Con cinco millones de viviendas vacías en todo el Estado
Nuevo récord de desahucios: 46.500 sólo en el 1º trimestre del año
RT
En los primeros tres meses de 2012 el número de desahucios ordenados por los juzgados españoles alcanzó los 46.559, según los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial.
En comparación con el mismo periodo de 2011, las resoluciones judiciales que fijan la fecha para un desahucio aumentaron un 18,5 %, llegando a las 18.424, una cifra récord desde el inicio de la crisis en 2008.
De los 28.135 desahucios acordados por los Juzgados de Primera Instancia que figuran en la estadística del Consejo, la mayoría son en Cataluña (más de 7.000), la Comunidad de Madrid (unos 4.300), Valencia y Andalucía (cerca de 3.500 en cada comunidad).
Los desahucios se ejecutan en todo tipo de locales, instalaciones industriales y, sobre todo, viviendas, si se hace imposible pagar la hipoteca o el alquiler debido a la caída de los ingresos o la pérdida del empleo.
Por otra parte, según los últimos datos publicados del Instituto Nacional de Estadística, en mayo de 2012 la constitución de hipotecas sobre viviendas bajó el 30,5 % respecto al mismo mes del año anterior.
En total, en 2011 en España se ejecutaron cerca de 58.000 apropiaciones de viviendas por parte de los bancos, mientras que más de cinco millones de casas (un 20% del total) por todo el país permanecen vacías.
Nuevo récord de desahucios: 46.500 sólo en el 1º trimestre del año.En los primeros tres meses de 2012 el número de desahucios ordenados por los juzgados españoles alcanzó los 46.559, según los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial.
ResponderEliminarO ACABAMOS CON EL CAPITALISMO CRIMINAL QUE NOS TIRANIZA, O ÉL ACABA CON NOSOTROS.
Saquemos nuestro dinero de los Bancos, como primer paso, los Bancos sin nuestro dinero son nada. A nosotros por tener nuestro dinero en los Bancos, nos dan una sartén, con ese mismo dinero nuestro, cuando se va a pedir un préstamo, si te lo dan, lo hacen a intereses astronómicos, de usura, esa es la triste realidad.