Se respira un aire nuevo, a pesar del tufo a pataleta socialista.

Ayer, y con el salón lleno de público, pudimos presenciar los marmolejeños un pleno diferente, la materialización de otra forma de hacer la política a la que nos tenían acostumbrados, estos falsos socialistas de pacotilla, durante los últimos veinticuatro años.

Foto del Pleno de Investidura.

Ayer no hubo expulsiones, ni advertencias, ni tres minutos de reloj para una réplica, ni cinco para una exposición, porque ayer se respiró Libertad y Decencia por primera vez en muchos años. Pudo ser un Pleno perfecto, donde no solo se dejó hablar a todos los grupos sin tiempo limitado, sino que también se pusieron las cámaras de la televisión municipal a disposición de los portavoces al termino del mismo, pero, y con estos siempre parece que hay un "pero", la pataleta socialista, que aún dura, intentó restar brillantez a este ejercicio de Democracia  sin precedentes en Marmolejo, sin conseguirlo.

Empezando por no aceptar los asientos que se les habían asignado, y terminando por exigir un debate político, cuando el pleno era de carácter administrativo, pasando por los consabidos insultos, seguidos de rasgadura de túnicas y declaración anti odio y rencores... hubo de todo, y es que no se podía ocultar el nerviosismo del portavoz socialista, que en ningún momento se sintió cómodo ante las buenas maneras democráticas y tolerancia del Alcalde-Presidente de la Corporación Municipal, Bartolomé Soriano.

El Psoe se hunde con su líder.

Durante el Pleno, también intervino, un no menos nervioso y dubitativo, Carlos Sevilla, alter ego de Cristóbal y socio suyo en la tirada de libelos anónimos de dudoso gusto literario y nulo reflejo de la realidad marmolejeña, más cercanos al nivel de la ponzoña que de la información. Este ex-concejal de Cultura, cualquiera lo diría, ha  pasado, de un día para otro, de leer las novelas a protagonizarlas y se ha convertido en un fiel escudero, un "Sancho Panza" al huso, que rinde pleitesía a un amo que está más "pallá que pacá", caduco, trasnochado y que no asume que su tiempo ha pasado, que el "antiguo régimen" es ya historia y al que hay que recordarle continuamente que donde él ve gigantes, rencores, traiciones y odios, solo hay molinos de concordia y trabajo, que mueven sus aspas al paso de un nuevo y potente aire de Libertad.

La suerte está echada y el muro de la vergüenza que en Marmolejo pretendía dividir, para enfrentar a los vecinos en provecho de unos cuantos, ha caído y ya no hay vuelta atrás. Es patético ver como, todavía arriman piedras a las ruinas de ese muro, los que creen que aún le deben favores y sometimiento a un líder que cada día lo es menos, y que cada vez que habla en público hace el ridículo, aferrándose a un tiempo de opulencia para él y los suyos y ruina para el pueblo.

Ayer mientras, Cristóbal, sorprendido por tener la Televisión Local a su disposición, (él no la puso nunca al servicio del pueblo o la oposición), se dedicaba a demostrar, a quien quisiera escucharle, porqué no es alcalde hoy de Marmolejo, osea, a demostrar un odio enquistado y una obsesión malsana por el poder, otro dirigente socialista intentaba provocar a los que quedaban en el salón de plenos, insultando a Cayo Lara y anunciando que ya, para entrar a la Casa del Pueblo, hay que tener "carnet", reduciendo así un espacio de diálogo y concordia a un "bunker" cerrado para una minoría. Es una lástima que se le haga esto a las bases de un partido, que no son otra cosa que su futuro y esperanza de regeneración, pero cuando un líder decide caer  arrastrando consigo todo lo que alguna vez le sirvió de apoyo, el daño que puede hacer es incalculable y, no es la primera vez que ocurre, suele marcar el final de una era y de un movimiento político. Eso sería un lástima aún mayor.

Me gustaría que alguien pusiera un poco de cordura en las filas de los pocos que quedan creyendo que todavía le deben algo al ex-cargo socialista y que no hagan ni caso cuando se les exige un ataque kamikaze y ciego contra unas personas e instituciones a las que les quedan cuatro sólidos años por delante y que se les deje elegir si quieren vivir en paz, colaborar con su pueblo o estrellarse irremisiblemente con todas las consecuencias. No tengo ninguna duda de que si pudieran elegir, dentro del Psoe marmolejeño, se decantarían por la paz, la renovación y la armonía entre vecinos. Me consta que el día que haya libre albedrío, las bases darán una lección de pundonor a muchos cuadros de los que, hoy por hoy, andan con la espada en la mano intentando dirigir pelotones de fusilamiento político, contra los hombres y mujeres de IU. (Curiosamente con el PP no se meten con tanto encono)