar, tirado detrás de la caseta.