por mucho que se empeñe, aunque siga mintiendo y llorando por los rincones, vociferando, insultando y amenazando en los plenos; ya es tarde para él el daño está hecho y ha sido al pueblo de Marmolejo al que se lo ha hecho, y el que lo está pagando.
Si no conociéramos a Manolo Lozano, si no supiéramos todos en Marmolejo, como pajea este elemento, a lo mejor nos daría pena velo correr a Jaén a pedir a papá psoe, una vez más, que le apoye, lo arrope y no lo deje solito.
Pero como le conocemos, sabemos de sus correrías y tropelías, de sus excesos y sus vicios, no hay en este bendito pueblo nadie que sienta el menor aprecio por él. Lo he dicho muchas veces y creo que lo tendré que repetir hasta que se entere, se esfuerza en ser una mala copia de Relaño, ha heredado todos sus defectos, sin dejarse ninguno atrás, pero ninguna de sus virtudes. Lozano es, en definitiva, un pobre diablo, acostumbrado a la buena vida, a hacer su santa voluntad, siempre a la sombra de Relaño, un eterno segundón sin más aspiraciones que a llenar la panza, darse la vida padre, prosperar a costa de los demás y, algún día, llegar a ser el número uno de su partido para que la máquina y aparato que durante tantos años trabajó a las ordenes de su predecesor y lo hizo rico, lo haga ahora en pos de su bienestar personal.
El día llegó, pero las circunstancias ya no son las mismas y él revienta porque todo vuelva a los tiempos de vino y rosas, de barra libre continua, de cuando eran los putos amos del cortijo y su palabra era la ley, cuando engordaban sin que nadie les dijera nada y cuando los millones de euros municipales, los que pertenecían a todos los marmolejeños, andaban tan distraídos y poco vigilados, que terminaban por perderse.
Este sobrero de la política municipal, este falderillo con infulas, ha tenido la audacia de emprender la enésima campaña de propaganda para limpiar lo inlimpiable, su imagen, y ha empezado por irse a Jaén a salir en los medios, amparado por su partido, para explicar como el Ayuntamiento de Marmolejo pasa por malos momentos y por supuesto, como él y los suyos, no tienen nada que ver con eso.
A causa de su mala memoria, se le ha olvidado decir que dejaron veinte millones de euros de deuda, de los que algunos, bastantes, no se sabe su paradero y, por supuesto, también olvidó mencionar que a consecuencia de esto, la Justicia ya lo está llamando a careo, que está camino de la segunda imputación, que en pocos meses pueden ser más de media docena los asuntos de los que tendrá que responder ante la justicia, además de que hay que pagar infinidad de sus deudas, hacer planes de ajuste y recortes en todos los capítulos de gasto municipal por sus excesos e incompetencia o algo peor y, en definitiva, gestionar la ruina que él nos ha dejado.
No paran de sorprendernos sus formas caciquiles, sus tretas rastreras, sus principios nazis, sus intentos continuos de manipulación de la realidad, y sobre todo la demagogia barata que usan. Estos se creen que han inventado la rueda, la gasolina y la pólvora ellos solos y lo que hacen es aplicar a pies juntillas los principios del nacional socialismo. El de Hitler, ¿les suena?, fíjense si son demócratas estos lumbreras.
Pero no se puede hacer nada, es su táctica habitual, sacada directamente del ideario de la propaganda nazi, ideado por Joseph Goebbels, y siguen ciegamente sus principios; analicémoslos:
Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. Para él y los suyos, todo el que no es cristobista, es fascista.
Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. Para Lozano el actual equipo de gobierno es el culpable de la deuda que él dejó.
Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Por menos de un pimiento monta un circo en los plenos para distraer la atención.
Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”. Pretende distraer a los vecinos de sus responsabilidades judiciales arremetiendo contra el actual alcalde. Cree profundamente que los marmolejeños son tontos y fáciles de manipular.
Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite mil veces, acaba por convertirse en verdad”. Cualquiera de las mentiras que cacarea sirve de ejemplo, las coletillas que repite cansino en los plenos, como cuando los dirigentes socialistas que son a la vez ugetistas dicen que ellos no son políticos. O cuando dice que el alcalde reunió a los trabajadores para que ellos dijeran a quién hay que echar. En realidad miente más que habla.
Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. La batería de informaciones que pretende sacar estos días, coordinado con su amigo y mentor, lucho del PP, además de los bulos que lanzan los de la UGT, tienen al patio entretenido.
Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. Se le ha olvidado mencionar a Lozano sus imputaciones y las de sus compañeros de partido, mientras se va a Jaén a airear información manipulada y sesgada, o mentiras directamente.
Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea un mito nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando una impresión de unanimidad.Estos llevan viviendo del cuento toda la vida con la canción de que como Marmolejo es "socialista", ellos tienen que partir el bacalao, aunque la única realidad es que los que no son socialistas, son ellos, los cristobistas, los manolos, pilares, rafas y compañía los que siguen a pies juntillas este decálogo nazi para manipular al pueblo de Marmolejo.
Por todo esto y por muchas otras cosas, la credibilidad de Manolo Lozano se perdió para siempre, por mucho que se empeñe, aunque siga mintiendo y llorando por los rincones, vociferando, insultando y amenazando en los plenos; ya es tarde para él el daño está hecho y ha sido al pueblo de Marmolejo al que se lo ha hecho, el que lo está pagando.
Los cristobistas, llevan toda la vida viviendo a base de mentiras, amenazas, listas negras, cortinas de humo, enfrentando a los marmolejeños, manipulando a las personas y haciéndose los imprescindibles, todo eso en una dinámica de sobres que riegan delante de cualquier obra, dexcontrol en las cuentas y finanzas municipales, corruptela generalizada... y vienen ahora a hacerse los inocentes, lo que no tienen es vergüenza, nunca la han tenido, esa es la clave de sus éxitos, ser impermeable a cualquier cosa que no sea su propio beneficio. La cárcel es lo único que los va a poner en su sitio y si desde Jaén siguen apoyándolos y tapándolos es que no son mejores que ellos.
ResponderEliminarEn Jaén igual que ellos o peores, porque anda que el personajillo de Gaspar Zarrias y toda su charpa, no me veas, que escoria, madre mia, como puede llegar la gente a ser tan hipócrita, desde luego para mentir como mienten hay que valer, esa gente cuando apaga la luz y cierra los ojos para dormir, pueden dormir tranquilos, no lo entiendo.
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