¿Cuando empezaron los socialistas a perder su identidad?
Sobre todo tener muy claro quién es quién, quién nos ha metido en esto y a quién no hay que hacerle ni caso si es que queremos salir
Los socialistas de a pie no se enteran de que hace tiempo que entregaron las armas y se rindieron al Capitalismo, a perpetuidad, de forma rotunda, incondicional y vergonzante, por la puerta de atrás, antes de empezar ni siquiera la lucha. Fueron vendidos y no lo saben o no quieren saberlo.
No es de extrañar que ahora anden perdidos, ya no se reconocen los unos a los otros cuando la etiqueta Psoe ha perdido color y ha pasado de ser rojo revolucionario a azul de conveniencias o cualquier otro camaleónico tinte. Ante esto, los viejos socialistas, los que se quedaron en la superficie y en el pasado, en el socialismo de la clandestinidad, la cárcel y la solidaridad, los que nunca se enteraron bien de los manejos modernos e internos de Felipe Gonzalez y toda una larga retahíla de dirigentes socialistas, compinches y cómplices con la gran estafa ideológica del siglo en España, porque siempre los dieron por buenos, ahora no se enteran que es lo que ha pasado. A ver quien se lo explica para no hacerles ver demasiado crudamente que han sido manipulados, que se les ha tomado el pelo, que toda la vida de dios han estado votando unas siglas que solo eran la carcasa hueca de un partido, que se había vaciado convenientemente de contenido social y de izquierdas y que se había puesto en venta y llenando poco a poco con las directrices y bases de un capitalismo feroz que nos ha llevado al punto de ruina actual.
El Psoe simplemente no existe. Nunca ha existido en los últimos cuarenta años, ha sido un espejismo convenientemente maquillado, una marca publicitaria que ha servido para arrastrar millones de votos a un precipicio donde eran arrojados para que no pudieran hacer daño. Porque ¿cuanto no se podía haber transformado la realidad de este país y de sus clases más desfavorecidas si se hubieran hecho políticas verdaderamente de izquierdas?, ¿cuanto no estaríamos ahora de protegidos si los socialistas no hubieran desmantelado y malvendido todo el entramado industrial, bancario y de servicios público y con él el último baluarte para la defensa de producciones, precios, ahorros, inversiones...?
El PP solo tiene que seguir la estela, las huellas claras de recortes, ruina, despidos y desahucios, que han dejado las políticas socialistas, para hacer lo que les pide el cuerpo, el más difícil todavía, rebañar la olla de lo público para sacar lo poco que queda en ella de protección y garantías para las familias y contra la exclusión y privatizarlo: Educación y Sanidad por el momento, pero con el tiempo las administraciones públicas enteras se privatizarán, ya se intenta que los ayuntamientos queden con una capacidad de decisión mínima, a la altura de simples gestorías. El mismo ejercito terminará siendo una empresa de seguridad al servicio del poder para controlar al pueblo, sino tiempo al tiempo.
¿Que más se puede vender en esta casa? Nada, la vida de los paisanos, esa que ya no vale la pena cuidar y proteger bajo un techo, la misma que no vale la pena mantener con calidad con una sanidad pública real, la misma que no vale la pena defender ante la ley con una justicia gratuita, la que no vale la pena enriquecer con una educación accesible a todos los ciudadanos... si nos paramos a pensar, cada vez la vida de las personas vale menos, porque cada vez tenemos menos. Menos derechos, menos dinero, menos peso en la sociedad, menos participación en lo público.
Valemos lo que tenemos y lo que aportamos, los impuestos que pagamos y lo que podemos gastar. Si no, no valemos nada, solo damos ruido, ese ruido que molesta a los dirigentes, el ruido de pobres, el ruido que hay que alejar de las universidades, centros de salud, hospitales y espacios públicos. Ese desagradable ruido, debemos de convertirlo en protesta, en cántico, en himno, en arenga para la lucha. Que les duela la cabeza de tanto oírnos, a estos que nos han cogido debajo del brazo para estrujarnos y marginarnos, alcemos la voz para que no puedan dormir estos que niegan el futuro a los jóvenes y el pan a los niños. Valgamos pues la suma de una legión, de una legión de legiones y que el suelo tiemble a nuestro paso, porque en cualquier caso somos mayoría. Hay que organizarse y es más fácil de lo que parece, de lo que quieren que parezca, basta con no escucharles y escuchar nuestros propios dictados, no seguir las veredas que ellos nos abren y abrir las nuestras propias y sobre todo tener muy claro quién es quién, quién nos ha metido en esto y a quién no hay que hacerle ni caso si es que queremos salir. Hay respuestas a nuestras preguntas y son fáciles y evidentes; si, se puede salir, y no, no será con el camino trazado desde hace tiempo por el ppsoe, sino por nosotros mismos.
Se ha perdido mucho, pero no todo. Hay mucho camino por delante, se puede y debe andar porque no nos podemos negar el derecho a tener Esperanza. Estamos a tiempo, no nos queda otra, negarlo significaría negarnos el futuro y claudicar a los pies de los mercados y sus lacayos, esclavizarnos de por vida y dejar un legado de esclavitud a nuestros descendientes. Negar el futuro está llevando a muchos a perder la vida, eso es un crimen, el crimen de los mercados contra el pueblo, esclavitud o muerte, pues va a ser que no. Si tomamos conciencia de nuestra fuerza unidos y todos a una no habrá ejercito que nos contenga, ni banqueros, ni lacayos que puedan con nosostros; que no nos doblen, que no nos domen, que no nos domestiquen.
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