Al Psoe de Marmolejo, todos los caminos le conducen a... al juzgado de Andújar.

A algunos políticos les pasa como a los guarros, cuanto más fango hay más a gusto están

Cuando en Marmolejo se ha pasado muchos años sin pagar nada de nada a nadie, ahora el partido socialista corre a pagar los errores de imprenta del abanico cuya propaganda, para tener sentido, hubiera tenido que repartirse en los países árabes. Corre este Psoe  para alejarse del nuevo varapalo a la Junta, a la Agencia IDEA, la misma que subvencionó a los que se anunciaban en el abanico... y mientras corren y corren, siempre terminan en el mismo sitio: el Juzgado de Andújar.

Allí parece que tengan la estación de penitencia todas las causas con las que procesionan ante los jueces los ediles socialistas de Marmolejo; serios, formales y levantándose al toque de la maza, pero del juez, solo les queda que se dicte la penitencia y que la cumplan a rajatabla, integra y puntualmente, con la integridad que a ellos les ha faltado y la puntualidad con la que llegaban a los banquetes a llenar la panza. Silencio, en esta ocasión, nadie canta, si alguien lo hiciera se caería el castillo de naipes que es ahora un partido debilitado por las imputaciones y la corrupción enquistada.

Todos callan, en esta procesión del silencio, en Sevilla, pacto de silencio, en Marmolejo, pacto con el diablo, para que esta pesadilla se acabe y un buen día al despertar ya no exista. Ya ni siquiera se preguntan, qué hubiera hecho el líder en su situación, sino que directamente rezan lo que no saben, se encomiendan a San Dimas, el buen ladrón,  y se culpan unos a otros para que no les pase ná.

El Juez de Andújar ya no sabe si son cortitos o se lo hacen, si son más corruptos que ignorantes o más inconscientes que sinvergüenzas; nadie sabe nada, nadie manejaba nada, nadie era responsable de nada, nadie tenía interés por enterarse de nada y todo a pesar de que ellos lo manejaban absolutamente todo, todo. En realidad se trataba de que en Marmolejo no se moviera ni una mota de polvo, ni un ladrillo, ni un saco de cemento, sin que ellos lo controlaran y fiscalizaran políticamente siempre y, económicamente  cuando tocaba.

El tema de la Dehesilla continua su curso, aireado con e tema del abanico y esperando al tema de las Torrecillas que se complicará con el tema del tanatorio... y lo mejor es que Susana Díaz, Zarrías y Paco Reyes capaces son de estar como locos por volver a este lodazal y es que los políticos de algunos partidos, como los guarros, no hay ninguno que desprecie un buen revolcadero  y cuanto más fango haya, pues mejor.