viernes, 30 de octubre de 2020

CRIMINALIZAR A LA JUVENTUD ES MUY FÁCIL..., Y UNA ESTUPIDÉZ CREERLO.

 

"ACORRALADOS",  POR CULPA DE...

Los mismos que nos hunden en la mierda, quieren ser los que nos salven..., y que se lo agradezcamos eternamente. O sea, creen que somos imbéciles.

Decenas de miles de jóvenes cursan grados o estudios universitarios en Andalucía. Decenas de miles de familias tienen puestos sus recursos y esperanzas en el futuro de los estudios de sus hijos. Un negocio para sustentar la economía de miles de familias por los alquileres de pisos, restauración, comercios diversos, transporte, ocio... Esto es una realidad incuestionable.

Ahora los chavales están siendo demonizados por toda la geografía española. Otra realidad. Y se les culpa a diario en los medios de comunicación de incivismo, falta de conciencia social y sanitaria, desobediencia, rebeldía..., y de ser propagadores insensatos, inconscientes e irreverentes del COVID. 

Hoy es pecado ser joven, y juntarse con otros de la misma calaña sin ajustarse a medidas, protocolos y prohibiciones. Hoy es un crimen de lesa juventud ejercer de veinteañera/o. Hoy se nos invita a mirar frunciendo el ceño a los que delinquen botellonamente, y se arriman al querer al que la amistad obliga, y no guardan la sanitaria distancia de la desconfianza y el desapego a la que los que ya tenemos una edad enseguida nos apuntamos. Por estos días hay descerebrados queriendo proclamar juventud como sinónimo de criminal en potencia, y no faltan los que dan largas listas de consejos, advertencias y consignas que hay que seguir para ser un digno ciudadano, altamente seguro para la sociedad y aséptico, a pesar de tener una peligrosa y descontrolada edad.

El tema es que se nos explica que, en gran parte, debido a que hay ordas y tribus incontroladas de zagales, a millones de ciudadanos se nos ha tenido que confinar perimetralmente, encerrados en los pueblos, en la práctica, "acorralados" como rambos de paisano potencialmente contaminantes, a golpe de estornudo, como si fuera una metralleta. 

La que ha liado la muchachada! O no. Porque si los mozos y mozas andan por las capitales y universidades instruyendose y especializándose en carreras, oficios y artes diversas es porque alguien se lo ha permitido, o más bien los han obligado a presentarse a las filas académicas, como si de una leva inexcusable, obligatoria y sacrosanta para las cuzadas se tratara. Y hay sospechas muy fundadas de que son los mismos; que los que han dado la orden de incorporación al curso académico, son los mismos que ahora nos confinan, encierran y acorralan, excusandose en la demonización de nuestros jóvenes por portarse como lo que son y no pueden evitar ser, seres humanos curiosos, activos, sociales y libres.

Váyanse a donde pica el pollo los políticos lumbreras porque que la han liado ellos solos. Han sacado a nuestros hijos de nuestras casas, ponéndolos y poniéndonos en un peligro real y grave,  para poner en marcha una maquinaria económica, acojonados, porque si los estudiantes no aparecen, cuan puntual ave migratoria otoñal, como consumidores necesarios de bienes y servicios, es posible que alguien pagara políticamente el cabreo de quienes viven y prosperan a costa de la estudiantina. Muchos votos cambiarían de bando y lealtades se verían comprometidas, además de que se podría pedir que rodaran cabezas. 

Va a resultar que los chavales suponen un empuje económico, suponen muchos millones, y eso es lo único que cuenta..., luego, cuando se junten, si suponen un riesgo sanitario, eso ya será culpa única y exclusivamente de ellos. Vuelven a cagarla nuestros políticos, y a insultar la inteligencia del pueblo.

Se puede, y se debe, tener un largo debate sobre como nos engañan, nos manipulan y nos llevan donde quieren, sobre todo en el tema de la EDUCACIÓN de nuestros jóvenes, y por ende, la nuestra y de nuestros mayores. Se nos informa / desinforma a placer, lo estamos viendo. Nunca ha habido tal avalancha de información como ahora y nunca hemos estado tan perdidos. Nos cuentan de todo y lo cotrario. Creer las noticias se ha convertido en un acto de fe, y cada cual se decanta por una versión, como si se apuntara a un credo.  Hacen con nosostros lo que quieren, Goebbels estaría orgulloso de la maquinaria propagandística de las diferentes facciones político/económicas. Pero, por mi parte, se podrían ir donde pica el pollo. Ya está bien de jugar a salvarnos de la propia ruina que nos traen ellos.

Un día podríamos tocar temas como y porqué el botellón está tan extendido, el acceso tan curiosamente fácil a ciertos tipos de drogas y estupefaccientes, las políticas educativas clasistas y excluyentes, el diseño de un sistema educativo que se complace en ciertas tasas inasumibles de fracaso académico y abandono, en las diferentes calidades de enseñanza, en los laberintos infranqueables y los entresijos de los departamentos de las universidades, se debería hablar de financiación universitaria, políticas de becas, dinero negro estudiantil, privilegios, arcaismos, castigos y fracasos de un sistema que se bastardea endogámicamente mientras presume de excelencia y modernidad. 

Un día podrámos hablar, de las oportunidades reales que tienen nuestros jóvenes de realizarse y conseguir metas y objetivos, de libertad y de igualdad de oportunidades. Quizás ese día haya que replantearse muchas cosas, mientras, por favor no los criminalicemos, porque quienes mueven los hilos son otros, los de siempre, los que ya sabemos, los intocables, los corruptos e impresentables a los que votamos, que son tan desgraciados que se permiten enfrentar a unas generaciones con otras, a padres con hijos, al presente con el futuro, en favor de un pasado perpetuo. Para ellos somos rebaño, pero no son pastores, son lobos.


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