miércoles, 15 de agosto de 2012

Los descamisados de Marinaleda, con unos simples carros de la compra, han conseguido ya cosas grandes, como sensibilizar sobre la realidad creciente de la pobreza en el Estado español.

Los descamisados de Marinaleda

Ainara Lertxundi
Gara


A Juan Manuel Sánchez Gordillo ya lo conocíamos de sobra en Euskal Herria, donde siempre ha mostrado solidaridad y humanidad contra la represión o la ilegalización, incluso en los tiempos más duros. Pero ahora es en su tierra, al sur del Ebro, donde lo han descubierto, e incluso ha pasado a ser invitado estrella en los shows televisivos del sábado noche.

Este hombre que lleva más de tres décadas seguidas como alcalde de su pueblo y que hace cosas tan subversivas como llevarse de los supermercados comida que iba a acabar en la basura ha dormido las últimas semanas en un colchón debajo de un olivo, lleva al cuello siempre una bufanda solidaria con quienes sufren en Sáhara y Palestina -y a cuyos niños acogen-, se dirige a sus compañeros megáfono en mano y renuncia al aforamiento porque estaría orgulloso de entrar en la cárcel por su acción, simbólica pero al mismo tiempo salvadora también para unas cuantas familias sin recursos.

Todo ello lo ha convertido en un radical violento para gran parte de la clase política y los medios españoles, tan escrupulosos ellos cuando se trata de etiquetar otros delitos y a otros delincuentes. Algunos más han preferido intentar ridiculizarlo. No creo que Sánchez Gordillo tenga mayor problema en ello. Más bien estoy segura de que se sentirá cómodo en la comparación con los descamisados argentinos de Perón de los años 40 o con los sans-culottes de la Revolución francesa. Todos ellos fueron denostados así por las aristocracias y burguesías de la época, incapaces de asimilar que un grupo de gente sin más bagaje que su dignidad, su humanidad y su activismo pudieran ser protagonistas de cambios sociales.

Los descamisados de Marinaleda, con unos simples carros de la compra, han conseguido ya cosas grandes, como sensibilizar sobre la realidad creciente de la pobreza en el Estado español. Pero lo que más me gusta es que han dejado sans-culottes, con el culo a la aire, a esa gran izquierda española, esos «progres» que en cuatro años no han hecho nada por quienes sufren la crisis ni contra los que la han provocado.

2 comentarios:

  1. Hay algun informe sobre la economia en Marinaleda; está toda la economia subvencionada por la Junta de Andalucia . Lo hace para no tener manifestaciones frente al parlamento andaluz. No es que ellos generen riqueza que les permitan su nivel de vida.

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  2. Que si, que en Marinaleda se tocan las narices mientras que les mandan el dinero a puñados desde la Junta por no oírles, que las fabricas no existen, que todo el mundo está parado, que Gordillo vive en un palacio y que es el tio más malo de Andalucía ... Hay comentarios que por cazurros se caen solos. Pero sobre todo hay miedo y con razón, cuando despierte el que está dormido, el pueblo, que se agarren a los machos los que nos están hundiendo en la miseria, los señoritos engominados y trajeados, los que nos están haciendo tragar ruedas de molino por nuestro bien, los que se quedan con el dinero y la riqueza de esta tierra. La Junta con sus altos cargos que administra la miseria de Andalucía para mayor gloria de ellos mismos y los de Madrid, llegará el día que paguen por lo que están haciéndole a este pueblo, paciente y pacífico, hasta que se harte.

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