¿Gobierno de coalición?
De los partidos sistémicos y los diversos modos de mandar
Manolo Monereo Pérez
Rebelión
Se vuelve a discutir en los mentideros de la "villa y corte" de un posible y hasta deseable gobierno de coalición PP-PSOE. ¿Las razones? La incapacidad del gobierno; el agravamiento de la crisis y la creciente contestación social. Más allá, la perceptible separación entre la "clase política" y la ciudadanía, incluido "la madre de todas las alarmas" el Rey y la institución Monárquica.
No es la primera vez que se defienden posiciones como estas o, más tímidamente, de unos nuevos "Pactos de la Moncloa", es decir, un gran acuerdo político-social para "salir de la crisis”. El asunto no parece fácil: de un lado, porque las políticas que se viene aplicando muestran la radical incompatibilidad entre el capitalismo que emerge en la crisis y los derechos laborales, sociales y sindicales de los asalariados. Como recientemente ha dicho el Presidente del BCE, en la Unión el Estado Social está en proceso de desaparición y es poco o nada lo que se puede ofrecer a los sindicatos y a los ciudadanía; de otro, porque una "gran coalición" es siempre la penúltima opción, más allá, no queda territorio donde retirarse: Grecia aporta muchas enseñanzas. Quizás, lo nuevo que emerge es que los que realmente mandan empiezan a dudar de la capacidad de este gobierno para gestionar con cierta eficacia una crisis a la que no se le ve fondo y, lo que es más grave, donde se están agotando los márgenes de maniobra.
La cuestión del bipartidismo emerge así con sus límites y contradicciones. Para que el sistema funcione se debe combinar una acuerdo de fondo en lo básico (tal como lo definen los que mandan) y un imaginario social de disputa y alternancia. Hay un juego (política y mediáticamente construido) donde las estridencias, insultos y feroces desavenencias se combina, sin grandes sobresaltos, con los acuerdos, consensos y diversos requerimientos que la coyuntura política impone. El bipartidismo es y ha sido un modo de organizar el sistema político para que los poderes económicos impongan sus dictados a la soberanía popular. Leer entero.
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