domingo, 16 de agosto de 2009
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia
Imagen procedente de...
Nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado.
Louis McHenry Howe
Todos pensamos en las cualidades que debería tener un político, aunque se podrían destacar las siete siguientes, como de las más importantes, merecedoras de una reflexión y una mirada a nuestro alrededor. Por algun sitio hay que empezar:
1º Contrario al esquema de Líder + Redil. Un político debiera sentirse como alguien que dedica una parte de su vida al servicio público, a resolver los problemas de una comunidad. Nunca debe creerse alguien superior, cuya soberbia visión debe ser comunicada o impuesta a su pueblo. Debe recordar en todo momento su condición de servidor, no de mandatario. Sólo se puede gobernar a la ciudadanía, sirviéndola.
2º Impulsor de equipos y organizaciones. Un político contemporáneo debe reconocer que la diversidad de los problemas actuales requiere soluciones complejas que movilicen a toda la ciudadanía, articulando actuaciones con grupos numerosos y plurales, instituciones diversas y todos los recursos sociales existentes.
3º Equilibrado y ecuánime, incluso en las opciones dentro de su partido, entendiendo la política como un caballo: peligroso en sus extremos e incómodo en el centro. Un político perfecto sabe que su función es como la mano que mece la cuna, el profesorado que despierta o el progenitor que prudentemente vela por su familia. Debe ser realista, es decir, un optimista con experiencia.
4º Con dedicación a la política limitada en su vida. Ojalá reconociésemos la profesión previa en nuestros políticos, distinguiendo al médico, al profesor, al economista que hay antes de entrar en política, con una dedicación a la que volverán pasados sus años de servicio político. El político perfecto es un amateur, dotado de profesión, familia y militancia, a quien llega la hora de pasar a primer plano por un período. No debiera ser alguien demasiado joven, ni alguien que ha vivido siempre en y de la política. Debe disponer de una vuelta a su vida anterior. La política sólo puede entenderse como la continuación del servicio prestado desde una carrera,... por otros medios de mayor alcance social.
5º Sincero y coherente. El arte de servir a los demás solucionando los problemas públicos sólo puede ejercerse sin mentir nunca al electorado, aunque no siempre se pueda decir toda la verdad. Un político, a diferencia de lo que abunda es justamente lo contrario de Zelig, el hombre camaleón que adoptaba el aspecto físico de sus interlocutores.
6º Un político nunca es suficientemente sobrio, porque la moderación, la frugalidad, la sensatez debe aflorar diariamente, en cada acto, en cada declaración. Un político perfecto es un deportista modelo de fair play, que sabe perder y sabe ganar (a menudo, lo más difícil de gestionar). El político perfecto debe ser amante de la humildad: Ibarretxe, ante el lujoso despacho de una naciente compañía pública cuando era vicelehendakari, dijo que aquello era el mejor ejemplo de lo que… no debía hacerse nunca con el dinero de todos.
7º Con mentalidad de puente y no de muro, sin miedo a la Paz, que no necesite enemigos, que como estadista piensa en la próxima generación, y no en la inmediata cita electoral.
Es nutrido el "cajón desastre" de políticos, con larguísima duración en cargos, sin incompatibilidades, también abundan los trepas, los tránsfugas, los que buscan un retiro en ... Pero lo que necesitamos es un liderazgo político propio del siglo XXI, con mujeres y hombres que sepan trabajar con equipos propios y pactar con los adversarios políticos para la resolución de las necesidades reales. Políticos que pretendan convencer y ganar votos, remediando desgracias y no buscándose nuevos enemigos. Necesitamos salir de este “camarote de los hermanos Marx” en que han convertido la política de enfrentamientos surrealistas, que entiendan que la política es mucho más que echar la culpa a los demás y que tras un máximo de ocho años hayan de volver a su quehacer habitual.
2 comentarios:
La libertad y el respeto son repelentes contra el fascismo. Ejercita este principio compartiendo tu opinión, hablando se entiende la gente.
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"Politica no seas saboria" que cantara Carlos Cano.
ResponderEliminarEn todo ha de existir un decálogo o "septuálogo" como es el caso, consesuado y ecuánime que marque el camino. Tampoco se puede exigir que se parta desde ahí.
Salud.
Amigo Jwhw la única exigencia de la que hay que partir es el respeto, luego lo demás es camino por andar en libertad y armonia abriendose a cada paso un abanico de posibilidades para la libre eleccion y el desarrollo integral de la persona. No es necesario imponer nada en la vida comun, solo consensuar en aquellos aspectos en que nos vemos obligados a interrelaccionarnos.
ResponderEliminarNos agrada verte por aqui y estamos abiertos a comentar cualquier postura sin prejuicios y si punto de llegada prefijado, en el fondo este es el objetivo de este blog. Salud y Republica.