Quien no aprende de los errores, está condenado a repetirlos. Y el Alcalde de Marmolejo, tiene mucho que aprender.

El caudal del Guadalquivir a su paso por Marmolejo anda ya por los niveles de los 640 m3/seg., según información de la Junta.
En el mes de Septiembre se recogieron 20 l/m2, durante Octubre fueron 94 l/m2, en Noviembre se midieron 104 l/m2 y solo en los primeros días de Diciembre han caído 173 en solo tres días. En total llevamos al rededor de 400 l/m2, que supone el 70% de un año nomal y menos de la mitad de lo que nos cayó el año pasado, que paso de los 1000 l/m2..

Por el momento, hemos salvado la situación, ya solo queda arreglar los desperfectos y ayudar a las familias con la mayor celeridad posible. Cada vez que se produce una situación de emergencia de este tipo, además de los destrozos y sus consecuencias, deberíamos adquirir conocimientos concretos de donde se encuentran los puntos débiles y de como actuar preventivamente sobre ellos.

Es inestimable la información que se puede desprender de un desastre natural y es en estos momentos cuando hay que sacar lecturas de nuestros errores y negligencias, ver lo que falla para ponerle remedio. De nada sirve utilizar mediáticamente estos momentos, salir en la tele y las fotos  para luego olvidarnos de ello en cuanto deja de llover. Al menos es lo que pasó hace nueve meses y esperamos que no sea lo que pasará en esta ocasión.

El gobierno local, socialista, debe de mejorar y mucho los protocolos de actuación, pero sobre todo los de alarma y aviso de los vecinos que se puedan ver afectados por las riadas y fuertes lluvias. Las acequias deben de limpiarse y no echar balones fuera eludiendo responsabilidades y falta de competencias ya que si el ayuntamiento no lo hace, que al menos exija que lo hagan las instancias correspondientes, no nos puede pasar que unos por los otros, la casa sin barre, la acequia sin limpiar, la tragona atascada y la riada encima y sin verla venir.

Aquí parece que nos entusiasma más, que nos visite un gerifalte de Jaén o de Sevilla con el que lucir palmito el alcalde, que arreglar realmente los problemas que sufren los vecinos. Después del ridículo de la apuesta del jamón del Presidente de la Diputación, gesto chabacano que sirvió solo para encubrir una mentira, no se como se atreve a asomar por el Poblado de San Julián, meses después de su estrafalaria apuesta sobre unas obras que insultantemente no ha cumplido.

Y es que cuando no hay ni imaginación, ni ganas de trabajar, ni respeto a los vecinos y se está obsesionado con ganar unas elecciones que no ven llegar la hora de celebrarlas, pasa esto, que el pueblo se queda con el culo al aire, acostumbrándose a estar solo, y a recibir a los gobernantes locales incluso con insultos (genio y figura), fuera de tono, tarde y queriendo organizar lo que ya está organizado, pero sin aportar nada y con las manos vacías.

Protección Civil ha cumplido de largo y junto al operario que lleva el viejo camión de bomberos, municipales y los técnicos de las retros, se han ganado el reconocimiento de todos por una labor impecable. Lo demás son milongas politizadas, y si encima no han aprendido nada, apaga y vámonos.