Personajillos como Lozano hacen indefendible la honorabilidad del Psoe,

 Váyase, pidiendo perdón, Sr. Lozano 
y no haga más daño ni a Marmolejo, ni al Psoe.

En Marmolejo, la capacidad de hacer el ridículo, de nuestro Sr, Alcalde Presidente de la Corporación Municipal, y los suyos, es simplemente infinita. Si tuviera decencia, pundonor y decoro, no saldrían de sus casas en meses; por su parte el pueblo si que está abochornado, siente vergüenza ajena de unos crápulas que solo se representan a sí mismos, sus intereses particulares y sus bajezas morales.

Los periódicos no dan crédito a lo que publican. Un alcalde socialista (o sociolisto) andalúz, de los de Susana, se cree que el código del Psoe no va con él, que no debe de aplicársele ahora que se le abre juicio oral por prevaricación urbanística, ahora que ve las perdidas y se tiene que sentar en el mismo banquillo que se están sentando multitud de ex-altos dirigentes de su partido. 

Hay que ser muy chulo o muy inconsciente como para solicitar estar por encima de Chaves, Griñán, Zarrías y tantos otros que fueron altos cargos y entregaron actas e incluso causaron baja voluntaria de militancia en el Psoe antes de tener que pasar el mal trago de ser expulsados.

Tanto ejercer de cacique, tiene que afectar a las neuronas, tiene que ser muy duro no saber cuando se ha convertido uno en un espantajo político, cuando se hace profundamente el tonto, cuando se pone uno en evidencia y abochorna de paso a sus vecinos y , sobre todo, es lastimero ver como las personas no se dan cuenta de que ejercen de verdaderas garrapatas políticas agarradas a un sillón del que no piensan soltarse, así se hunda el mundo.

Patetismo es la palabra que define este triste espectáculo y patética también es la respuesta del partido desde Jaén y Sevilla, que consiente en seguir hundiendo su imagen a base de mantener y apuntalar un caciquismo trasnochado que se hunde en sus propias miserias irremisiblemente.

Mantenella y no enmendalla ya no es la clave de la supervivencia, sino motivo y síntoma, causa y efecto del ocaso y perdición de un partido que se debe de poner las pilas y defender lo que personajillos como Lozano hacen indefendible, su propia honradez y la efectividad de su código ético.

Váyase, pidiendo perdón, Sr. Lozano y no haga más daño ni a Marmolejo, ni al Psoe.