La proverbial falta de celo municipal, no tiene límites.

Por su interés, tenemos a bien reproducir esta opinión que ha llegado hasta nosotros a modo de comentario a una entrada anterior.

"El despilfarro de nuestro pueblo clama al cielo. 
Por ejemplo: -Las farolas del Camino Colorao (la mayoría alumbran a los olivos), las del Molino Quemado, etc, se tiran encendidas los días enteros sin que nadie del Ayuntamiento acuda a apagarlas. Y pregunto, ¿es necesario tal derroche de consumo eléctrico en una situación de crisis como la que atravesamos?. ¿No quedamos en que además la mayoría de las construcciones de dichos caminos son sólo naves agrícolas sin permiso de habitabilidad?. ¿Para qué entonces luz nocturna a unos vecinos que supuestamente no lo son?.


Por otro lado ¿qué sentido tiene tener iluminados más de tres kilómetros lineales de carretera desde Covasa hasta la Fuente de los Socialistas, o la Fuente de los Perros, en las largas noches de invierno?. Mientras eso pasa aquí, Zapatero nos está exigiendo, con buen criterio, austeridad en el gasto público.

 Aquí en Marmolejo se ve que andamos sobrados por todos lados. Claro que como al final somos los currantes quienes pagamos los derroches del gobierno local, pues !adelante que todo es carretera!. Con modelos de gestión así ya verás como al final a España la van a tener que intervenir!. !Por favor, un poquito de responsabilidad y sentido patrio, y menos pensar en los favores para no perder la dichosa poltrona!."


El descontrol a la hora de mantener las luces encendidas o apagadas, va mucho más allá de los caminos de los aledaños al pueblo. En cualquier calle no es raro encontrarse episodios de apagón transitorio, sin venir a cuento. Es el caos como forma de gobierno, la falta de celo como principio de trabajo y mantenerse en el poder como único objetivo claro. Lo demás se las trae al pairo a esta familia que, lleva varios lustros contando milongas y haciéndose la imprescindible, cuando en realidad todos sufrimos las deficiencias de organización, la falta de trabajo, los delirios de grandeza, la ineptitud, la despreocupación y hasta el desprecio por cualquiera que esté fuera de su circulo. Otro Marmolejo no tiene más remedio que ser posible, porque gestionar peor es imposible.