EXPOMarmolejo, (I) Estamos en el camino.

Se acabó la feria y queda hacer balance. 

Hasta un ciego vería el rotundo éxito del pueblo de Marmolejo, de los vecinos y los empresarios, los agricultores, comerciantes, artesanos y ganaderos -sin olvidar al voluntariado- La sociedad en general está de enhorabuena y ya era hora.

La afluencia masiva y expectante de todo tipo de público, grandes y pequeños se repartían disfrutando por las carpas, entre los vehículos y el ganado sorprendidos y orgullosos de que por fin hubiera algo así en Marmolejo. EXPOMarmolejo ha sido lo nunca visto, lo que hacía falta como el agua de Mayo y nunca llegó, lo que desde hace tiempo, en el silencio de la economía marmolejeña, se pedía a gritos mientras los políticos (socialistas hacían llamar) hacían oídos sordos, por eso ha sido tan bien acogida por el 99,9% del pueblo, el resto, los de siempre, solos y cocidos en su propia rabia, lo han entendido a la primera, esto significa un antes y un después en la forma de entender la vida de Marmolejo. Adiós al enfrentamiento como forma de entender la relacción entre vecinos, bienvenida la cooperación y el trabajo en conjunto.

Sencillo pero rotundo, el mensaje ha sido captado por todos: desde el Ayuntamiento se trabaja duro y los resultados están a la vista, pero lo más importante es que la dirección es la corecta, el Equipo de Gobierno no da palos de ciego, saben lo que se hacen; casi sin medios, pagando las deudas millonarias de otros, afrontando el ataque continuo de los que perdieron la cuchara, desenmarañando veinticuatro años de dictadura, mangoneos e injusticias, demostrando día a día que el dialogo como alternativa al enfrentamiento, aunque sea entre partidos tan distantes, es necesario y el único camino posible, por el bien de los vecinos. Tanto esfuerzo no ha tardado en dar sus frutos y los resultados empiezan a verse claros y contundentes. Todo el mundo ha salido ganado y ese es el único objetivo, razón y norte de lo que se hace desde las concejalías y áreas de trabajo y servicios del Ayuntamiento. Marmolejo somos todos y de todos depende lo que consigamos para todos.

Atrás queda el tiempo en que el comercio y el empresariado no se apoyaba por ser sospechoso de votar contra el régimen instaurado a la vez que el campo era denigrado por considerarse oficio de segunda del que había que huir; “Ningún padre quiere que su hijo trabaje en el campo”, se decía en los plenos, para justificar el abandono endémico de esta concejalía desprovista de actividad y contenido como tantas otras durante casi cinco lustros. Hoy nadie duda que el campo, la actividad agricola, el olivar, la huerta y sus derivados, como podría ser una incipiente industria agroalimentaria, supondrían un colchón que no tenemos para atenuar los efectos de la crisis. Por desgracia nada se ha hecho en este sentido y nos vemos partiendo de cero en un campo tradicionalmente muy productivo, pero en el que se ha dejado perder gran parte del riego y donde muchos prefieren ya cultivos extensivos con poca mano de obra o el abandono directo de la tierra dedicándola a fines de esparcimiento.

Por suerte hay todavía una conciencia viva en un nucleo de agricultores que no tiran la toalla y que están abiertos a nuevas técnicas e iniciativas, decididos a modernizarse y a no asumir la defunción del campo marmolejeño, que piensan que el futuro está por escribir y que en él Marmolejo tiene todavía capítulos importantes reservados. Desde ese espíritu de lucha e inconformismo, debemos aceptar el reto, apoyándonos en la Expo, cuyo eje central ha sido la agricultura, y con la colaboración necesaria y creciente de la Cooperativa de hortelanos San Cristóbal, la Cooperativa San Julián, la Asamblea de Agricultura y la inestimable colaboración de los técnicos de la Granja Escuela, y ya se empieza a dar con firmeza los primeros pasos contra la marea de la crisis y a favor del sector agricola marmolejeño.

Respecto al comercio, la artesanía y la industria, la Expo ha significado un soplo de aire fresco, una oportunidad de negocio que no se ha desperdiciado, y la recuperación del orgullo por el trabajo bien hecho y reconocido por los vecinos, cada cual ha mostrado el producto de su oficio y comercio, su saber hacer. Hemos sido el centro de atención de parte de Jaén y Córdoba, se han recibido muchas visitas de fuera y se ha movido el negocio más de lo que se preveía, mucho más, pero también, de cara al pueblo,  los empresarios han realizado un acto de convivencia con sus vecinos, personas que a las veían a diario, pero que desconocían sus habilidades, sus productos o empresas, el resultado ha sido fantástico y unos y otros han aprendido algo, todos han salido ganando, a través del respeto, el dialogo y el trato. No podía ser de otra forma.