ERASE UNA VEZ... MARMOLEJO Y EL "CUENTO" DEL QUE CUENTA CONTIGO.
El proyecto inacabado, per saecula saeculorum, del cuento de piratas en el país de nunca jamás.
Viendo como está el patio y como nos quieren vender la burra, si lo que llaman "el proyecto", los niños del soe, se tratara de una cuestión matemática y quisiéramos averiguar el límite de la función de la gestión municipal, que estos mindundis nos quieren hacer ver que tiende al infinito y más allá, ese infinito solo sería posible si aceptamos que el parámetro del que depende dicha función es la chabacanería y capacidad de mentir a los vecinos porque eso es lo único infinito de lo que pueden presumir. Pero si somos realistas, si utilizamos otros parámetros como la eficacia real, las ganas de trabajar, la capacidad resolutiva o la preocupación por los problemas del pueblo, claramente el límite tiende a cero patatero, a la nada, rien de rien, niente, null... fracaso y ruina. Es lo tenemos porque es lo
que vienen sembrando desde hace muchos, muchos años, y así nos va. Qué más pruebas queremos?
Y esa es la realidad probada de Marmolejo. Esa es la foto de campaña que nos muestran, la de los barrigueras sentados y sonrientes, como si ya lo tuvieran todo hecho. No como quien afronta un reto, y pie en tierra está presto a la lucha y al trabajo, sino como quién está relajado, a mesa puesta y sueldo fijo, sonrisa picarona y sin necesidad de esforzarse, descansando y en sus cosas, complacido y sin ninguna prisa por dar un palo al agua. Es lo que hay, toda una declaración de intenciones, son tan inútiles o tan soberbios que anuncian gráficamente sus pretensiones, sentarse y descojonarse de nosotros mirándonos a la cara.
Para ellos, los antiguos y nuevos manolos, pilares y rafitas, esto, las elecciones, es solo el cuento de nunca acabar, solo un tramite que les permitirá invernar otros cuatro años con el yerbero lleno y el pueblo pagándoles las fiestas. Prometen lo que ya prometieron antes tantas veces, después de tantos años, ¿qué les queda por prometer? la verdad es que hay que tener la cara como el hormigón armado para que los mismos que han hundido Marmolejo quieran que les paguemos eternamente la juerga y los caprichos, solo por seguir hundiéndolo bajo falsas promesas perpetuamente renovadas. Ahí el pueblo debe de tener algo que decir, porque este parasitismo lleva demasiado tiempo enquistado.Y es que para algunos la vida es cuento, aunque hay historias reales que pueden ilustrarnos y andan por ahí circulando. Lo que sigue no es un cuento, aunque lo parezca:
Érase y fue patético más de una vez... Aún me parece verlo en ese polígono, compungido, con la lágrima a punto, con premura, solidario hasta la ternura, un paisano, un amigo, qué digo, un hermano, Lozano, que a pie de la escalera, les iba dando la mano o un abrazo, uno a uno, con el ánimo descalzo y el gesto oportuno, señalando, sentenciando, que este viaje sería el último, que si él llegaba a ser alcalde, no habría más emigrantes, que eso serían cosas de antes, pero con él ninguno. (Solo le tenían que votar.)
El autobús chapó las puertas, y en sus asientos, despidiéndose con la memoria intacta y las carnes abiertas, pensaban los viajeros compungidos, para sus adentros: será verdad que Lozano se cree lo que ha dicho, o es otro de sus caprichos que nos quiere colar... A esas alturas ya daba igual, el autocar se alejaba... y dejando al mendigo con su mísero parloteo en tierra, se embarcaron por la senda larga y honesta que huye de la mendicidad. La del trabajo que aquí se les niega.
Al menos así lo contó una vez un testigo, sin recelo, y pienso que algo de eso tiene que haber, pues los que se iban, iban para quedarse, al parecer para alejarse de las mentiras, de los cuentos, del partido, del miedo, del perro y del amo, querían cambiar su sino y empezar de nuevo el camino, si es posible, lo hacían para no volver.
Es lo que pasa cuando lo único que interesa es el voto, buscado con falsas promesas, engaño y desprecio, con la cabeza puesta en la foto y la disculpa fácil siempre a mano, pues qué culpa tiene este fulano que nunca encuentra un zurcido para ningún roto.
En cuanto al actual trasiego de escombros, pintura y postureo. No sé si saldrá bien la táctica de inyectar dinero a la desesperada, en cuatro días desde la Dipu., para intentar que los pueblos afectos al régimen, que tiene el partido camelados, cosificados y acogotados, ademas de cacillo de mano, ahora hagan de salvavidas de la tropa ingente de personas, personajes y personajillos que viven de la institución. Si no sale bien, se verá a mucho inútil buscándose la vida por primera vez en el mercado laboral. Digno espectáculo, aunque improbable, pero soñar es gratis y la gente lleva comiendo lo mismo tanto tiempo que no piensan que haya nada más. De hecho los que se esfuerzan para que el menú sea de plato único lo llaman democracia, vivir para ver.