Simple, pero tan real como necesario, por fin se hace lo que debe de hacerse, y esa es la única y rotunda verdad que importa.

 Se trata de trabajar por y para los vecinos, con ellos y en su beneficio, para cubrir sus necesidades como única meta y fin, motivación, causa y consecuencia de todas las iniciativas que se emprenden.

Marmolejo es un pueblo relativamente pequeño, aquí nos conocemos todos

Sabemos de qué pié cojea cada uno, qué podemos esperar de nuestros vecinos y de esta forma las sorpresas son relativamente escasas. En política, se estrecha el círculo, solo es un puñado de personas las que tienen o han tenido responsabilidades directas en la administración local, personas que son y han sido, durante años, centro de atención de los ciudadanos, personas cuyo comportamiento no pasa desapercibido y de las que los vecinos tenemos una idea muy concreta y acertada de sus motivaciones, actitudes y aptitudes en lo tocante a lo público. Aquí ya no se engaña a nadie.

A unos les mueve la codicia, la sed de venganza y de poder, la buena vida, los privilegios del cargo, recuperar el estatus de intocable, volver a ser gallito en el corral y vivir del cuento, en general hay mucho que añorar cuando se ha vivido a todo tren y lujo y se pierde la cuchara. Estos son los más fáciles de desenmascarar, ya que están instalados en el surrealismo pretender venderse como alternativa nueva cuando son los restos del naufragio de una gestión nefasta y réproba, sobras de la política local que aún cuando pudieron no gestionaron y ahora pretenden tener soluciones a los problemas que ellos mismos han creado, cuando no tienen ni idea y nunca se van a enterar. Sueñan con despertarse una mañana y que todo haya sido una pesadilla, sueñan y en su sueño no aparece Marmolejo, solo ellos.

Otros andamos aprovechando la oportunidad de gestión, haciendo cosas nuevas, poniendo orden en el caos, intentando cambiar ruina por esperanza, recortando los flecos de la dictadura, concentrándonos en los vecinos y animándolos a hacer piña frente a la adversidad. Entendemos que hay otro Marmolejo posible y necesario, que la unión hace la fuerza, y que cualquiera y cada uno de los  marmolejeños de buena voluntad deben de poner su grano de arena en este proyecto que está dando evidentes frutos. Se trata de trabajar por y para los vecinos, con ellos y en su beneficio, para cubrir sus necesidades como única meta y fin, motivación, causa y consecuencia de todas las iniciativas que se emprenden. Simple, pero tan real como necesario, por fin se hace lo que debe de hacerse, y esa es la única y rotunda verdad que importa.

También, los que les interesa el enredo y el desgobierno, dicen que hay quien anda confuso, en según que términos, quien entiende el poder como herramienta de presión táctica y no como instrumento al servicio del pueblo, que hay quien tiene dudas y entiende la política como un comercio, una suerte de posibilidades con las que mercadear, un continuo voceo de mercadillo donde se regatea a diario sobre temas nimios pero poniendo sobre la mesa cuestiones vitales para el gobierno municipal. A la postre, si fuera verdad, un juego peligroso y deshonroso a la vez. Entiendo que se trata solamente de rumores pasajeros y muy puntuales, que se resolverán las dudas y que el trabajo diario no se verá afectado en lo más mínimo.

Cuando se acepta un compromiso, se firma un acuerdo y se llega a un pacto, hay que cumplirlo. Entiendo que estamos entre personas de honor y nos mueve el mismo objetivo, la gestión honrada y digna de los escasos recursos de que se disponen en favor del pueblo, ni más, ni menos. De la misma manera que a un médico no se le ocurre emplear su don para perjudicar a sus pacientes, a ningún político con responsabilidades se le debe de ocurrir subvertir un gobierno positivo respondiendo a capricho o circunstancias dudosas. Por ello rompo una lanza a favor del Equipo de Gobierno, porque estoy convencido de la honestidad y el nivel de compromiso aceptado por todos y cada uno de sus miembros, porque  no creo en dobleces ni posturas absurdas y estoy seguro de la coherencia en la coordinación de las políticas y la conciencia plena de la responsabilidad adquirida.

Sabemos que contra la falacia y las habladurías, la cordura se impondrá en este 2013 y que las tareas comenzadas llegarán a buen puerto, por el bien de todos, por el bien de Marmolejo y el futuro de los vecinos.