Todos los sueños rotos
6 septiembre 2013 | Categorías: estatal, Opinión | |
Manuel Vicent –El País
Estos jóvenes de hoy no han conocido la oscuridad, pero están machacados, tienen el horizonte cerrado
Año 1973. Los progresistas de antaño se reconocían entre ellos en la calle por la forma de vestir, trenca con capucha y trabillas de hueso, camisa de leñador, chirucas o zapatones de pisar charcos, chaquetas color miel de pana rayada, nunca de pana dulce. Lucían también ornamentos capilares, melena, patillas de hacha o barba ritual. El atuendo tenía sus complementos: la revista Triunfo bajo el brazo, Hermano Lobo o Por Favor y el diario El País de los primeros años, hasta la llegada de los socialistas al gobierno. No se distinguían por su arrojo político; en general, frente a la dictadura preferían el sarcasmo a jugarse el pellejo con los guardias. Adoraban las sillas de enea, las alfombras de esparto y la cerámica popular; bebían tinto, pero todavía no hablaban de añadas ni sabían si el vino rompía en boca o tenía retrogusto. Ese vocabulario llegaría con el desencanto, años después, cuando se perdieron los ideales. Leer entero.
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