Cuando, en Marmolejo, creíamos haberlo visto todo, nos vueven a sorprender y a abochornar.

"La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa."
Pablo VI (1897-1978) Papa de la iglesia católica.

Después de una legislatura basada e el engaño, la ocultación de información y la tergiversación de la realidad, y después de verse como se ven, rechazados por la mayoría de los marmolejeños, por culpa de esa ruinosa forma de gobierno, asentada en la manipulación y el miedo, el Equipo de Gobierno socialista no escarmienta  y vuelve a las andadas.

La metedura de pata que significó la elaboración, casa por casa, de la famosa lista negra a cuenta de la Dehesilla, que nunca sirvió para nada, solo para enfrentar, amenazar y asustar a los vecinos, ya que el Alcalde sabía de sobra que la Junta no le dejaría poner ni un ladrillo, no ha sido suficiente para que escarmienten y rectifiquen esa forma agresiva de hacer política, de intimidar a los vecinos para conseguir a cualquier precio mantenerse en el poder.

Ahora, desde hace semanas, personas cercanas al grupo socialista de Marmolejo y ellos mismos, vuelven a peinar el pueblo, a ir de puerta en puerta a la busca y captura de personas mayores que por compromiso, por miedo o por indecisión acepten que los lleven en coche a votar el día 22 de Mayo, siempre que el sobre que entreguen en la votación sea el que ellos les den cuando los recojan, no vale lo que ellos lleven de casa o lo que luego quieran coger en el colegio electoral. Esta agresiva forma de invadir la intimidad, de pisotear la dignidad y de manipular el voto es un atentado a los derechos básicos democráticos además de un insulto a los perplejos vecinos que, ante la insistencia y la tozudez de estos reclutadores de votantes que no admiten un no por respuesta, ven comprometidas libertades democráticas básicas como el derecho a votar y que su voto sea personal y secreto.

No se puede ir así por la vida, hay que respetar a los vecinos, sus derechos y su voluntad. No se puede pensar que las personas mayores, por serlo, son también tontos, fáciles de manipular y de engañar y que no se van a oponer a ser utilizados como meros transportistas del voto que se les entregue.

Ya va siendo hora de acabar con estas prácticas bochornosas y denigrantes. Que cada cual vote lo que le de la real gana y seguro que si hay personas impedidas o que tengan dificultades de movilidad, también hay mecanismos para que puedan ejercer su derecho al voto libremente, sin que tengan que ser ninguneados ni manipulados por ello. A veces no queda más remedio que pasar vergüenza ajena cuando nos enteramos hasta donde pueden llegar por regatear unos cuantos votos, señores, hay que tener más dignidad y vergüenza.