Va llegando el tiempo de pensarse las cosas, de darse cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor y de actuar en consecuencia.
Marmolejo está pasando uno de los peores momentos de su historia, aunque alguien pueda creer que estamos mejor que nunca porque hay edificios a medio construir, servicios que nos quieren meter por las narices, que nadie ha pedido, mal gestionados o simplemente abandonados, sin futuro, sin alma. Nadie pregunta a los vecinos lo que quieren, es mejor ignorarlos. Porque resulta que en Marmolejo, llevamos tiempo que los ladrillos valen más que las personas. El encargado del cortijo, pasa olímpicamente de los jornaleros y ha decidido adecentar el cortijo, y que por ello los obreros han de estar contentos y admirarle y quererle, aunque la obra la hagan forasteros y ellos tengan problemas para darle de comer a sus hijos. Eso no tiene importancia, porque el cortijo va a quedar bonito, si llega el dinero para terminar las obras.
Marmolejo, el cortijo de su alcalde y los jornaleros parados, que están hartos de que le digan que han de estar agradecidos a quien les deja pasando hambre, a quien se cree más listo que ellos, a quien ha usurpado sus siglas y las ha mancillado dejando en la calle a los que no acatan su nuevo orden , al gurú que dicta lo que es arriba y abajo, derecha e izquierda, al rey sol y mala sombra, a ese que ni olvida, ni perdona y que tiene el poder infinito de estar omnipresente y ser omnisciente, ese Marmolejo con el que se juega y al que se tima, está realmente cansado.
Marmolejo no aguanta más ser territorio dividido, tierra de buenos y malos, de chivatos y delatores frente a vecinos que no leen y quieren respirar sin el permiso de la autoridad, no aguanta más que se le corte los proyectos y la retirada por decreto de alcaldía, que la realidad tenga que ser la que dicte la versión oficial, y lo demás, siempre sea mentira, por narices, porque lo dice el alcalde, que haya pelotas, enchufados y malditos sin futuro, Marmolejo no puede seguir mucho tiempo así, con la autoridad pasando la mano por el lomo a los mansos y fustigando a los díscolos, porque así es como se lleva el ganado al matadero.
La trampa es que se quiere hacer ver que hay dos bandos, dos ejércitos, que hay una guerra con todo lo que conlleva, con malos malísimos, con mercenarios y revanchas, con asaltos, muertos, robos y violaciones, y buenos caballeros de cuchara al pecho y blancas armaduras. La trampa es que se quiere hacer ver lo que no hay y se ofrece la salvación y ríos de leche y miel a los que se lo crean todo a pies juntillas, a los que tengan fe y ayuden a perpetuar esta religión que exige sacrificios humanos de los infieles y ateos del cristobismo.
La verdad es que sí, que hay dos grupos. Uno integrado por el ser supremo y su guardia pretoriana y otro por el resto de los vecinos, da igual sus tendencias e ideología, todos conformamos un único y manipulado grupo que va de un lado a otro y discute y pelea con un único resultado, el que todos sabemos, el que mantiene todo sin cambios para mayor gloria del líder.
Hemos de aprender que las reglas del juego las tenemos poner entre todos, y no dejar que nos las impongan siempre desde el mismo interesado corpúsculo de poder. Empezar por desarrollar la Democracia, su normativa y espíritu plenamente y sin acotaciones interesadas, estaría más que bien para comenzar, una Democracia sin manipular y sin desprecios al pueblo, sin engaños y sin olvidarnos de las personas. En Marmolejo sería bueno que el pueblo marcara los tiempos y las expectativas y tuviera la oportunidad de organizarse a su manera y no lo que está pasando desde hace veintitantos años, los mismos que se le lleva inculcando una forma muy especial de ver la política, revanchista, enfrentada, con miedo, secuestrada y deformada, clientelista y agradecida, temerosa y manipulada.
Marmolejo, el último pueblo que queda sin haber pasado la transición, lleva veintitantos años dejándose guiar por un sistema que solo es una copia adaptada del funcionamiento del día a día de la dictadura franquista, con sus clase dominante (falsos socialistas), su núcleo de poder, sus chivatos, sus castigos y miedos, su "no señalarse", sus amenazas e insultos y las presiones de los mandamases para perpetuarse en el poder. Hasta eso, y eso sobre todas las cosas, es lo que más tenemos que padecer, a un megalómano compulsivo con sueños de grandeza a costa de lo que sea y de quien sea, ya que ese el fin último de todo este tinglado, de esta pesadilla en la que no se respira Democracia sana y pluralidad, ni diversidad de criterios, ni paz, ni armonía, ni respeto ninguno por los que se preocupan por la política sin ser de la cuerda del alcalde.
Por todo eso y por mucho más en Marmolejo va llegando el tiempo de pensarse las cosas, de darse cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor y de actuar en consecuencia. Hay muchos hombres y mujeres valientes dispuestos a andar este camino, hay otros que ya han empezado y hay asociaciones, como la AAVV del poblado de San Julián, que ya han dado los primeros pasos en este sentido. Estamos muchos con los brazos abiertos y dispuestos a unirnos a cuantos compañeros de viaje quieran embarcarse en la tarea de la Normalización Democrática de Marmolejo, la del respeto a la Ley y a los marmolejeños. Lo demás, lo de las diferencias ideológicas, si el juego es limpio se resuelven en las urnas, sin traumas ni tener que rasgarse las vestiduras, ni escándalos ni amenazas, sin fantasmas ni guerras, como en cualquier situación democrática moderna y civilizada, y ya está, así de simple. No es tan difícil, pero si infinitamente sano y provechoso para todos.
Salud y ánimo para dar el primer paso donde sea, en el barrio, en las urnas, en las asociaciones, en el partido...
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