miércoles 21 de marzo de 2012
ANDALUCIA, ANTE LA PARADOJA DE LA SATISFACCIÓN.
Enric Juliana
Cádiz. LA VANGUARDIA.18/3/2012
Todos los pueblos de Andalucía deberían tener una lápida de homenaje aHelmut Kohl. Aquel hombre grandote, hoy añorado por todos los europeos del sur, hizo posible, en los años ochenta y noventa, que la España meridional no cayese en el abismo de Calabria y Sicilia. Aunque democristiano de la vieja escuela y europeísta convencido, el orondo canciller no era un ingenuo: la mejora material de España constituía una excelente inversión para la industria carolingia, y Aquisgrán ganaba un fiel aliado para la causa de la unificación alemana, ante la segura reticencia de franceses e ingleses. Llegado el momento decisivo, en octubre de 1990, el abogado sevillano Felipe González Márquez no le falló.
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