La segunda ya, tal.
Publicado en 29 junio, 2013
de lucasleonsimon
Érase un país envilecido por la ausencia de moral pública. Érase un país infectado medularmente por la corrupción. Érase un país “sobrecogedor”.
Los políticos, ungidos, eran comisarios del latrocinio. Los personajes de los cuadros se robaban entre sí en los museos. El presidente del gobierno habitaba en el plasma. Habían mal liquidado un modelo de estado, destrozado los derechos laborales, privatizado la sanidad y machacado, sirviendo a criterios clasistas, la educación.
El único afán de los gobernantes era robar, enriquecerse, cobrar dietas y sobresueldos, provenientes de los sobornos de empresas beneficiarias de contratos públicos de la administración. Habitaban en su nube y a distinta escala. El dinero sobornable accedía desde las modestas concejalías de urbanismo de pueblo hasta las presidencias o ex, pasando por autonomías, consejerías, ministerios y un arroz guisado con tinta de asesores, enchufados a la norma y al trinque. Leer entero.
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