No en vano ese ha sido siempre nuestro lema.
Y no andábamos despistados.
Hubo un tiempo en que España era monocromática, cuarenta años de dictadura lo avalan, fueron cuarenta largos años, en los que un solo color, un solo pensamiento y una sola voz eran la constante diaria, cuarenta años en negro que dieron mucho juego y dejaron muchas lecturas, desde luego la principal es que por nada del mundo quisiéramos los españoles repetir la experiencia.
Hoy la deriva de los tiempos nos zarandea en el mar de la política haciéndonos encallar en los bancos donde nos sentimos traicionados, utilizados por el sistema y la impotencia se adueña de nosotros mientras nos agostamos y angustiamos en la calma chicha de una crisis a la que no se le ve el fin, y las más de las veces nos acerca peligrosamente a unos arrecifes y acantilados que recuerdan aquel pensamiento monocromático de cuyas garras solo escapamos por la tardía defunción del dictador. En Marmolejo sabemos mucho de eso, porque no contentos con cuarenta años de dictadura, nos reenganchamos veinticuatro más, de propina, mala suerte o mala cabeza, quizás exceso de confianza, candidez o ignorancia política, falta de aspiraciones o incapacidad para pelear. Que nos robaran la cartera o que se la diéramos nosotros, el caso es el mismo, porque el resultado ha sido el mismo, dictadura.
Por cierto, esta dictadura cristobista marmolejeña, además de la revisión de cuentas que se está haciendo y que la auditoría aprobada por la Junta está a punto de iniciar, deberá de pasar un proceso político y social contundente e irremediable. Por el momento la sociedad está sacando sus conclusiones, pero de la misma manera que el franquismo, hasta la presente se ha escapado sin enjuiciar sus crímenes, el cristobismo en pleno debe de tener su Nuremberg particular, simbólico o no tanto.
Estoy seguro que en el PP de Marmolejo como en el de Sevilla o Madrid, igual que en el Psoe, hay quien hace su apuesta monocromática por sus propios colores. No les culpo, pero están en un tremendo error, he de decirles que se equivocan de parte a parte si se empecinan en mantener que la vida es más fácil con mayorías absolutas azules o rojas/azules, (el Psoe ya cambió el rojo por el azul en las última generales), y la prueba es la crisis generada por políticas de mayoría absoluta, corrupción absoluta, prepotencia absoluta y errores absolutos que aún hoy se agrava por esa insistencia en mantenella y no enmendalla del absurdo absolutismo incompetente y lesivo.
Está claro que los partidos no son iguales, mientras que unos enarbolan la bandera del azul cielo y el pájaro que solo se ve cuando uno está de vacaciones en la playa, y otros se sienten identificados con una mano sosteniendo una flor, aún hay quien mantiene como fondo de su estandarte el rojo y las herramientas de trabajo, la hoz y el martillo, tan denostadas por los del pajarito o la rosa. Pudiera decirse que ni la sangre es igual en unos y otros, mientras unos pretenden que la suya sea nobiliaria, azul de privilegio y realengo, alejada del vulgo y el populacho y defensora del presidencialismo, otros nos enorgullecemos del rojerío de la nuestra con todo lo que implica de rebeldía contra la injusticia y sentimientos solidarios, igualitarios y asamblearios.
La clave está, y que se enteren de una puñetera vez unos y otros, porque el Pueblo ya lo está captando así, de que el mundo ya no es blanco o negro, azul o rojo, en esta vida hoy se imponen los colores, una amplia gama de colores, pensamientos, corrientes que enriquezcan la sociedad y que sepan combinarse cuando sea necesario y por el bien común. Esto implica sacrificio, trabajo y diálogo, dosis ingentes de diálogo que a los de la vieja guardia bipartidista les viene muy largo, prefieren arremeter contra todo y todos antes que sentarse en una mesa a dialogar por el bien de la comunidad. Cuando no hay diálogo aparecen los chantajistas amenazando continuamente con romper la baraja, los "imprescindibles" sin relevo posible, los omnipotentes que todo lo arreglan y los que, con perdón, nos la meten doblada día si y día también.
Ya estamos escaldados de tanto salvapatrias, de tanto inútil político que todo lo arregla con una mayoría absoluta, que necesita el paraguas de ir sobrado de votos y escaños para tapar sus propias limitaciones, corruptelas y miserias. Es irresponsable (y un engaño) cualquier político que se crea en posesión de la verdad absoluta y que exija manos libres para campar a sus anchas. Es impresentable, además, no asumir las consecuencias de los actos, instalarse en la convicción de que todo se arregla consiguiendo muchos votos, cuidándose de mantener una masa social votante y poco exigente que garantice un colchón electoral suficiente como para no tener que dar explicaciones. Ay de aquellos políticos que no se apañan sin la mayoría absoluta, porque van a pasarlo muy mal.
Ya está bien de que el ejercicio democrático sea más entendido como el arte de ganar elecciones por los partidos, que como la organización del pueblo para ostentar realmente el poder y ejercerlo con garantías, no se entiende a estas alturas la Democracia secuestrada por los partidos y las instituciones, de espaldas a un pueblo que clama en movimientos sociales como 15M democracia real y participativa. El caso es alejar la democracia del pueblo, un gobierno del pueblo, pero sin el pueblo, vamos que son unos artistas, así se ganan la vida y así nos va. Esto ya tiene que cambiar y de hecho está cambiando, en Marmolejo al menos.
Puede que los partidos más votados se cieguen en su ambición de poder, pero con la ayuda de la sociedad eso debe de llegar a su fin, todos somos necesarios y debemos participar abierta y decisivamente en la gestión, en nuestro caso, municipal. Hay que abrir un arcoiris de posibilidades y opiniones, cada gota de color que se aporta, cada iniciativa nueva, cada hombro que se arrima, cada mano que se echa, cada apoyo, cada idea da su toque de personalidad al proyecto común que es Marmolejo y eso es lo importante, construir un Marmolejo multicolor, de todos, con todos y para todos, solidario, habitable, rico en sus gentes, cordial, trabajador y dialogante. Lo contrario es tirar piedras a nuestro propio tejado, Aquí nos salvamos todos juntos o caemos todos, otra vez, en el ostracismo y la apatía, la resignación interesada y el victimismo sin futuro. Otro Marmolejo es posible y juntos podemos conseguirlo. No en vano ese ha sido siempre nuestro lema.
Y otra Andalucía ¿es posible? Video muy bueno.
ResponderEliminarSábado, 15 de diciembre de 2012
Primer vídeo resumen de la Segunda Acción.
Queremos compartir este vídeo, que es un vídeo de algunas de las personas que han participado en la segunda acción de Fuera de la Política
Es un vídeo de ciudadanos, grabando la acción con sus móviles, con sus cámaras... es algo nuestro. No de un partido o de una institución. Muestra cómo nos sentimos muchas de las personas que vivimos en Andalucía o en España.
Que no piensen que nos engañan...
http://www.fueradelapolitica.com/