Sin comunicación no se puede avanzar.

El que la hace, que la pague, pero que nos enteremos todos.

Por más vueltas que le doy, no se me ocurre otra frase que utilizar como primera piedra para construir el puente que ha de salvar esta crisis. Si nos apoyamos en este principio, tendremos una sólida posición sobre la que colocar otra, la segunda piedra, que debe de ser la exigencia escrupulosa a los políticos que cumplan con lo prometido o, si no, que se vayan a su casa y dejen de hacer perder al pueblo un tiempo y unas oportunidades que no tienen.

El tiempo en esta situación tan alarmante de crisis, es un martillo que golpea en nuestra contra. Cada día que un parado está en su casa, cobre o no el subsidio de desempleo, es un día que no se produce, que no se crea riqueza, que no se desarrollan los potenciales técnicos y humanos de las personas, es un día que no hay alegría en la casa y del que nadie puede sentirse orgulloso y que además de ser una carga personal, difícil de sobrellevar, es una losa económica que nos hunde a todos un poco más en la puñetera crisis que nos consume.

Soluciones, seguro que las hay, lo que pasa es que también hay personas muy interesadas en que no salgamos tan pronto de esta. Por desgracia, nuestra ruina, la de todos, está llenando bolsillos y contribuyendo a crear fortunas y a fortalecer a los mercados, de los que ya somos poco más o menos que esclavos. Lo que hay que tener es firmeza en los principios y también las cosas muy claras.

Ha llegado la hora de pedir rendimiento a los políticos en general y no conformarnos con vagas explicaciones, largas, mentiras o imprecisiones sobre el futuro. La verdad por delante y los resultados en la gestión también. Ya no es suficiente con que sean honrados, tienen que demostrarnos día a día que se están ganando el sueldo presentándonos cuentas y progresos. Obras son amores...

Pueden decir que peco de impaciencia, o alguien me puede decir que es acoso y atosigamiento. No, de ninguna manera, con la que está cayendo es imperdonable que no se conozca en todos los ámbitos de la sociedad la labor de nuestros políticos, sus avances, los medios con los que cuentan, los pasos y tiempos en su gestión y lo que podemos esperar de ellos. Se que esto pudiera sonar a apretar las tuercas a nuestros gestores, pero sinceramente creo que es lo mejor que les podría pasar, que se iniciara un movimiento de comunicación exhaustivo y real en tiempo y forma. Sin comunicación no se puede avanzar.

Por ejemplo, sería una oportunidad, para llevar a todos los vecinos y vecinas de Marmolejo, la verdadera dimensión de la gestión municipal, al mismo tiempo, daría unos elementos de juicio imprescindibles para acallar rumores e informaciones cruzadas y tendenciosas, de alguna manera supondría una mayor participación vecinal en los asuntos del Ayuntamiento, tan necesaria en estos tiempos para la revitalización democrática de Marmolejo.
Supondría un antes y un después en la concepción de la política municipal y en la forma de verla los ciudadanos y marcaría el final de años de oscurantismo, después de casi un año en el que han cambiado mucho las tornas.

En Marmolejo se está avanzando mucho cualitativa y cuantitativamente respecto a la democratización interna, las formas y la percepción que los marmolejeños tienen de las personas públicas y su forma de actuar. Pero hace falta más, no debemos de conformarnos, es tarea del Equipo de Gobierno y de todos profundizar en el conocimiento de lo que acontece en lo público, en lo nuestro, en las cosas de todos. Hay que saber para poder valorar el trabajo bien hecho wn las diferentes áreas y, ¿porqué no?, para detectar fallos en el sistema y enderezar a tiempo, si las hubiera,  decisiones o actitudes poco afortunadas o maduradas insuficientemente. Nadie es perfecto y muchos ojos ven más que pocos.

Aquí nos conocemos todos, y durante demasiado tiempo el oscurantismo ha presidido el Ayuntamiento de Marmolejo, donde ha pasado de todo. Y ahora es la oportunidad de oro de ir conociendo de primera mano los excesos, las arbitrariedades, los "favores", los tejemanejes, las chulerías y hasta los temas económicos más escabrosos. Es la hora de tirar de la manta, pero al mismo tiempo, y como necesario contrapunto,  hay que desmitificar la función pública municipal, comunicar abiertamente quienes de entre los trabajadores, contratados, funcionarios y voluntarios se merecen nuestras felicitaciones por su abnegada labor en beneficio de los vecinos de Marmolejo, porque los hay y muchos, acercar ese trabajo, muchas veces incomprendido por desconocido, a los ciudadanos, publicar cuales son los esfuerzos más importantes que se están haciendo y hasta las anécdotas, que las hay, en el día a día de esta nuestra casa que es el Ayuntamiento de Marmolejo, hay que reclamar la atención de todos los marmolejeños y su apoyo a la construcción de la convivencia y del futuro de Marmolejo.

Así pues solicito desde estas páginas un esfuerzo comunicativo en el que todos saldremos ganando.