Entrevista a José Campaña "el caminante obrero", historia oral de su lucha por la vida
“Mi vida ha sido siempre un despido improcedente por defender mis derechos”
Ramón Pedregal Casanova
Rebelión
“Los ricos, al fin y al cabo, son una invención nuestra, ellos no son nada sin nosotros”
El compromiso en la lucha por la dignidad de su familia y de los trabajadores es una lección que José Campaña, al que se ha llamado El caminante obrero, suma a las que el movimiento obrero ha escrito. Ha venido desde Mairena de Alcor, provincia de Sevilla, andando hasta Madrid para ponerse delante del Congreso de los Diputados y exigir así el derecho al trabajo que se lee en la Constitución monárquica. Le podemos encontrar todos los días de diario y mientras los diputados permanezcan en el interior de esa casa, que está en la calle denominada Carrera de San Jerónimo, que tiene leones de bronce en la puerta y guardias armados. Quizás sea el primero, en esta crisis, de los que van a llegar a la capital del Estado no para pedir limosna en las calles, sino para protestar contra los atropellos de la gran burguesía y la aristocracia, que cuenta, como parte de su ejército, con la mayoría de los administrativos que utilizan el eufemismo de diputados. Aquí se trascribe la narración oral que hizo de su andadura para rebelión.org José Campaña, El caminante obrero.
Su paso por Marmolejo, con sus propias palabras.
...por la autovía, pero faltando dos kilómetros para llegar a Marmolejo me paró la guardia civil y me dijo que por la autovía no podía andar, yo le dije que por la vía de servicio desaparecía y no estaba asfaltado del todo, hay tramos de piedras y yo tenía los pies en carne viva en ese momento, supurando sangre, y no podía andar por allí. Ellos me dijeron que saliera en la salida de Marmolejo, pero no les hice caso y seguí adelante. Seguí adelante y cuando estaba subiendo una cuesta de la autovía, me faltaban 5 kilómetros para llegar a Andujar vino la pareja de la guardia civil y me multó.
Y les pedí que por favor ya que me habían multado que me dejasen llegar hasta Andujar que me estaban esperando y me quedaban solo 5 kilómetros, pero ellos dijeron que si seguía andando me detenían por desobediencia, me podían una denuncia al juez y entonces era cuando iba a tener verdaderos problemas, y además si tuviese los pies en carne viva, supurando sangre, no andaría tan ligero, yo le dige que no me quitaba las botas porque cuando me muera lo único que me llevaré será mi palabra, que me diera la vuelta, y me volví para atrás, y volví para atrás muy mal, tuve que hacer 3ó 4 kilómetros cuesta arriba para el pueblo; me llamó la compañera de Andujar y llamó a los compañeros de Marmolejo, me recogieron, me llevaron al hospital, me curaron durante dos días, me cuidaron, me dieron ánimos, los llevo desde entonces en el corazón, tomaron esto por Internet, me ayudaron a realizar una nueva ruta. Tengo que darle las gracias a la pareja de la guardia civil que me multó, me hizo andar para atrás y así conocer a los compañeros de Marmolejo, y gracias a ellos lo tomé con muchísima más fuerza...
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