Lleva a esta reflexión, entre otras:
No olvidemos que por definición, el que viola la ley, delinque
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Lo que demuestra que las leyes al estilo de los cristobistas y sus adláteres tienen un final cuando tropiezan con la LEY, la de todos, la que a ellos les pide cuentas, les exige cumplimiento y los hace iguales a los demás vecinos.
La LEY, no la del más fuerte, ni la del más chulo, ni la del que tiene las cuentas escondidas, ni la del que tiene una mayoría absoluta, porque no está por encima de ella. La LEY está por encima de los caciques, de los matones armados con garrotes, de los arrimados y los opresores de los pueblos. La LEY no la hace el alcalde de turno, ni las bravuconadas del exaltado que más vocifera, la LEY no es el capricho de los que le echan morro a la vida y se instalan bajo unas siglas en la barra libre perpétua;
Por lo que está claro que si la LEY no es vuestra palabra, vuestros caprichos,vuestros ladroneos, vuestras ansias y vuestras mentiras y amenazas; vosotros opresores e inventores de leyes apócrifas de conveniencia, que lleváis demasiado tiempo fuera de la LEY, tened al menos la dignidad de dimitid y cejad en el empeño de seguir imponiendo vuestras mentiras y vuestra malsana voluntad. No olvidemos que, por definición, el que viola la ley, delinque. Y la delincuencia siempre ha sido muy poco amiga de leyes y dar cuentas.
Piloto alardeaba diciendo: Yo sigo siendo Alcalde mientras no lo diga un juez.
ResponderEliminarAquí mandan mis cojones y todo me lo tenéis que "disí" a mí.
¿Y ahora cómo nos vamos a apañar en San Julián?