Apuntes sobre algunas actividades en el mes de Mayo en San Julián.

Fotos cedidas por Francisco "Chinchi" de la AAVV Poblado de San Julián

Mayo fue un mes muy importante para San Julián. La festividad de San Isidro se celebró, como todos los años, con una procesión, banda de música y comida a los colonos. Como todos los años ni estaban los que eran, ni eran los que estaban, pero no tuvo la menor importancia, porque, como todos los años, lo que importaba es que nada cambiara y que diera la impresión que por San Julián no pasa el tiempo, ni las innovaciones, ni las libertades, ni las ideas ajenas al régimen, ni la cultura, ni la esperanza de futuro. Sin embargo, eso fue imposible de escenificar, porque allí había personas y no borregos, porque la libertad, la justicia, la cultura o la esperanza son como el aire, que no se puede encerrar tras la puerta de la obcecación, ni coger con las manos de la incompetencia, ni aún pisar con las botas de la añoranza de tiempos pasados que ya no volverán, son del pueblo, mal que le pese a algunos.

Sin embargo, el recuerdo se ha convertido en  homenaje y vínculo con el mañana , en la exposición de fotografías antiguas que esos días celebró la AAVV de San Julián, en la estrechez de su sede, pero con una amplitud de miras que se perdía en el horizonte, llegando a superar el patetismo de quedarse atascado en el pasado y la burrada de querer que el porvenir sea una copia de lo rancio. Se ha tendido un puente entre la historia y el futuro del poblado y sus habitantes, entre lo que fue y lo que ha de venir irremisiblemente con toda la fuerza de sus gentes. Esta mágnifica exposición de rostros anónimos, para los profanos, pero de la familia para los vecinos, ajenos a la magia y transcendencia que supondría volver a estar un día presentes en su pedanía, dando sentido a las señas de identidad de su tierra y siendo copartícipes junto a generaciones venideras, muchos años después, para poner una de las primeras piedras en la construcción del futuro de San Julián. Aquellos antiguos colonos con su paciencia y su apego a la tierra, posaron para el futuro, para sus hijos y nietos, para la esperanza y para el resurgir de San Julián. Bien merecen un homenaje, el que le hicieron con la exposición  y el que la historia le brindará con el desarrollo de esta pedanía, el esfuerzo de los vecinos y el reconocimiento de todo Marmolejo.

El catálogo de actividades programadas por la AAVV quedó apenas reducido a la exposición de fotografia y pintura, la actuación de la banda del Maestro Flores y el desarrollo de una jornada de convivencia con colonos y vecinos de Marmolejo, a medio camino entre la sede de la asociación y una barra en el parque infantil, donde agasajar a los que se acercaban con un refresco y un plato de arroz. Lamentablemente quedaba lejos de conseguir las dos semanas de actos culturales y festivos por falta de locales donde celebrar las actividades, no lo han tenido fácil, nadie dijo que bregar con la anti cultura y la ignorancia cerril fuera fácil, más bien ha sido doloroso ver como a la altura que estamos, la fuerza y la prepotencia se ejercita contra la cultura y la democracia, contra el asociacionismo y la armonía vecinal y como el presupuesto para todo el año de una pedanía con muchas deficiencias se intentaba gastar de golpe en una comilona y un par de grupos de música. Pan y circo, incultura y enfrentamientos, ignorancia y abuso de poder... es lo que hay, lo que nos ofrece el alcalde pedaneo, esperemos que no por mucho tiempo.



También en Mayo, en San Julián, se cerraron las jornadas sobre la I Semana Local sobre Nuevas Tecnologías, la participación fue amplia por parte de los vecinos que se volcaron con las actividades demostrando que este rincón de Marmolejo es uno de los más activos y ávidos de iniciativas culturales, dando una lección, como llevan haciendo desde hace mucho tiempo, de pundonor y participación ciudadana a través de la AAVV Poblado de San Julián.