Ya tenemos encima los Presupuestos Generales del Estado, PGE, y yo me pregunto, ¿donde está la derecha moderna, dialogante, contemporanea, centrada e incluso "progre"?, porque por más que miro no la veo por ninguna parte.
Sin embargo la derecha salvapatrias, que recorta en sanidad, educación y dependencia, "por el bien de todos", a esa me la encuentro cada vez que abro un periódico o doblo una esquina, cuando voy al médico, cuando pienso en que va llegando la hora de que mis hijos accedan a cursar estudios superiores y no puedo pagarlos, cuando pienso en las becas a las que no podrán aspirar y en todo lo que no voy a poder dar a los míos, cuando tan fácil es perder el trabajo y tan difícil encontrarlo, ¿que digo?, tendré que conformarme, con suerte, con poder darles de comer y meterlos a trabajar por lo que sea, sin opción a más altas aspiraciones, solo por ser hijos de obreros. Cuando pienso que tenemos más de lo mismo, pero de otra manera, antes, con los socialistas, teniendo el carnet y la cara apretada se abrían muchas puertas y podías forrarte, no hay que irse muy lejos para comprobarlo, pero ahora solo tienes que tener dinero, estar entre los elegidos capitalistas, con acritud y sin ideología, para tener el mundo a tus pies, y si no el mundo a un montón de mogotes pedigüeños dispuestos a bailar por la voluntad. Neoloberalismo le llaman, o quien pueda que apriete y el que no, que le den, Rajoy es su paladín y Zapatero su profeta. No olvido que el garrotazo económico nos lo dieron los socialistas, pero la cura de los matasanos del PP, está costándonos la vida.
La derecha, se ha surtido en estos últimos tiempos de muchos adeptos, algunos buscando refugio, quién a buen árbol se arrima..., otros buscando la pureza de la doctrina joseantoniana, el rescoldo de otros tiempos o al menos buscando practicar un tardofranquismo que les quitara el mono, otros simplemente van despistados, empiezan por arrimarse a la obra social y terminan militando entre lo humano y lo divino, hay quien busca motivos económicos, por pura lógica, los ricos con lo ricos y los pobres..., bien lejos con su pobreza, para cuando haya que echar mano de ellos, los hay que han ingresado en las filas del PP , directamente huyendo del Psoe, buscando el cambio prometido como si fuera la tierra prometida, qué chasco se van a llevar en este erial patrio donde hay que ser VIP, luego hay quien está por encima de todo esto y busca un acercamiento cálido, sencillo, real y humano a otra forma de hacer política, con cierto regusto retro, pero sin excesiva nostalgia, pisando el presente, con actitud de diálogo, sin descartar vías de entendimiento y con vocación por lo público, estos son los menos, pero los más necesarios, yo diría que imprescindibles. por la cuenta que nos trae, aunque al llegar se encuentran que el sistema impuesto es piramidal, clasista y presidencialista y el diálogo tienen que guardarlo para cuando toca el ratito de charla con lo amigos. A estos yo le diría que insistan, que su tiempo nunca pasa. Aunque no ayude que cuanto más prospera el partido, el control es más férreo y prevalece la camisa vieja a las ideas nuevas.
En general, hacen bien, cada cual lo que le gusta, son gregarios y como el sentido asambleario es justito o nulo, eso que se ahorran de discutir y de pensar en lo que no deben, callar y andar, es más efectivo y a paso de oca si es posible, a las pruebas me remito; la derecha española hoy por hoy es una, grande y... dios nos libre.
Mientras, el pueblo a joderse, con aumento de paro, trabajo no hay ni se le espera, aumento de impuestos, ya que alguien tiene que pagar la crisis, con una exclusión social galopante y desahucios a diario, y cantidad de recortes en lo social, en los derechos de los trabajadores, en sanidad, educación y en todo, gobernados a golpe de Decreto Ley, y a esperar unos cuantos, bastantes, años con los ayuntamientos atados de pies y manos, hasta que a base de no gastar ni en lo básico..., no tengamos ni lo básico. Pero los bancos, especuladores y mercados nadarán en la abundancia. Menos mal que todo lo hacen por nuestro bien.
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