CORRUPCIÓN | El sumario, paso a paso
Sexo y orgías, el arma secreta de Gürtel
Esther Mucientes | Madrid/ elmundo.es
Actualizado lunes 12/04/2010 14:12 horas
Como si de una película de mafiosos se tratara, el caso 'Gürtel' no sólo está dejando al descubierto una trama de corrupción sin precedentes en España, con pagos ilegales y regalos a políticos, sino también una red de pagos en especies, como por ejemplo las prostitutas y orgías que 'Don Vito', llámese Francisco Correa, contrató para altos cargos públicos, constructores, empresarios y cualquiera que pudiera beneficiar a la red.
Tal y como se desprende de las conversaciones recogidas en sumario desvelado la semana pasada, Correa ofrecía "servicio de chicas" a políticos madrileños como los ex concejales del Ayuntamiento de Majadahonda José Luis Peñas y Juan José Moreno, con el fin de afianzar sus relaciones personales y empresariales con ellos.
'Don Vito' utilizaba orgías con prostitutas para cerrar contratos o conseguir contactos. Leer más.
Antes se oía mucho aquella frase que decía: "lo que daría por poder ver a fulano por un abujerico". Yo la hago mía en estos tiempos, en los que se juzga a unos chorizos peperos sorprendidos con las amos en la masa, y reclamaría un "abujerico" por el que mirar , pero no lejos, sino cerquita, a algunos empresarios y políticos cercanos.
Políticos corruptos y empresarios sin escrúpulos son especies que proliferan por toda la geografía nacional y surgen de donde menos nos esperamos. Normalmente la cosa queda en rumores, sospechas, intuiciones y habladurías, pero ya se sabe que "cuando el río suena..." y por estos parajes el río no ha dejado de sonar alto y claro desde hace muchos años.
La antiquísima tradición de terminar cerrando los tratos bajo las luces rojas y el calor de un prostíbulo, es difícil de erradicar de la noche a la mañana. El machismo desmedido y la sensación de poder que deben de sentir los que se consideran por encima de la ley y de las personas, por el simple hecho de vulnerar impúdica, onerosa e impunemente las normas, autoriza todavía a quien piensa que debe de culminarse la felonía vejando por dinero a un ser inferior e indefenso o necesitado, en este caso la prostituta de turno.
Me ratifico, " lo que daría por poder ver a fulano por un abujerico".
La vieja usanza, putas, juerga y trapicheo y mientras los mogotes esperando en una esquina (o la puerta del ayuntamiento)a que haya un jornal, que trabajar y agradecer, por cuatro duros para darle de comer a la familia.
ResponderEliminarCabrones y fascistas de ayer y hoy (algunos con carnet). A veces se me revuelven las tripas...