Se está lanzando en diversas Comunidades Autónomas una campaña para ir "concienciando" a la gente a favor del copago. Esto significa en realidad, pura y llanamente, que personas que realmente necesiten ir al médico no vayan porque tienen que contar cada euro que gastan. Lo que se pretende por parte de los impulsores de la campaña es tener más dinero para gastar sin tener que dar cuenta de lo que realmente gastan, cómo lo gastan, y a qué bolsillos van a parar muchos gastos por conciertos y contratos con la sanidad privada (aseguradoras, mútuas, hospitales e industria farmacéutica). La insidia de los argumentos merece ser descubierta, como ha empezado a hacer Dempeus per la Salud Pública.
Por ejemplo, los partidarios del repago dicen:
"Durante el año 2006 cada español acudió al médico una media de ocho veces. Un 40% más que en otros países europeos."
Pero no dicen:
¿Y fueron suficientes las 8 visitas para atender bien a la persona enferma? ¿Cuánto tiempo (minutos) pudo dedicar el personal médico a atenderle en cada ocasión, incluída la primera visita? ¿Cómo y en qué plazo se programaron las pruebas diagnósticas? ¿Cuántas veces fue preciso acudir a la consulta para conseguir un diagnóstico? ¿Cuántas veces fue reprogramada la visita al/la cabecera o al/la especialista?
Por otro lado, ¿han descontado en el cómputo las visitas derivadas de la siniestralidad laboral, mucho más alta en nuestro país que la media de la UE, o las expendedoras de receta (que todavía las hay) sin control médico relacionado? (Hay mucho que hablar sobre este último tema, sin culpabilizar para nada ni al personal médico ni a las personas enfermas...)
Siguen diciendo:
"La Sanidad en nuestro país tiene un coste elevado, desconocido por la mayoría, pero que hay que pagar."
Pero no dicen que el gasto sanitario en nuestro país está por debajo de la media de los países de la UE. Aquí tienen ustedes el gráfico para el 2004, elaborado por la Fundación del BBVA, de la media de gasto por cápita corregido por paridad de poder de compra. La línea verde corresponde a España, ¡y por debajo está Portugal, el país que nos ponen como referencia!
En favor del copago no es pues de recibo sacar el ejemplo de Portugal, en lugar de proponer que sea la ciudadanía portuguesa (y ya puestos, también la turca) la que se acerque progresivamente a los niveles medios de la Unión Europea en gasto sanitario y demás gasto social.
Y si siguen poniendo el ejemplo de Francia, donde sólo "se tiene que pagar un euro por cada consulta médica", cuando en Italia, las visitas a un especialista "pueden costar hasta 36 euros".
Les podemos argumentar que, si de competir se trata, en España las visitas al especialista pueden llegar a costar hasta 175 o 200 euros, porque hay especialistas a los que sólo se puede acceder en un plazo razonable acudiendo a la privada... a instancias implícitas, para determinadas enfermedades, del sistema público de salud! ¿O qué significa Barnaclínic (privado) dentro del Hospital Clínic de Barcelona, donde por cierto ya practican en según qué casos lo de la "factura en la sombra"? ¿Hablamos de lo que sucede a las personas enfermas de fibromialgia, sensibilidad química múltime, síndrome de fatiga crónica... y otras enfermedades todavía en proceso de "resolución" dentro del sistema público de salud?
¿Se trata de parecernos cada vez más a países gobernados por Sarkozys o Berlusconis, o recuperar un sistema de salud de calidad para toda la ciudadanía?
Yendo a la fundamental, ¿por qué no se dejan de una vez de hablarnos del precio de la sanidad y entre todos y todas hacemos un ejercicio por recuperar el auténtico VALOR de la salud, del SERVICIO PÚBLICO DE SALUD, la conquista histórica que significa y el derecho de ciudadanía que representa?
No vamos a dejar aquí los argumentos contra el REPAGO. Seguiremos e insistiremos hasta que no puedan ocultar por más tiempo las auténticas razones que se esconden tras su fomento de la desigualdad en salud. ¡Si hasta en los manuales de economía más al uso se explica que la imposición de una tasa en un servicio público, por pequeña que sea, expulsa de su utilización a las personas de rentas menores! ¿Y eso quieren hacerlo personas que se llaman a sí mismas socialistas en el sector de la salud? ¡Vamos, anda!
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