cualquier vecino sabe mucho más de lo turbio de los principales partidos que sus líderes.

LA FIESTA DE LA DEMOCRACIA 

Solo cuando la fruta está madura, tiene sentido sacudir el árbol. Y de eso son perfectamente conscientes los políticos lumbreras que han trepado hasta lo más alto de la copa del árbol y dirigen desde allí el cotarro de sus respectivos partidos, o no; porque si se trata de mandar, de puertas hacia adentro, mandan poco, si se trata de saber por donde caminan uno y otros, saben poco y si se trata de detectar las manzanas podridas, no tienen ni puñetera idea, vamos que cualquier vecino que pase por la calle sabe mucho más de lo turbio de los principales partidos, aunque solo sea por lo que les toca de cerca en la gestión de lo municipal y el funcionamiento de las instituciones.

Como nunca llueve a gusto de todos, a la hora de sacudir el árbol electoral y de recoger los frutos en votos, hay bastantes discrepancias. Continuamente, los partidos grandes, el PPsoe, y ahora más  que nunca, están tirando de encuestas a la espera de que les favorezcan las previsiones para saber si le merece la pena o no ir a nuevas elecciones. Cada cual deshoja la margarita a su manera y cada cual, cuando le interesa, proclama lo catastrófico y poco recomendable de realizar unas nuevas votaciones.

Resulta paradógico observar como cuando llegan las elecciones, los defensores de la democracia representativa corren a proclamarlas como "la Fiesta de la Democracia", y sin embargo, cuando pillan escaño, lo de repetir elecciones "no le combiene a nadie". Desde luego, para ellos supone una fiesta, consiguen algo parecido a un trabajo para cuatro años y por tanto se olvidan del pueblo para ese periodo. Ellos deciden, ellos mandan, ellos hacen y deshacen, parten y reparten, quitan y ponen, y nadie les tose por ello, intocables, aforados y protegidos por sus partidos, de tal forma que, para cualquier juez o físcal, sea un laberinto intentar desenredar las múltiples marañas y tejemanejes que abarrotan la gestión política a todos los niveles en nuestro país.

Tienen que haberse llevado un camión de millones y haberlo hecho tan  "a cara perro", y además darle la espalda el partido a los interfectos para que la Justicia pueda acceder minimamente a hacer su trabajo y no sin dificultades. Por lo tanto, de cada mil pringados, uno sale a colación, y de los que se investigan, de cada cien solo uno solo, y con suerte, llega a pagar por algún delito, que por supuesto no es ni la décima parte de lo que ha delinquido y las penas no se ajustan ni desde lejos a lo que deberían. Por lo tanto, quién ha dicho miedo.

Todo esto viene a que el PP y Psoe están haciendo cábalas, cuentas y sondeos. Intentan ganar tiempo y se lo piensan mucho sobre la oportunidad de repetir las elecciones. La mezquindad y la inseguridad hace acto de presencia, el miedo a perder escaños se apodera de ellos y ante el panorama de que el hartazgo social se convierta en la puntilla final del bipartidismo,  miran de reojo a un pacto PPsoe incierto en el que el PP tiene mucho que ganar y el Psoe todo que perder.

Al Psoe, y la prueba está en Andalucía, le viene mejor pactar en corto y fagocitar al compañero pervirtiendo el pacto, incumpliéndolo, quemando los puentes y envenenando los pozos, y si no que le pregunten a IU en Andalucía que por pactar se llevó todos los `palos del mundo desde dentro, por debajo de la mesa, con un Psoe sin moral, ni palabra, y luego todos los reproches de un electorado que no llegó nunca a saber que gobernó con las manos atadas y un puñal clavado  a la espalda. En eso los dirigentes socialistas son unos expertos.

Ciudadanos, desde que está en comunión con Susana Díaz es miope ante las corruptelas le la Junta, "no ve indicios de corrupción". Es sorprendente, a la vez que insultante, comprobar como la sola presencia de estos adalides de la pureza política contamina de virtud a todo cuanto les rodea. Y un mojón (con perdón) , ya se oirán los clamores, porque encima se venden barato.