Costes de la producción y venta del aceite de oliva.

El aceite de oliva sigue vendiendose a 1.80 euros, cuando todo lo que sea por debajo de 2.50  euros supone perdidas para el agricultor y precariedad en las almazaras.
La complejidad de la estructura de costes en el sector del aceite de oliva
Viene de diariojaén.es - LUNES, 08 DE NOVIEMBRE DE 2010
Tal y como se desprende de un informe elaborado por la Consejería de Agricultura de la Junta, la estructura de costes en el sector del aceite de oliva se caracteriza por su complejidad, al concurrir en todo el proceso de elaboración y comercialización numerosas variables que, sumadas a la actual crisis económica, incrementan las dificultades a las que se enfrentan los agricultores para conseguir cubrir los gastos de producción.

Dentro de los factores decisivos para la formación del precio final, cabe citar los costes que suponen para los oleicultores las exigencias en materia de sostenibilidad y respeto medioambiental, o aquellos derivados de la contratación de mano de obra que, a causa de la coyuntura económica, encuentra en el sector agrario un idóneo yacimiento de empleo, favoreciendo la ocupación de un importante segmento de la población antes contratado en otros sectores de actividad como la construcción.
Entrando a analizar en detalle el apartado de costes de producción, nos encontramos con aquellos que se generan en las explotaciones olivareras, de forma directa e indirecta y que vienen a ser los mismos tanto en el caso de la cadena corta de venta del aceite —comercialización en origen a través de las envasadoras de las propias almazaras—, como de la cadena larga (almazaras-refinerías-envasadoras-distribución).
Los costes directos son los que se deben al proceso de producción de la aceituna y comprenden los de maquinaria y mano de obra en labores como manejo del suelo, poda y recolección, y los de insumos empleados en el cultivo (tratamientos fitosanitarios y fertilización).
En la conformación de los costes directos de una explotación tienen especial relevancia variables como la producción o rendimiento, y el riego, estructura (densidad y pies por árbol de olivo) y pendiente de la plantación.
Entre las labores que más inciden en la determinación de los costes directos cabe destacar la fase de la recolección, que incluye la labor de recogida de la aceituna y su transporte hasta la almazara, y que supone entre el 41 y el 54% de los costes directos. Le siguen las prácticas de poda, que suponen entre el 16 y el 19%, y que consisten en la poda y el desvareto, la limpia de restos y su eliminación para cumplir con las exigencias medioambientales actuales. Hoy en día estas labores constituyen los principales costes del cultivo del olivar y, por ese motivo, se halla en un constante proceso de actualización y evolución, propiciado por la implantación progresiva de la mecanización.
Junto a los costes directos de las explotaciones se generan también otros indirectos debidos a factores estructurales que no están directamente relacionados con la producción oleícola, como la mano de obra empleada en tareas generales de la finca —gerente, técnico asesor y encargado—, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y una partida común de gastos generales (reparación y conservación de caminos y cercas, análisis de agua, suelo y hojas, etcétera)

Costes de elaboración
Durante el proceso de producción, la almazara, en su cadena corta de venta de aceite virgen extra, tiene una estructura de costes muy similar a la que posee en la cadena más larga —almazaras-refinerías-envasadoras-distribución—, determinada por el coste de adquisición de aceituna, de su molturación y aquellos gastos soportados por la industria como consecuencia de la participación de los elementos del activo fijo –maquinaria, equipo, etc.- en el proceso productivo de obtención de aceite. Todos ellos, sumados al gasto de los corredores, componen el coste del aceite a granel.
En aquellas almazaras con envasadora propia, se añaden los costes derivados del envasado propiamente dicho, como son la energía empleada durante el proceso, la mano de obra, los costes que tiene que afrontar la industria como consecuencia de la participación de maquinaria y equipos en el proceso de envasado, los generados por el filtrado que se realiza a los aceite de oliva vírgenes, los procedentes de la adquisición de envases y complementos y otros costes menores como seguros, reparaciones, comisiones y el reciclaje de envases en puntos verdes. El coste del aceite de oliva a granel, más el correspondiente al envasado, conforman el coste del aceite envasado.
Entrando en el siguiente eslabón de la cadena larga de venta, la estructura de los costes que se dan durante el proceso de refinado del aceite de oliva incluye los gastos de adquisición del aceite, de su transporte y de su proceso de refinado. Éste incluye mano de obra, costes de electricidad y gas, los derivados del uso de maquinaria y equipos y otros costes asociados a dicho proceso. En los casos concretos en los que la refinería contemple el envasado, se añaden también los costes de adquisición o fabricación de envases y complementos, de utilización de maquinaria y equipos, de mano de obra, de energía, de analíticas de los aceites refinados en la planta y otros gastos menores, como seguros, reparaciones, comisiones y gestión ambiental.
Finalmente, hay que considerar los costes asociados a la distribución comercial, que comprenden el precio de compra del aceite envasado, el coste de los servicios prestados por la plataforma de distribución o el almacén intermediario, el coste de transporte a la tienda, y el derivado de la permanencia del producto en el establecimiento, desde su llegada hasta su venta.
Toda esta complejidad del proceso de producción y comercialización del aceite de oliva determina unos niveles de costes que deben quedar reflejados en el precio de venta, contribuyendo de esa forma a la continuidad y desarrollo de un tejido agroindustrial de importante trascendencia económica y social, por su capacidad generadora de empleo y los beneficios económicos que representa.