martes, 2 de febrero de 2010

Arreglos de carreteras




El arreglo de los destrozos en la red estatal costará dos millones
MARTES, 02 DE FEBRERO DE 2010 11:59 PROVINCIA - Diario Jaén.es

Problemas de acumulación de agua en el acceso al poblado de San Julián.

José Rodríguez Cámara /Jaén
Socavones, desprendimientos y cauces que se desbordan. Es la herencia que dejó el temporal en cuatro de las principales carreteras de la provincia, las de la Red Estatal. Devolver estas vías a la normalidad y evitar que haya más desperfectos supone una inversión superior a los dos millones.

La antigua carretera entre Bailén y Motril, la N-323a, que, con la apertura de la autovía se quedó como simple vía de servicio, está cerrada desde hace más de un mes. La imposibilidad de usarla motiva más de una queja, tanto de particulares como de instituciones, como de los ayuntamientos próximos. Y es que, a pesar de ser secundaria, esta arteria cumple una función clave, sobre todo, para los vecinos de Cárcheles y para los trabajadores y clientes de los establecimientos hosteleros y de servicios de los alrededores. La causa de la inutilización de esta calzada está en el temporal, que, mientras duró, anegó la tierra e hizo destrozos en laderas y montañas. Los daños en esta vía en concreto la hacen prácticamente intransitable, exactamente, entre los kilómetros 58,200 y 63.

No es la única carretera de la Red Estatal que precisa lo que se denomina como obras de “emergencia”. De hecho, el volumen de trabajos imprevistos ejecutados y que hay que ejecutar es tal que, para afrontarlo, el Ministerio de Fomento tendrá que librar 2.015.133,98 euros. Para la reapertura de este tramo de la N-323a, la cuantía presupuestada es de 282.824,27 euros. Pero con esta acción no se terminan los desperfectos en la antigua nacional. A su paso por Mengíbar, en el kilómetro 17, también se registró un desprendimiento de rocas. Aunque graves, no son los principales destrozos registrados en la Bailén-Motril. De hecho, en un informe al que tuvo acceso este periódico, se aclara que en la autovía A-44, la carretera que sustituyó a la convencional, es preciso intervenir para evitar que la ladera se venga abajo, a la altura del kilómetro 69, sentido Granada. No era raro que hubiera caída de roca y tierra en este punto de la calzada, reconoce Fomento, aunque a raíz de las intensas precipitaciones, el riesgo es que el talud se venga abajo por completo.

Ante la amenaza, la solución pasa por la construcción de muros, la colocación de mallas y un sistema para evacuar las aguas y evitar su acumulación. Hay más intervenciones extraordinarias a consecuencia del temporal en la A-44: La reparación del socavón en el kilómetro 31,500, a la altura de Las Infantas, y los trabajos en el túnel de La Cerradura, en el 57, completan el mapa de lo que está mal.
autovía madrid-sevilla. El poblado de San Julián, en Marmolejo, estuvo en alerta en tres ocasiones por el riesgo de inundaciones debido a las crecidas del Guadalquivir y otros afluentes del río. La alarma no era caprichosa, ya que el agua anegó partes del núcleo, sobre todo, la carretera de acceso desde la Autovía Madrid-Sevilla (A-4). Tanta agua ha dejado una huella que se traduce en problemas para las infraestructuras de la pedanía, sobre todo, en su red de alcantarillado. Prueba de ello es que, entre las acciones que es necesario que las administraciones públicas realicen en la zona, el Ministerio de Fomento destina 105.126,62 euros para la mejora del drenaje de la autovía, precisamente, en la entrada a San Julián, en el kilómetro 339.

Pero las precipitaciones intensas de diciembre y enero no sólo afectaron al trazado de la A-4 al paso por Marmolejo. En el enlace 275, pasado el embudo de Despeñaperros, el Estado tendrá que intervenir por un deslizamiento. Es necesario que se reparen kilómetros de vía de servicio en todo el recorrido por la provincia y que se acometan obras para evitar inundaciones entre los kilómetros 291 y 298 y a la altura del 300. En otra de las vías de la red nacional, la N-432, a la peligrosidad del trazado hay que añadir que, por las lluvias, se registró un deslizamiento en Alcalá la Real. Más grave es lo ocurrido en Canena, que atraviesa la futura autovía Linares-Albacete, la N-322. En este municipio de La Loma es necesario que se amplíe la capacidad de uno de los cauces que cruza la carretera que, ya en septiembre de 2009, causó inundaciones.

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