Metedura de pata en San Julián

Piloto, otra vez, mete la pata al confundir a unos excursionistas con miembros de la AAVV.

Que la realidad supera la ficción es un hecho contrastado y en el poblado de San Julián se ha convertido en una pesadilla. No se puede aparecer por allí sin sufrir la paranoia del alcalde pedaneo.

Me explico o mejor se lo cuento como lo entiendo; lo último, ayer Domingo el señor piloto ha vuelto a hacer de las suyas, oséa, a hacer el ridículo y demostrar, nuevamente, su incompetencia, su inquina contra la AAVV y contra los marmolejeños en general, sobre todo contra los que son sospechosos, a su juicio, de no simpatizar con la facción seudo-socialista a la que él pertenece.

Este Domingo, un grupo de vecinos de Marmolejo, decidieron disfrutar un día de campo y convivencia en el Cero Pimiento. Hasta aquí todo bien. El problema es que cuando empezó a refrescar el día, decidieron refugiarse en los soportales de las escuelas donde un vecino se acercó a ofrecerles un café hecho en su casa y parece ser que ese fue el principio que ha desencadenado una serie de despropósitos que han convertido, para los jóvenes asistentes, una agradable jornada en una pesadilla difícil de olvidar.

El problema es que el señor piloto, al ver personas por el poblado a las que él no tenía controladas, las consideró sospechosas de tener relación con la Asociación de Vecinos y sintió la necesidad de demostrar que es él el que manda en las calles de San Julián, que son sus "cojones" los que dicen quién puede o no deambular por la pedanía  sin su permiso, llamó inmediatamente a la policía local para que les pidiera papeles, algún permiso para estar allí o documentación alguna que autorizara a este grupo de marmolejeños a estar en dichos soportales. Por supuesto él no se acercó a preguntar nada, no es tan "valiente" y no es el primero que tira de municipales para arropar su canguelo, eso también lo ha heredado.

Todo un gesto fascineroso que recuerda los tiempos en los que no se podían hacer reuniones de más de cuatro personas en la calle sin permiso del tirano. Un gesto rabioso producto de una mente poco lúcida que sigue pensando que hace falta su permiso para respirar en una pedanía en la que nunca ha pintado nada, ni lo han tenido en cuenta para nada, ni ha tenido oportunidad de administrar nada, solo hacer ejercicio de represión contra los vecinos. Ya que no pintaba nada frente a su jefe y era un inútil cero a la izquierda, al menos se desahogaba con los vecinos. Qué heroico y qué lerdo a la vez. Lo que han tenido que soportar los vecino es vomitivo y enfermizo.

Lo gracioso es que cuando ha verificado, después de movilizar por falsa alarma a los responsables de la seguridad ciudadana, la identidad de los asistentes, resulta que decidió que eran personas nada sospechosas de pertenecer a la AAVV por una parte y por otra, contrariamente a lo que él pensaba, incluso algunos eran conocidos. En ese momento empezó a recular, a querer enmendarlo y lo que es más patético, a querer explicarse diciendo que ellos no necesitaban ningún "permiso" para estar allí, que los había confundido con "otros"...

Este hombre no aprende, sigue en su más pura esencia: persecución obsesiva y acoso, abuso de autoridad, doble rasero, palos de ciego, inseguridad y odio irracional. Este es el alcalde y las prácticas de las que quieren escapar las personas que viven en San Julián. No les culpo si ven la ELA como una cárcel y tienen pánico a su carcelero. No quisiera estar en su pellejo, lo están dando todo por mejorar su calidad de vida y huir de quien se la tiene jurada, de quien tiene como único objetivo que se la paguen, y su obsesión es demostrar quién manda a quienes no le quieren.

Esta semana hay una manifestación programada para apoyar esas prácticas y a este señor en su venganza personal. Lo que sería, tristemente, un avance para el falso socialismo marmolejeño, que tiene en San Julián su más visible representante en activo, con le que se identifican totalmente. Da igual, "Piloto", Manolo, Pilar, Rafa... son lo mismo, los mismos, la misma miseria y la misma enfermedad para Marmolejo. Ya no son cosa de ayer ni de anteayer, forman parte del momento más oscuro e irrepetible de la democracia marmolejeña.