lunes, 2 de enero de 2012

El año 2012 ofrece la oportunidad de cambiar el escenario de la crisis a favor de los trabajadores.

El ajedrez global de la crisis (IV)
Neoliberales y keynesianos

Claudio Katz
Argenpress


El debate económico sobre la crisis continúa centrado en la oposición entre visiones ortodoxas y heterodoxas. Los neoliberales atribuyen la crisis a la “irresponsabilidad fiscal” y despotrican contra los gobiernos que despilfarraron dinero en gastos improductivos. Pero omiten recordar que estos desembolsos sostuvieron inicialmente la expansión de las economías industrializadas y que el descontrol posterior obedeció al rescate de los bancos. Antes del 2007 había, por ejemplo, en Europa superávit fiscal en la mayoría de los países.

El discurso neoliberal oculta este auxilio y atribuye el descalabro actual a “los pueblos que vivieron por encima de sus posibilidades”, como si fuera un pecado mejorar el nivel de vida. Tampoco explica por qué razón se exime a los acaudalados de cualquier sacrificio. El carácter duradero de la crisis es incluso utilizado para justificar los atropellos. Ya nadie presenta la flexibilización laboral como un pasaporte a la prosperidad. Hay que apretarse el cinturón como una necesidad de supervivencia. (1)

En Estados Unidos los mismos argumentos son esgrimidos por los republicanos para exigir mayores reducciones del gasto social, manteniendo los privilegios de los banqueros, el gasto militar y las rebajas impositivas a los ricos. Reclaman fijar un estricto techo al endeudamiento supervisado por los popes del establishment y eluden mencionar que el socorro otorgado a los financistas contradice todos los principios del libre-mercado.

Los keynesianos estiman, en cambio, que la crisis obedece a la persistencia de la desregulación financiera y a la contracción de la demanda. Por eso Krugman propone gravar a los acaudalados, relanzar la inversión pública y recomponer los ingresos. En la misma sintonía, Stiglitz convoca a condonar las hipotecas y a penalizar a los bancos. (2) Leer entero.

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