martes, 23 de noviembre de 2010

En las 54 viviendas de "carabanchel" la Junta se quita la mascara y se acaba la protección, mientras el Ayuntamiento calla y otorga.

En Marmolejo estamos pasando del Estado del Bienestar un estado de hartazgo, de ¡Ya está bien!

En estos días de gris “panzaburrra”, en lo tocante a la meteorología, de lluvias finas y ocasionales y de ese frío que se mete en los huesos, en los que los ancianos procuran no salir a la calle y los parados evitan la bochornosa esquina, donde se dejan ver a diario por si acaso, no solo está incordiando el tiempo. En Marmolejo están pasando más cosas y bueno es saberlas.

Para describir el cinismo y la desvergüenza institucional, el refranero se quedaría corto, pero para dar cuenta de lo que le está pasando a un grupo de vecinos de las 54 viviendas sociales de “Carabanchel o Alcatraz”, como aquí se le conoce, podríamos decir que “al perro flaco todo se le vuelven pulgas” y esta vez no Dios, sino la Junta es la que aprieta y está dispuesta a ahogar, con la vista gorda de este ayuntamiento, que cada día que pasa es más antisocial y la complicidad del vecino más ilustre del barrio, nuestro querido alcalde.

Resulta que a los vecinos se les está agotando el plazo de 15 días que les han puesto para pagar sus casas, así como suena, que en lo peor de la Crisis y cuando nadie tiene un duro, ni quien se lo preste, la Junta arremete contra unas viviendas sociales, en las que se pagaban unas rentas mínimas, al grito de “tenéis 15 días para apañar lo que falta para pagar las casas (unos 4,5 millones de pesetas o sobre 27000 euros) y si no se suben los alquileres y cuando digáis de comprarlas se pondrán precios actualizados” . Con un par…

La Junta y el Ayuntamiento saben de sobra las circunstancias y condiciones en las que viven los vecinos que ocupan estas casas, que son personas humildes y que muchos de ellos están en paro y no tienen bienes, son jubilados o dependientes y que a la mayoría pedir un crédito, y más en los tiempos que corren, es misión imposible, y aún así van a ponerles la soga al cuello. Encima y para más inri vienen imponiendo establecimientos bancarios y haciendo ver a los afectados que tienen suerte al poder comprar tan “baratas sus casas”, mareando la perdiz y propiciando soluciones bancarias para todos los gustos, el caso es que firmen y luego que se entiendan con los bancos. Esto es como echar carnaza a los leones, complicar la vida sin cálculos a unas familias que ya tienen bastante en que pensar y muy poco que llevarse a la boca.

No hay que olvidar que para quien tuvo la suerte de que se le asignara una de estas viviendas, fue auténtica mano de santo ya que muchas de las familias ni tenían ni podían permitirse otra cosa. Tampoco hay que olvidar el rédito político que el Psoe local le ha sacado a las 54 viviendas dando, cada vez que ha habido elecciones, 54 mítines consecutivos, casa por casa, mientras los sufridos vecinos aguantaban estoicamente la pertinaz visita del alcalde, concejal o concejala de turno que se zampaban en el salón como periquillo por su casa y soltaban, muchas veces café en mano, el discurso que querían o tocaba. Ahora los ediles están callados o colaborando para que “enreden” a esos mismos vecinos en una aventura de la que seguro que salen trasquilados, compren o no, la suerte está echada y nadie mueve un dedo para aplazar este trance y esperar que la coyuntura sea más propicia.

Es inhumano la premura con la que se está haciendo todo, cuando lo social, razonable y lógico sería que cada cual fuera haciendo frente a esta contingencia a medida de sus posibilidades, hubiera un amplio margen de maniobra y generosidad por parte de las instituciones con las condiciones de los menos pudientes. A primera vista las cifras que se barajan no parecen excesivas, pero para quien no tiene nada, hasta pagar el pan de cada día se le hace cuesta arriba. Entre estas familias, como en todos sitios, hay auténticos dramas, lo último que necesitan es que vengan los políticos y los de la corbata a apretarles las clavijas y poner más en precario sus vidas y más cerca a los suyos de la exclusión social. Porque los que mal puedan pagar estos alquileres actuales, como van a hacer frente a las letras de un banco o a un alquiler superior.

Lo dicho, cuando llegue Mayo volveremos a ver a los que llaman a sus puertas, como si nada, a tomarse un café y soltarles el discursito de que ahora viven mejor que antes. Eso los que no les hayan quitado la casa, los que no estén en morosos, los que no se les haya subido el alquiler o hayan apañado una letra con el banco que no les deje ni para pipas. Es de ley decir que algunos, los menos, si podrán pagar alegremente el precio y quedarse con su casa en propiedad, seguramente haya a quien le parezca hasta un chollo, y seguramente hay a quien no debieron de asignarle una vivienda que en su tiempo era para quien no podía pagarse otra.

Esto solo certifica el ansia recaudatoria y la destrucción de los los valores humanos, sociales y solidarios de los socialistas y sus administración regional y local, apretándole a los menos favorecidos para beneficiar a los poderosos. ¡Que vergüenza!, por no decir otra cosa.

2 comentarios:

  1. La culpa es del tripartito. Yo no sé cómo pero seguro que están detrás de esto. Ya veréis como se impone esta canción. Al tiempo, que seguro que le echan la culpa a la oposición de Marmolejo y mientras los verdaderos responsables en sus sillones sin mover un dedo.

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  2. Les tendría que dar vergüenza lo que han restregao y fardao de que las casa eran "sociales" , para los que las necesitaban y ahora, com0o siempre los que tienen dinero se queden con ellas y los que no que se fastidien. Socialismo del que cagó el moro.

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