Por eso, señores del PP y Psoe de Marmolejo, tranquilidad, dignidad y coherencia aceptando las reglas del juego..., y las pataletas cada uno, en su casa.

Rara vez, nos hemos ocupado en estas páginas, de los asuntos del PP a nivel interno, esa es otra división y ahí no jugamos nosotros, pero el asunto que nos ocupa hoy, es diferente.

A mi me duele, como cosa mía, la IZQUIERDA, con mayúsculas y todos sus atributos, es una parte esencial e innegable de mi vida y mis creencias por la que a veces sufro y otras me reconforto, según vaya  el baile. Como ya habrán notado los que siguen este blog, (cosa que os agradezco en grado sumo), desde estas páginas no paramos de buscar el camino de esa utopía que es una Izquierda plural, integra y humana por la que tantos lucharon  y tantos luchamos. Es por ello que cuando se ven las tropelías que se están viendo, donde no debieran verse, en el seno de los que dicen compartir la casa común de la Izquierda, la tolerancia sea cero y la indignación infinita, tendréis que perdonarme, pero si no trabajáramos por y para esta causa, no seríamos dignos de clasificarnos a nosotros mismos como personas de Izquierdas, eso es lo que marca la diferencia.

En Marmolejo, y para salvar un pico de perversión en el seno del sistema implantado y enraizado dentro del Psoe local y por ende en el Ayuntamiento, un periodo donde el oscurantismo, la prepotencia y la falta de democracia y transparencia eran supinas, el pueblo, los vecinos llamados a las urnas, decidieron en su mayoría que había que parar en seco la evolución del problema que  suponía tener un ayuntamiento funcionando como un cortijo, con su corrupción correspondiente y las espaldas dadas al pueblo, los votantes dijeron ¡basta ya! y desde ese momento cambió el tercio, se paró en seco el despilfarro y se gestiona, mientras se va limpiando la era, en precariedad económica, pero con unas cuentas mucho más claras y una concepción diferente del servicio público, el trato a los vecinos y el respeto a sus derechos.

El Domingo, volvió a hablar el pueblo, se votó para el Parlamento Andaluz y cada marmolejeño y marmolejeña decidieron lo que querían para su comunidad, para que dirigiera su tierra, con los resultados que todos sabemos y que no tienen más lectura que la que tiene; no hay mayoría absoluta y el pueblo andaluz ha decidido que haya más pluralidad, lo demás vendrá después con el diálogo que terminará, o no, en tal o cual pacto, y punto, nada más ni nada menos. Todo lo que no sea esto, todo el análisis interno de los partidos, las culpas, los errores y los aciertos, quedan para la reflexión interna y sobre todo para aprender de ello. No valen pataletas, no valen echar culpas y no vale desmadrarse, y sobre todo hay que tener muy claro que la vida sigue y no se acaba al día siguiente de unas elecciones.

Vamos a ser coherentes y realistas, las elecciones del 25M, en Marmolejo el partido más votado con 2203 votos (47 diputados en Sevilla), a pesar de perder casi 1000 votos con respecto a las anteriores, fue el Psoe, el mismo que contiene elementos que todavía no aceptan el resultado democrático de las pasadas municipales, y en el que estoy seguro que, dentro de su  organización, unos y otros están sacando sus conclusiones y  andan cavilando cada cual una estrategia de futuro, que ya se verá cuando llegue el momento; unos apostarán por la ansiada renovación, otros preferirán esperar a bajar de la referencia sicológica de los 2000 votantes y otros creerán que lo están haciendo bien minando desde dentro el ayuntamiento y están entretenidos en actividades extrademocráticas sin prestar atención ni al partido, ni a las urnas.

Los números dicen que el PP se ha mantenido en la linea de las votaciones anteriores al parlamento, que es el segundo partido más votado en Marmolejo, con 1530 votos (50 diputados en Sevilla), luego, no es de recibo que, a estas alturas, se asuman estos resultados como una derrota,  por  no haberse mantenido el mismo número de votos que en las generales (2036), ya que de sobra se sabe que cada comicio tiene sus particularidades, las elecciones no son iguales y los tiempos y circunstancias cambian.

No se puede ganar siempre, no se puede ni se debe forzar siempre al máximo al electorado, porque las personas no son piezas manejables en ningún tablero de juego, creerlo así es no tener ni puñetera idea de lo que son los vecinos y lo que se puede esperar de ellos. Pensar que se pueda exigir lealtad a unas siglas, elecciones tras elecciones, para que a algunos le salgan las cuentas, es no saber en el  país que se vive, eso lo tiene el que engaña al electorado o el que crea redes de clientelismo o el que tiene un partido con una base social muy, muy grande, y ninguno de esto tres casos es el del PP de Marmolejo, otra cosa es que aspiren a ello.

IU, con 506 votos, ha sido la tercera fuerza política, sus afiliados y simpatizantes lo sabemos y estamos orgullosos de cada uno de esos votos, y agradecidos por este apoyo y sobre todo por la excelente evolución en los resultados de las diferentes citas electorales, precisamente porque la subida de votos va rondando el 100% de media. Pero ahí queda todo, para próximas elecciones, habrá que apelar a las vecinas y vecinos de Marmolejo para pedirles, otra vez, que confíen en IU y ahí está la grandeza del acto de votar, en que cada persona entregue su voluntad, su preferncia, su voto, su papeleta libre y conscientemente, lo contrario sería engaño, compra o coacción. A fin de cuentas el voto es personal y secreto, un acto reflexivo de libertad, no una obligación contraída con tal o cual partido o político. Acabáramos ahí.

El PP se "descuelga" el solo de las aspiraciones a la Presidencia de la Junta, o eso parece.

Los votos son del pueblo, no son de ningún partido, esa es la esencia de la Democracia y el día que deje de ser así, apaga y vámonos. Por eso, señores del PP y Psoe, tranquilidad,  dignidad y  coherencia aceptando las reglas del juego..., y las pataletas cada uno en su casa, sobre todo si el baile es en Sevilla o Madrid, que bastantes problemas tenemos aquí sin salir de Marmolejo.

Noticia de hoy en la prensa:

El PP, inquieto por la pérdida de 400.000 votos respecto al 20-N
Dirigentes populares admiten que Griñán acertó al retrasar los comicios y que la campaña de Arenas no fue la más atinada

Viene de lne.es - Madrid, Efe

Las causas que han llevado a más de 400.000 andaluces a retirar su voto al PP después de haberles elegido hace tan sólo cuatro meses y el incierto futuro político de Javier Arenas son, un día después de la jornada electoral, las principales inquietudes de Génova.

El domingo, entrada la noche, y ayer mismo por la mañana, cada dirigente consultado -aunque a título individual, puesto que no se ha celebrado una reunión de la dirección, y bajo petición de anonimato-, repetía la siguiente interrogación: ¿qué ha pasado para que en cuatro meses se hayan perdido 420.000 votos?

Lo primero es que las cinco fuentes de la dirección preguntadas reconocen su preocupación por haber logrado en Andalucía casi 420.000 votos menos que en las generales de noviembre, así como por haber reducido en 200.000 papeletas el balance de la autonómicas de 2008.

Los números son peores que la peor de las previsiones que se manejaban en Madrid y en Sevilla a tenor de las encuestas previas sobre intención de voto, tanto las publicadas en los medios como las efectuadas para consumo interno, recalcan dichos dirigentes.

Vista esta realidad, las fuentes mencionan varias causas: una de ellas es la constatación de que el candidato del PSOE, José Antonio Griñán, «acertó de lleno» al retrasar los comicios a finales de marzo y no ponerlos en la misma fecha que las generales. Gracias a ello, «ha podido exprimir el discurso del miedo» a los ajustes que desde Madrid venía anunciando el Gobierno de Mariano Rajoy.

En opinión de otro dirigente, cabe reconocer que, «quizá», matiza, la campaña de Arenas no ha sido la más atinada si se tiene en cuenta que el PSOE se lanzó a una ofensiva «brutal».

Argumenta este político que se podía haber puesto más énfasis durante las dos semanas de campaña en el «voto rural», donde tiene que arraigar la imagen de que el PP «no es un grupo de señoritos que vienen a hacer otras políticas».