martes, 9 de abril de 2013

LOS PECADOS DE LA POLÍTICA EN MARMOLEJO (1)

LOS PECADOS CAPITALES DEL SEUDO-SOCIALISMO MARMOLEJEÑO.

Según la moral cristiana, todos tenemos pecados, es una constante y una premisa fundamental del cristianismo, el sentimiento de culpa, la necesidad de perdón y la dependencia de un ser superior indulgente y bondadoso, pero estricto y terrible en ocasiones.

La teoría está bien para las personas religiosas y en cierta manera afecta a esta sociedad en su conjunto, ya que todos hemos sido instruidos y adoctrinados desde la infancia en los entresijos de una religión que, sin poder evitarlo, terminará  marcando el resto de nuestra vida y, sobre todo, nuestra forma de interpretar la realidad que nos rodea. 

Aprovechemos pues la familiaridad de los términos y funcionamiento de la moral cristiana y apliquémosla a la vida política local. Hoy toca, otra vez, hablar de pecados: mortales, veniales, originales, de la carne y del espíritu, de pensamiento, obra y omisión, los perdonables e imperdonables, los buscados y los involuntarios, los individuales y sociales los propios y los heredados. Hagamos un acto de constricción y recogimiento responsable,  pongamos en busca y captura al arrepentimiento, por si alguien nos da noticias de su paradero, y veamos si además de entonar el mea culpa, los responsables, están dispuestos a cumplir la penitencia. 

En cualquier caso la única entidad superior y colectiva que reconocemos como juez y parte, con la capacidad  de absolver los pecados de este mundo de la política local, a veces,  retorcido a conciencia, poblado de mentiras, falacias, demagogias, manipulaciones y engaños, y otras con dosis reconocibles de  de solidaridad, trabajo, decencia y sentido común, es el PUEBLO, que no tiene porqué soportar ni pagar los excesos "pecaminosos" de unos políticos lo deshonran a cada paso y que está necesitado, al mismo tiempo, de alentar e impregnarse de otra forma radicalmente distinta de hacer política, directa, real, digna y efectiva, sin dobleces ni fisuras, sin engaños, ni privilegios, y solo puede hacerlo  mediante la práctica del sacrosanto  DERECHO Y DEBER  DE PREMIAR O CASTIGAR EN LA URNAS LA LEALTAD Y LAS OFENSAS AL PUEBLO. 

El Partido Socialista Obrero Español de Marmolejo, hoy por hoy, es el candidato número uno para instalarse durante una eternidad en los nueve círculos del infierno de la exclusión política. Es culpable, entre otros, de todos y cada uno de los pecados capitales, antes cuando eran ocho y ahora que solo son siete, los que describiera Cipriano, Columbano o Aquino, no se escapan a ninguno, en sus diferentes acepciones y con todas sus consecuencias, tanto por los vicios concupiscibles como por las carencias y frustraciones. No ha podido hacerlo peor y por el camino que lleva, no quiere remediar su propia ruina.

Lujuria, Pereza, Gula, Ira, Envidia, Avaricia y Soberbia, solo con enumerarlos, cada cual sabemos como, cuando, donde y quienes encajan dentro de esos perfiles  a lo largo de las últimas décadas de  dictadura y represión seudosocialista en Marmolejo. Hemos ido viendo pervertirse el partido, eliminando y purgando a los que podían hacer sombra y aprovechando lo que quedaba en beneficio de algo muy diferente a la causa socialista, de tal forma que hoy no es ni la sombra de lo que fue, de lo que  pretendían ser y por supuesto de lo que dicen ser. Por el camino se utilizaron  a conveniencia los símbolos, los recuerdos, la historia, las esperanzas y lo más preciado de cada afiliado y simpatizante, su fe en el partido, atrás quedaron los ideales y la inocencia y se creó un enfrentamiento, una guerra entre vecinos, sin fundamento pero alimentada y controlada desde la cúpula, que duró veinticuatro años y en la que nadie podría sacar nada en limpio, solo el que  ha manejado los hilos del partido y sus lacayos, era una cortina de humo que aún hoy quieren explotar sus herederos. Los mismos que se empeñan en reeditar unos tiempos que no volverán de políticas absolutistas y trasnochadas. Los mismos que no solo no se arrepienten de su pasado de vicio y ruina sino que intentan venderlo como una opción de futuro, la mejor que se les ocurre, la única que les beneficia, la que menos conviene a la sociedad marmolejeña, pero la que más les acercaría a ellos a hacer de Marmolejo, otra vez, un cortijo.

 Son solo unos cuantos los que hoy no andan ajenos a esta forma de entender la política ni tampoco a unas formas heredadas a las que no quieren renunciar ya que son corresponsables de ellas, cómplices y beneficiarios de prebendas, supervivientes del despilfarro y la barra libre de otros tiempos. La manipulación, la mentira y la amenaza, han sido el hilo conductor de una pesadilla que no hay que olvidar nunca. Las deudas millonarias, las estrecheces para los vecinos, producto de esas mismas deudas, los derroches gratuitos y los enriquecimientos personales, los tráficos de influencia, la corrupción en general y el secuestro del pasado, presente y parte del futuro de los marmolejeños, su derecho a una democracia efectiva y una vida digna, han conformado y conforman la seña de identidad de un grupo de personas que lejos de ser un partido son una lacra social , una pesadilla humana para olvidar después de que pasen por el banquillo del tribunal popular que les pondrá en su sitio, amén de otros tribunales de justicia y económicos que ya andan tras ellos. Ya queda menos.


1 comentario:

  1. "Quién esté libre de pecado...
    Todos somos pecadores por acción u omisión.
    Me gustan tus escritos, pero esta serie I y II de los "pecados" me parece que dibuja un Marmolejo-"Sodoma y Gomorra", superlativo, tan exagerado que lo coloca al otro extremo de lo que creo pretende el comentarista. "Esta mala gente hicieron llover sangre y fuego sobre Marmolejo".
    No concivo mi pueblo, ni antes ni ahora, como el "infierno", tampoco como "el paraiso".
    Ni a los vecinos, que votaron o votan al PSOE,ni a sus antiguos gobernantes, como personas, no han sido "las 7 plagas bíblicas" de Marmolejo. Es evidente que sehan hecho cosas MAL... por parte de algunos gobernantes,(de forma objetiva), pero en sus pecados llevan la dura penitencia. También es muy humano pedir perdón y reconocer errores...y desde luego mirar hacia un único objetivo: EL BIÉN DEL PUEBLO, con políticas de izquierdas para un pueblo de izquierdas.
    Los iluminados, caudillos, los fundamentalistas no caben en nuestra sociedad, sean quienes sean.
    Despues de leer los dos capítulos, y con todo respeto y cariño, me parece que parte de lo escrito, pierde su valor de critica y toma un tufillo "doctrinal y divino".

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