Para el Psoe, la vida vuelve a ser bella. Pues va a ser que no.

Amnesia, que olvidada y bonita palabra, hoy eje fundamental de la política socialista donde solo existe futuro, mucho futuro... pero, ¿y el pasado qué?, pues nada, que no les suena de nada, vamos, que no se acuerdan.

Cambio y más cambio, sin cambiar nada, y llevan así desde hace entaytantos años y como si la formula se les acabara de ocurrir. Si Franco hubiera utilizado los parámetros socialistas otro gallo nos cantaría y en el peor de los escenarios posibles, no hubiera hecho falta que se perpetuara él en el poder, hubieran podido tocar pelo dictatorial todos un tiempo, Varela, Millán Astray, Queipo, Yagüe, y cualquiera que hubieran querido poner.

Con el tiempo y hasta nuestros días, siempre renovándose y siempre "por el cambio" más endogámico, donde la unidad del clan es la razón suprema, hubieran pasado por la presidencia Fraga, Carrero Blanco, Blas Piñar... y no quiero seguir con esta serie de ucrónicas suposiciones vaya que me encuentre de bruces con algún ministro o presidente de los que se dicen demócratas y que cambiaron en su momento la lealtad al "pollo" de la bandera de los ganadores por la obediencia ciega al banquero de turno, después de haberle vendido su alma y el sueño de los españoles.

A los socialistas les va de coña, ya nadie se acuerda de que han reventado un país que tardará lo que no está escrito en recuperarse, hoy son todo parabienes, hoy solo hay buenos propósitos,  vuelven a ser los inmaculados caballeros andantes de la política nacional, hoy vuelven a defender al débil y a atacar al malo malísimo, que es cualquiera menos ellos, en fin, que basta hacer un congreso, para dejar a los mismos en el poder y quedar todos tocados de un halo de santidad que por arte de magia, junto a la amnesia más profunda y conveniente, les cae llovido del cielo, les perdona todo, los exime de pecado original y  les perdona tener que cumplir del sexto al décimo mandamiento. La vida vuelve a ser bella.

Borrón y cuenta nueva. A fin de cuentas un congreso del Psoe, viene a ser un particular miércoles de ceniza, confesión y catarsis general, donde todo se perdona y pelillos a la mar, se sale hecho un hombre nuevo, bendecido, puro, intacto, incólume, casto, virginal, inmaculado, honrado, honesto, desinteresado, noble, íntegro, despejado, libre, expedito y la cara como el hormigón armado, con cierto hormigueo en el buchaca que habrá de ser atendido convenientemente. Pues va a ser que no.