UNA HISTORIA DE IRRESPONSABILIDAD,
PELOTAZOS Y MENTIRAS
Por puñado de votos no vale la pena poner en peligro a los vecinos. Ni por un negociete, merecía la pena perder la presencia de la Guardia Civil en Marmolejo.
Cuando la mente humana se embota en un sueño de
ambiciones sin límite, cuando se hace diariamente cábalas loteras y se sueña
despierto con fortunas antaño solo al alcance de los indianos, cuando se vive
en el perpetuo cuento de la lechera, y todo en clave política, en virtud de un
puesto de concejal o alcalde vitalicio de un pueblo chico, menguado y
menguante, entonces se tiene un doble problema.
Por un lado lo tiene el politicucho endiosado que no
acierta a vivir en la cruda realidad de que, lo del pueblo es del pueblo, lo
que no es de uno ha de dejarse estar, que lo público tiene dueño, que administrar es servir y no servirse y
que de donde no hay no se puede sacar,
por lo que, si o si, está condenado a terminar como empezó, siendo un crápula
con un sueño crápula solo factible desde la corrupción y el desprecio al pueblo.
Por el otro lado el pueblo tiene el problema de que
se le ha pegado una garrapata, un rezno, un parásito chupóptero que jurando que
quiere traer el “cambio”, solo trae el cambio para su bolsillo.
A todo esto, el colmo viene cuando el despojo de la
política y la sociedad que la parasita, encima, es un cero a la izquierda, un
pinete, un incompetente en grado superlativo y un negado de tal calibre que la
ineptitud se convierte en estupidez y llega a ser, peligrosamente,
inconsciencia.
Este es nuestro caso en Marmolejo, los lumbreras del
Psoe, cualquier día nos cuestan un disgusto, amén de que todos los días nos
cuestan los dineros y, si lo pensamos, cada media hora nos provocan
decepciones. En cualquier momento hay alguno, y casi siempre el principal,
metiendo la gamba.
Hoy solo pondremos dos ejemplos. La Torre y la Casa Cuartel de la Guardia
Civil. Vayamos poco a poco, aunque haya
mucha tela que cortar y se nos acumulen los escándalos, meteduras de pata,
negocietes turbios, negligencias, ridículeces y maldades diversas.
El caso del cuartel, está ahí, es evidente,
cualquiera que pasee por la carretera de la estación no tiene más remedio que
darse cuenta de que lo han remozado, que el aspecto es de nuevo y de estar todo
en orden. Le han lavado la cara y, viéndolo, nadie diría que no hace mucho,
siendo concejal de Urbanismo el sr. Lozano, a la sazón actual Alcalde de
Marmolejo, se declaró la Casa Cuartel en ruinas. Con un par. El caso era largar
de allí a los guardias y echar el guante al edificio y su entorno.
Parece, se cuenta, se dice, se cree…, que había
proyectos, personas interesadas, empresas merodeando, intereses económicos, etc…,
aunque la justificación era poner un apeadero de autobuses y…, ya se vería si “algo”
más. Todo muy al estilo del soe de Marmolejo. Todo por el pueblo…, pero sin el
pueblo. Otro pelotazo que no salió bien.
Y empezó la cortina de humo, los dimes y diretes con
la oposición, que si a los guardias se les ubica aquí o allí, que si se van a
ir por culpa de tal, o no se van, que si les damos tal o cual edificio, que si
en Belén, que si quieren o no quieren lo que se les ofrece, que venga reuniones,
plazos y ultimatums. Y venga tocar narices y venga ponérselo difícil al
Instituto Armado. Y Lozano diciendo que se fueran..., que ya vendrían los de Andújar.
Menos mal que, con la mosca detrás de la oreja,
cuando gobernó IU se volvió a revisar el cuartel y se hizo una nueva inspección
técnica del edificio, esta vez sin presiones ni intereses extraños. Y ahí fue que,
donde se veía ruina galopante e irreversible, ahora solo eran goteras y desperfectos subsanables,
donde antes solo cabía el desalojo inmediato, ahora solo había que hacer un mantenimiento
y obras menores y, lo más importante, donde había un pelotazo, ahora todo
volvía a su cauce. Hoy la Guardia Civil tiene su Casa Cuartel de siempre, adecentada
y lista para seguir dando un servicio digno a la sociedad, empezando por el
pueblo de Marmolejo que es el primero que se felicita y nunca quiso que se
fueran. A pesar de que por la ambición y mala cabeza de algunos casi los
perdemos, esperemos tenerlos trabajando como vecinos mucho tiempo.
Lo de la Torre del Paseo de la Libertad, la del
campo de futbol, como la conocemos en Marmolejo es un monumento a la estupidez.
Y no me refiero a la torre en sí, sino a la ocurrencia de reformarla para uso
de las personas, cualquier clase de uso y cualquier clase de personas. Hay
lugares que por su especial idiosincrasia peligrosa, no se tontea con ellos.
Eso lo saben hasta los infantes de pocos años, pero los políticos del Psoe
marmolejeño, en el colmo de la incompetencia e irresponsabilidad y olvidando
cualquier medida básica de precaución, desprovistos del sentido común elemental
y sin un ápice de sensibilidad o miramiento por la integridad física de sus
paisanos, solo se les ocurrió habilitar para actividades lúdicas de la juventud
una torre de piedra, casi centenaria, en cuyo extremo superior sostiene un
enorme depósito de piedra y hormigón destinado a contener el agua corriente del
servicio municipal de aguas. Dicha torre, por su interior, discurren numerosas
tuberías metálicas que soportan altas presiones y que conforman un sistema
peligroso en extremo junto al que no se debería tontear, ni poner chavales a
jugar o realizar actividad alguna, ya que si hubiera el más mínimo accidente,
rotura o mala manipulación, las consecuencias podrían ser de extrema gravedad y
muy lamentables.
Los peligros, hay que evitarlos siempre que se pueda
y nunca buscarlos. Hay cosas con las que no se juega y una de ellas, quizás la
primera, es la salud y seguridad de las personas. Pero esta máxima, parece ser,
no está contemplada en descerebrado código de ambiciones de los representantes
del soe, en el que cualquier cosa que pueda traer votos, bienvenida sea. Pues
no. Esta torre se cerró en la legislatura que gobernó IU, por su peligrosidad,
por no tener ni pies ni cabeza y por simple sentido común, para evitar una
desgracia.
El caso es que se hizo a base de subvenciones y con
la aprobación, de nuevo de algún técnico poco afortunado o escrupuloso…, eran los tiempos de
Lozano como Concejal de Urbanismo, y ya se sabe, los técnicos o no existían o
eran extremadamente generosos con los proyectos de los políticos, todo valía y
las subvenciones de Jaén venían sin problemas, sin control, casi sin venir a
cuento ni preguntar, y por supuesto, sin excesivo celo a la hora de justificar.
De muchas solo se pidieron justificaciones cuando perdieron la alcaldía y…,
como andaban perdidos los dineros y las obras sin hacer, hubo que devolverlas,
para merma de las arcas municipales, perjuicio de los vecinos y regocijo de los
concejales salientes del Psoe.
En las pasadas elecciones, y esto es lo
irresponsable, los niños del Psoe, se dedicaron a prometer volver a poner en
uso la famosa Torre. Menos mal que no cumplen casi nada de lo que prometen y no
han puesto en peligro de nuevo a los chavales marmolejeños, pero ellos, tan panchos,
como si nada, siguen empecinados erre que erre… ¿Esta gente es que no piensan?
¿Se la trae al pairo que pueda haber un accidente mortal? ¿Les da igual que una
tubería reviente y pueda matar a alguien? O es que se creen que como la gente esto no lo
sabe, pues no se dan cuenta, no lo valoran, se fían de ellos, y encima los van
a votar por lo bien que lo han hecho. Por un puñado de votos no vale la pena
poner en riesgo la integridad física de los vecinos.
Hemos de confesar que, ante la ignorancia de la problemática subyacente, osea, como no sabíamos nada del peligro que encerraba este proyecto y habiendo habido un intento anterior del mismo Psoe de tirar la torre. Nosotros empezamos apoyando y aplaudiendo que se adaptara para un espacio cultural, y mantubimos la esperanza de que el uso de depósito municipal de agua se anulara y se pusiera en otro sitio. Todo fue una farsa y una mentira. Pero no nos dimos cuenta, como tantas otras maldades, hasta que no llegó IU al Ayuntamiento. Mea culpa, fuimos engañados como el resto del pueblo.
Hemos de confesar que, ante la ignorancia de la problemática subyacente, osea, como no sabíamos nada del peligro que encerraba este proyecto y habiendo habido un intento anterior del mismo Psoe de tirar la torre. Nosotros empezamos apoyando y aplaudiendo que se adaptara para un espacio cultural, y mantubimos la esperanza de que el uso de depósito municipal de agua se anulara y se pusiera en otro sitio. Todo fue una farsa y una mentira. Pero no nos dimos cuenta, como tantas otras maldades, hasta que no llegó IU al Ayuntamiento. Mea culpa, fuimos engañados como el resto del pueblo.
Y no vale lavarse las manos diciendo que tiene el visto
bueno del técnico de turno, que es el mismo que ha consentido y participado en
otros proyectos de escasa fiabilidad, por decir algo, como el que acabamos de
referir de la calificación de la casa cuartel como ruina. Si este tema de la
Torre hubiera pasado debidamente por una inspección técnica decente, imparcial y objetiva, a
priori, ni se hubiera llegado a hacer, y
con posterioridad, se hubiera cerrado, como se ha hecho y frente a la subvención
hubiera tenido que dar explicaciones.
Esto es para empezar y no terminar, hay decenas de
temas que tocar y en todos se mantiene una constante: lo que define la gestión de estos falsos socialistas de Marmolejo y vividores profesionales de la política, es IRRESPONSABILIDAD,
INCOMPETENCIA, CORRUPTELAS, DAR LA ESPALDA AL PUEBLO, BUSCAR VOTOS A CUALQUIER
PRECIO, ENCHUFISMO, MALAS GESTIONES, RUINA, DECADENCIA, PELOTAZOS Y MENTIRAS.
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