En Marmolejo, todo era mentira, porque era imposible. Se reían, y se ríen de nosotros.

Se han propuesto comerse Marmolejo, y lo están consiguiendo. 

En todas las calles hay varias casas vacías y en muchas son más de la mitad.

Marmolejo es de facto un proyecto de desierto, un pueblo abandonado en ciernes, habitado por  el fantasma de los errores y desvaríos de políticos sociopatas, trincones y extasiados en sus propios aires de grandeza, que vaga día y noche por calles semidesiertas. Marmolejo tiene colgado el cartél de "SE VENDE" en todos sus rincones. Docenas de casas, pisos, solares y cocheras, desiertas, desaliñadas y vacías compiten a la baja por un comprador inexistente. Los negocios languidecen y las calles, despejadas e inermes, reflejan por sí solas la realidad más sangrante,  hablan de que se ha traspasado la barrera de la emigración para pasar a la siguiente casilla, la estampida, la huida generalizada, la cuesta abajo y sin frenos. Marmolejo, teniéndolo todo, se está quedando sin nada, sin riqueza, sin vecinos y sin futuro. Los que mandan no tienen ni proyecto, ni puñetera idea de lo que hacer más allá de llenarse la panza,  vacilar, presumir, mirarnos con desprecio y querer mangonearlo todo. De trabajar nada y de gestionar, menos.

Se recoge lo que se ha plantado durante treinta años. Marmolejo ha sido lobera y buitrera de unos cuantos, de sobra conocidos, que han comido, engordado, prosperado y enriquecido a la sombra del poder municipal "seudo socialista", a la vez que un purgatorio insulso y muy difícil de trabajar para quienes intentaban montar un negocio.  Frases como: "todo empresario es de derechas, y a la derecha ni agua", "conmigo o contra mí" o "ni perdono, ni olvido",  han sido el lema del Psoe y la piedra angular de sus políticas durante muchos lustros. Y de aquellas aguas, estos lodos.

Al resto de los marmolejeños, solo les ha quedado emigrar y buscarse la vida o intentar vivir a la sombra todopoderosa de un partido que, sin pudor, exigía el carnet para trabajar para el Ayuntamiento. Y aunque era conocido el lema "el trabajo que haya, primero para los del partido y luego para los del pueblo", era harto común, y sigue siéndolo, ver empresas forasteras realizando trabajos municipales que dejan a los padres de familia marmolejeños en sus casas, parados y apaleados.

Curiosidades del destino, paradojas, también lo llaman, que los proyectos estrella que, en su momento, se les quedaron en la cartera a estos mismos que mandan ahora; fueron la construcción 900 viviendas, duplicar el terreno industrial, para que Marmolejo tuviera unas 500 naves de polígono, un macro complejo turístico que abarcaba varias fincas aledañas al parque natural, balneario y una residencia de ancianos, de lujo y fea de grande. Eso entre otras pretensiones faraónicas.

Lo singular y llamativo es que suelo industrial ya se vendió hace más de 10 años, sin  luz, ni agua, ni posibilidad de construir, (4.5 millones de estafa) y no conformes, sin solventar este pequeño detalle, ya se buscaba duplicar su extensión, sin ninguna demanda industrial que lo justificara. Menos mal que no se hizo, hoy tendríamos la misma ruina que tenemos, pero multiplicada por cuatro . Que las 900 viviendas se otorgaron personalmente y medio regaladas, por mensajes de correo a los móviles de los vecinos más crédulos, aún antes de comprar la tierra para hacerlas, y en un pueblo sin trabajo..., si se hubieran hecho, hoy estarían vacías, más ruina.

Que todo era mentira, como los hoteles de lujo, residencias, campos de golf, termalismos, cientos de bungalows, cientos de chalets, supermercados, gimnasios, hipicas, náuticas..., todo, todo, todo era mentira. Y solo por una razón, lógica, evidente y real como la vida misma: porque era imposible.

Lo que es imposible no puede ser, lo diga el Alcalde este, el otro, el Papa o el Rey. Fueron brindis al sol, promesas de prosperidad y riqueza, muy fáciles de hacer,  que consumían los pobres vecinos como si les fuera la vida en ello. Todo para conseguir votos  y tapar corrupción, mediocridad, ruina y decadencia; en otras palabras, la gestión nefasta del Psoe de Marmolejo, sus consecuencias, el destrozo y la condena a muerte que ha supuesto para este pueblo.

Una huida hacia adelante que nos ha costado, y nos está costando, el exilio económico de medio pueblo. El cinismo de la corrupción, llevado a su extremo más sórdido, llega cuando se proclamaba desde el Ayuntamiento y el partido, que la capacidad de endeudamiento de Marmolejo era poco menos que ilimitada, al mismo tiempo que se ocultaba y se negaba la deuda municipal (20 millones de euros) con contabilidades muy imaginativas, escondidas de facturas y ausencia de mecanismos de control municipal (Secretaría e Intervención). Se reían y se ríen de nosotros. Al Psoe, solo le importa estar en el gobierno, por dos razones: a saber, una porque el que parte y reparte, se lleva la mejor parte, y la otra, para que nadie levante la liebre. Y así les va, que no les tose nadie y hacen lo que les sale del alma.

Y aún hoy, que no saben explicar donde se han gastado los 5 millones de la Dehesilla, que escándalos de todos los colores son el marchamo y distintivo de la casa consistorial, no solo no ha dimitido nadie, sino que se sigue manteniéndola y no enmendándola. Oscurantismo, derroche, favoritismo, dedocracia, abuso de poder, incompetencia, ruina y negligencia, por decír lo menos grave, es la forma de gobierno de unos señores, que se saben intocable y que se han sentado a ver como Marmolejo se muere y desaparece, como los vecinos hacen las maletas, y como las casas se quedan vacías conforme se van muriendo los viejos.

A ver si pudiera ser que nos quitáramos pronto de encima a esta plaga de parásitos que se han dispuesto comerse a todo un pueblo y lo están consiguiendo. Aunque, bien pensado, si un sistema permite estos niveles de ruindad en lo público, bíndando al poderoso y desamparando al ciudadano; ese sistema, simplemente, no sirve. Así pues, por desgracia, la tarea es mayor de lo que pensamos. Hay que pensar si se asume el reto de practicar una democracia participativa, y garantista con los derechos y libertades, o nos dedicamos a mirar a otro lado, cuando sigan robándonos y despojándonos de nuestro futuro. Los lobos están ya en la majada y los destrozos son cuantiosos, ¿qué vamos a hacer?