A trabajar que el futuro de Marmolejo está en juego.

Aún queda tiempo para hacer un ejercicio de responsabilidad.

Hay cuestiones inamovibles en el trato humano, de los vecinos y el pueblo, diferencias que marcan lo que está bien de lo que está mal, líneas rojas que delimitan las actuaciones correctas de las deplorables, existe un límite que marca la linde entre lo que se puede y no se puede hacer, quién no tenga claro este concepto simple y básico, no debería dedicarse a la política.

Hay que saber delimitar las prioridades y ser consecuente con los actos; la intriga, la cobardía, la traición, el engaño, la extorsión y las amenazas no tienen cabida en el marco de un Pacto de Gobierno que, por supuesto, no es ningún juego. Desde el momento en que se coge el testigo del gobierno municipal y se adquiere el compromiso ineludible de administrar en favor de siete mil quinientas almas, para lo bueno y lo malo hay que cumplir con la palabra dada y respetar los acuerdos pactados, afrontar los compromisos y trabajar en pos de una meta común, otra forma de proceder no es ni tolerable, ni admisible, máxime en un entorno conflictivo social, laboral y económicamente enmarcado en una crisis aguda y prolongada.

La política tiene sus tiempos y hay un tiempo para cada cosa, uno para la negociación y otro para el trabajo, por eso cuando se cierran los tratos llega el momento de la acción, las palabras deben de dar paso a los hechos, el regateo a la confianza y el distanciamiento ideológico debe de dejar paso a la cintura necesaria para que no se estorbe o dificulte la acción de gobierno. No hay lugar a manipulaciones de la realidad gubernativa, ni de los tiempos ni de los medios o alteraciones interesadas en las relaciones personales y menos aún se pueden exhibir prejuicios ni vicios en las formas que empañen el desarrollo del proyecto de gobierno.

Actualmente me consta que el PP de Marmolejo está incumpliendo el pacto de gobierno, su letra y espíritu en diferentes formas y sentidos, lo lleva haciendo demasiados meses, intentando llevar al Ayuntamiento de Marmolejo a una especie de punto muerto en el que se puedan ver afectados los vecinos de forma grave e injustificable, cada perdida de tiempo y de oportunidad, es una deuda que se adquiere con los vecinos y una falta al compromiso adquirido que hay que atender de inmediato.

No entiendo ni puedo justificar la actitud desleal del PP de Marmolejo sostenida en el tiempo y agudizada consciente, gradual y sistemáticamente. No sé si este proceder corresponde a la iniciativa particular de una sola persona o se debe a una decisión coral de todos los miembros de la Asamblea Local. No sé cual o cuales son los objetivos que se pretenden conseguir con esta serie de actuaciones. Lo que si sé es como ha afectado, está afectando y puede afectar al gobierno municipal y entiendo que lo hace a niveles nada razonables.

Desde mi punto de vista, esta situación debe de revertir de inmediato hasta los niveles razonables de colaboración que nunca debieron ser alterados. Así como entiendo que, por el bien de los vecinos y el gobierno local de Marmolejo, deberían de tenerse en cuenta y ser aceptadas las constantes llamadas, al dialogo entre asambleas, la coordinación de políticas activas y entre áreas de trabajo.

La receta que recomiendo es trabajo, trabajo y trabajo, y dejarse de melindres que hay mucho en juego: el trabajo de casi dos años, los proyectos de futuro, la renovación democrática iniciada y la confianza de los vecinos.